El Banco de España se une al debate de monedas digitales de Banco Central (CBDC)

Con la publicación de un informe emitido el día 03 de junio del presente año, el Banco de España se une  al debate en torno a las monedas digitales de Banco Central, mejor conocidas como CBDC.

El  documento realizado por Juan Ayuso y Carlos Conesa, plantea  una visión general sobre el significado de una central bank digital currency (CBDC) que pueda servir de base a una discusión que permita profundizar en los diferentes aspectos del debate actualmente abierto sobre este activo financiero digital, también hacen referencia sobre las motivaciones  que puedan justificar la emisión de la CBDC.

 En la misma línea, los investigadores, quienes también son miembro del Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado del  Banco de Pagos Internacionales (BIS),  en su publicación “Una introducción al debate actual sobre la moneda digital de banco central”, resaltan el valor del  Bitcoin y otras Criptomonedas. La  propuesta de la stablecoin,  libra, que además es respaldad por Facebook  una de las mayores bigtech globales, se percibe como amenaza para el buen funcionamiento de  los sistemas de pago, para la protección del consumidor, para prevenir el financiamiento del terrorismo y el lavado de dinero, para la estabilidad financiera y para la autonomía monetaria de los estados.

“La amenaza de las stablecoins no es, por sí sola, una razón suficiente para emitir  CBDC. Esta emisión tiene implicaciones potenciales de amplio alcance que requieren un análisis detallado que permita valorar convenientemente las ventajas y los inconvenientes de cualquier decisión al respecto. El contexto actual y la necesidad de estar preparados ante posibles desarrollos futuros requieren en todo caso, que dicho análisis se realice con cierta urgencia, como atestiguan iniciativas recientes-por ejemplo, la creación de un grupo compuesto por los bancos centrales de Canadá, Reino Unido, Japón, Suecia y Suiza,  el Banco Central Europeo y el Banco de Pagos Internacionales, para intercambiar experiencias y evaluar casos de uso potenciales-“

La inclusión financiera y los sistemas de pago

El informe plantea que existen tres áreas, que se deben tomar en consideración en la emisión de CBDC: el uso de efectivo, la inclusión financiera y ciertas limitaciones en los sistemas de pago.

En algunos países como Noruega y Suecia el uso del efectivo  están disminuyendo proporcionalmente, y en muchos comercios ha dejado de aceptarse como medio de pago, ante esta situación, los analistas plantean que:

 “El banco central  pueda emitir una CBDC de alcance universal y similar al efectivo, con el objetivo de que la población continuará teniendo acceso a un medio de cambio sin riesgo y de provisión pública. La CBDC tendría además un circuito de intercambio separado que permitiría su uso en el caso de que los sistemas privados fallen  por cualquier razón”.

En consecuencia, los bancos centrales ansían especialmente solucionar el problema generado debido al bajo uso de dinero efectivo en algunas economías, además  de tener acceso al mercado desbancarizado a través de una CBDC.

“El acceso de la CBDC permitiría identificar a los usuarios desbancarizados, realizando procesos básicos de know your customer (conoce a tu cliente o KYC). Este conocimiento del cliente, junto con su historial de transacciones, podría facilitar después la bancarización“. Apunta el informe emitido por los investigadores.

Las preocupaciones

Ayuso y Conesa explican en su informe, que existen tres escenarios que preocupan especialmente, ya que pueden tener un gran impacto en el funcionamiento de los bancos centrales, en caso de emitir un CBDC.

El primero es que, la CBDC podría desplazar los depósitos bancarios, el segundo que la moneda digital pueda facilitar la fuga masiva de depósitos de una entidad, en un momento determinado de crisis, y el  tercero, pero no menos importante, tiene que ver con una “fuga masiva de depósitos del sistema bancario, en caso de una desconfianza global en el sistema financiero en su conjunto”.

En este sentido, se teme entonces, que en momentos críticos los depositantes de una entidad puedan tratar de trasladar sus saldos a activos más seguros. 

“En este caso, la fuga de depósitos podría verse favorecida en un contexto con CBDC, que se podría adquirir y tendría menos costes de mantenimiento (en términos se seguridad) que el efectivo. Sin embargo, hay que resaltar que, si las reglas de conversión de CBDC fueran similares a las que rigen con el efectivo, el banco central no asumiría un compromiso limitado superior al actual, sino que la conversión de depósitos en BCDC solo podría llevarse a cabo en la mediad en que hubiera reservas disponibles en las entidades afectadas (igual que ocurre actualmente con el efectivo)”, así lo reseñan Abuso y Cosa en su informe.

