¿Pausa o no pausa? Los factores que determinarán si la Fed sube o no las tasas en 2023

La inflación en Estados Unidos se ha moderado en abril, lo que podría hacer que la Reserva Federal (Fed) pause su ciclo de subidas de tipos de interés en junio. Pero no hay que ilusionarse con recortes de tipos pronto, porque la inflación sigue siendo muy alta para la Fed. La pausa no está asegurada, aunque es bastante probable. Los mercados la ven como algo positivo. No es un recorte, pero es un alivio. Sin embargo, todavía hay mucha incertidumbre. La crisis bancaria, el riesgo de impago de los bonos del Tesoro y la posibilidad de una recesión. En fin, esta historia no ha terminado.

La inflación es como un monstruo que se escapa de la jaula. Aunque le demos algunos palazos, no podemos cantar victoria todavía. Porque esta pelea no es fácil ni rápida. No queremos decir que no haya motivos para estar contentos. Los hay, y muchos. Tampoco queremos decir que no podamos vencer al monstruo. Claro que podemos. Lo que queremos decir es que no vendamos la piel del oso antes de cazarlo. Hay que tener en cuenta que esta pelea contra la inflación puede ponerse más fea y complicada de lo que pensamos.

 ¿Será que el mercado tiene los pies en la tierra? Parece que no, porque llevamos muchos meses en este sube y baja entre la alegría y la tristeza. Las inversiones creen que la inflación se va a ir pronto y que los bancos centrales van a cambiar de rumbo. No es que eso sea mentira del todo. Pero sí es una exageración tremenda. Basta que el petróleo baje un poquito para que la inflación también baje un poquito. Y entonces el mercado se pone a festejar como si fuera año nuevo. Y se emociona tanto que empieza a comprar como loco pensando que ya estamos a punto de salir del problema. Error. Estos progresos son buenos, pero no suficientes. Aún nos queda mucha tela que cortar. No será sencillo llegar al 2%. O sea, no será cuestión de meses.

Los inversores deben mirar al futuro. Es decir, todo es un juego de expectativas. Si los inversores creen que el mañana será mejor que el hoy, se vuelven alcistas. La situación del momento pasa a un segundo plano. Lo que realmente interesa es el pronóstico de mejoría. Y es por eso que esa pausa se celebra tanto. Todos sabemos que una pausa no es un retorno a aquellos tiempos cuando la Fed hacía que el dinero cayera de los cielos. Pero una pausa es mejor que una subida. En este sentido, el cambio se recibe con optimismo.

Pero cuidado, que el optimismo puede ser peligroso. Sobre todo si nos hace bajar la guardia y olvidar los riesgos que aún acechan. Porque el monstruo de la inflación no se va a rendir tan fácilmente. Tiene muchos aliados que pueden ayudarlo a escapar de nuevo. La demanda reprimida que puede disparar el consumo. O las tensiones geopolíticas que pueden encarecer las materias primas. O las expectativas inflacionarias que pueden alimentar el círculo vicioso de los precios y los salarios. Estos son solo algunos ejemplos de las trampas que nos podemos encontrar en el camino. Por eso, más vale ser prudentes y no confiarnos demasiado. La inflación es un enemigo astuto y persistente. No podemos darlo por muerto hasta que lo veamos enterrado.

Después de ver los datos de inflación de abril, la Fed seguramente tiene más claro el camino a seguir. Y ese camino probablemente es el de la pausa. Es decir, mantener las tasas de interés entre el 5 y el 5.25% por un tiempo. ¿Y luego qué? Pues eso dependerá de cómo evolucione la inflación. Si la inflación sigue bajando a un ritmo aceptable, la pausa se puede prolongar. Y eso sería una buena noticia para los mercados y la economía. Pero si la inflación se resiste a bajar o vuelve a subir, la Fed no tendrá más opción que retomar los incrementos. Y eso implicaría llegar al 5.5%, al 6% o más. Y eso sería una mala noticia para los mercados y la economía. Así que crucemos los dedos para que la inflación se porte bien y nos deje disfrutar de la pausa por un buen rato.

El gran lío que tenemos ahora es el mercado laboral que está subiendo el costo de los servicios. Los precios de la comida y la energía han bajado. Por meses, estos logros han sido los que han salido en las portadas. Y, en buena medida, los que han animado al mercado a pensar que podemos con la inflación. Pero no nos hagamos ilusiones, que esto se puede complicar más de lo que creemos. Es decir, podemos toparnos con más trabas al acercarnos al 4%. La escasez de empleados en muchos servicios puede ser un hueso duro de roer para algunos. Y eso puede hacer que la inflación se ponga terca y no baje o incluso suba. Así que no nos relajemos demasiado, que el monstruo de la inflación puede estar al acecho.

¿Qué podemos hacer entonces para evitar que el monstruo de la inflación nos dé un susto? Pues lo primero es estar atentos a los datos que nos llegan cada mes. No solo los de la inflación, sino también los del empleo, el consumo, el comercio y otros indicadores económicos. Así podremos anticiparnos a los posibles cambios de rumbo de la Fed y de los mercados. Lo segundo es diversificar nuestras inversiones y no poner todos los huevos en la misma canasta. Así podremos protegernos de las posibles fluctuaciones de los precios y las tasas de interés. Y lo tercero es tener paciencia y no dejarnos llevar por el pánico ni la euforia. La inflación es un fenómeno complejo y variable que requiere tiempo y análisis para entenderlo y combatirlo. No podemos esperar que se solucione de la noche a la mañana. Ni tampoco que se convierta en nuestro peor enemigo.

Para enfrentar el porvenir, debemos estar informados, diversificados y serenos. Así podremos adaptarnos a los cambios y aprovechar las oportunidades. La inflación y la incertidumbre en torno a las futuras decisiones de la Fed son un reto, pero no una amenaza insuperable.

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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