La CBDC cash-like como complemento del efectivo

En el informe los especialistas también esbozan tres modelos que podrían adaptarse a los problemas planteados anteriormente, y cuyas características son totalmente diferentes: la CBDC cash-like (como complemento del efectivo en aquellos lugares en los que su uso esté en declive o para favorecer la inclusión financiera); en segundo término,  la CBDC wholesale (para mejorar los sistemas de pago mayoristas), y por último,  la CBDC x-border (para mejorar los sistemas transfronterizos). Siendo el 

CBDC cash-like lo más aproximado al efectivo actual, pero con un formato digital. 

“Sería accesible de forma universal, aunque lo más probable es que el banco central se apoyase en entidades privadas para su distribución No tendría remuneración y, aunque no es posible garantizar un anonimato perfecto en un sistema electrónico, podría implantarse con un alto grado de privacidad(…) Este tipo de CBDC podría ser un complemento del efectivo, mejorar la inclusión financiera, ser (potencialmente) una alternativa a los circuitos de pago privados e incluso (si el sistema de intercambio asociado a la CBDC fuese eficiente) mejorar el funcionamiento del sistema de pago local”.

Por último, Ayuso y Conesa, esbozan soluciones a las preocupaciones planteadas, como por ejemplo colocar un límite al uso de la moneda digital con topes en los saldos y destacan la posibilidad de diseñar “modelo personalizado de CBDC” de acuerdo a las características  de cada modelo económico.

¿El uso de las CBDC pueden mejorar las políticas monetarias?

En este mismo orden de ideas, el estudio llevado a cabo por Galo Nuño, publicado el 30 de julio de 2018 en la web oficial de la agencia titulado, “Implicaciones de política monetaria de la emisión de dinero digital por parte de los bancos centrales” sostiene que:

 “Un argumento que podría considerarse a la hora de valorar la introducción de CBDC es el relacionado con la mejora en  la condición de la política monetaria mediante un  mejor control de las rentabilidades de mercado a los que enfrentan los ahorradores y los prestatarios. Asimismo, la posibilidad de eliminar las restricciones asociadas  con la cota cero del tipo de interés es teóricamente atractiva, especialmente en un entorno de bajos tipos de interés como es el actual. No obstante, las incertidumbres y los riesgos asociados son significativos y obligan a los bancos a ser cautelosos al respecto.” 

En el  documento, Nuño explica que, la emisión de una moneda digital por el banco central CBDC  optimizaría  considerablemente el manejo de la política monetaria al “mejorar” el control de las rentabilidades del mercado al que se enfrentan los ahorradores y prestatarios.

Al mismo tiempo, explica que la introducción de CBDC podría mejorar algunos aspectos del funcionamiento de los sistemas de pago, generando considerables ganancias en productividad asociadas con la introducción de esta moneda digital.

Por otro lado, en caso de la eliminación del efectivo, desaparecería el principal motivo que justifica la existencia de la denominada “cuota cero” de los tipos de interés, que hace referencia a la dificultad que tienen las entidades financieras para establecer remuneraciones negativas a los depósitos bancario minoristas, ya que en ese caso los agentes podrían retirar sus fondos y ahorrar mediante la acumulación de billetes, explica sobre el tema.

Al contrario, el tipo de interés del CBDC sería el que marcase el “suelo” de los mismos, lo que rompe con la actual asimetría de la política monetaria – el banco central puede incrementar los tipos de interés tanto como desee para combatir presiones inflacionistas, pero no puede reducirlos muy por debajo de cero en caso de deflación-que se produce en torno a la cota cero de los tipos de interés, permitiendo, en principio, mayores recortes en los tipos nominales en caso necesario.

Ambas investigaciones citadas,  – Nuño (2018)- y Ayuso, Juan y Conesa, Carlos (2020)-  se observa una diferencia muy marcada debido a los avances logrados en estos dos años en el estudio de las monedas digitales de banco central, sin embargo, concuerdan en que antes de emitir una CBDC, es necesario apreciar las limitaciones del sistema financiero a las que una moneda digital se debe enfrentar  y  podría superar,  conjuntamente con  las ventajas y progresos que esta pueda aportar al sistema.

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