La inflación: ¿Por qué la cosa es más complicada?

La inflación es un concepto bastante manoseado. Por un lado, es la excusa favorita de la derecha para culpar de todos nuestros males al estatismo. Por otro lado, es la excusa favorita de la izquierda para culpar de todos nuestros males a la codicia corporativa. La inflación es un impuesto para los asalariados. La inflación es un bono para los dueños de activos. Por ende, no es fácil ser objetivo con el concepto de inflación. Si dices que la inflación no es tan alta, te tilden de progresista “keynesiano”. Y si dices que la inflación está demasiado alta, te acusan de conservador y promotor del miedo. Claro que no es fácil encontrar claridad en el mundo de hoy. Ahora bien, para efectos de este artículo, me enfocaré en el significado de la inflación de los Estados Unidos para el inversor global.

Lo más sensato es comenzar con una definición. En su sentido más práctico, la inflación es una cifra publicada por la Oficina de Estadísticas Laborales (EEUU). Así de sencillo. Se trata de un promedio nacional de los precios de distintos rubros. Dentro de la fórmula, hay rubros que se ignoran, hay rubros que tienen más importancia que otros, y hay rubros que se menosprecian. Es perfectamente viable criticar la manera de medir la inflación en un país. Sin embargo, es importante dejar en claro que cuando se habla de “inflación” se está hablando de la cifra oficial. De todo contrario, el debate se vuelve un caos.

Aquí es importante destacar que la anécdota personal no es el mejor indicador de inflación. La experiencia de una persona que reside en Miami no es la misma que la experiencia de una persona que reside en Little Rock, Arkansas. El comprador de un automóvil usado está experimentando un aumento de precios distinto a la persona que está adquiriendo un servicio de telecomunicaciones. Por ejemplo. Los precios de los bienes raíces en Nueva York no necesariamente son un reflejo de todos los alquileres en el resto del país. Y el aumento de un rubro no implica el aumento de otro rubro.

La inflación en estos momentos se está concretando en alimentos, automóviles, energía, bienes raíces, y materias primeras. En el área de los servicios, la inflación no ha sido tan severa. Lo que complica el asunto porque el sector servicios es el empleador más importante de los Estados Unidos. Lo que tenemos en la práctica es un gran meollo. La persona que se hace una idea de la inflación después de una visita al supermercado, lamentablemente, no tiene una muestra lo suficientemente representativa como para competir con la Oficina de Estadísticas Laborales. Es decir, debemos evitar a toda costa usar la anécdota personal como instrumento para medir la inflación.

¿Qué significa la inflación para el inversor? La principal víctima de la inflación es el trabajador asalariado, porque la inflación reduce el poder adquisitivo de su salario. El aumento de la energía y los alimentos, en particular, es un duro golpe para las familias de bajos ingresos. Para el inversor, el dueño de activos, sin embargo, la inflación no es una carga tan pesada. Para el inversor, lo más perjudicial no es la inflación como tal sino sus efectos. En un ambiente de alta inflación, sufren los ingresos corporativos y los bancos centrales podrían retirar liquidez del sistema. Eso afecta la demanda y, eventualmente, reduce los precios de los activos. Los remedios contra la inflación son los que más golpean al inversor.  

¿Cuáles son las causas de la inflación? La inflación es un fenómeno multifactorial. Los conservadores reducen al asunto un fenómeno meramente monetario. Y los progresistas simplifican la cosa culpando a los comerciantes. Ahora bien, me temo que el asunto no es tan sencillo. Este meollo es mucho más complicado. Una guerra, por ejemplo, podría disparar los precios de la energía en el mundo. En este caso, el problema sería una falla en el suministro de petróleo. Un pánico generalizado podría incentivar compras nerviosas, incrementando la demanda de algunos bienes y servicios. Y algún problema logístico en los puertos y océanos podrían crear nodos en las cadenas de distribución. Los factores psicológicos y logísticos en torno al fenómeno de la inflación, por lo general, no son tomados en cuenta en el debate entre los conservadores y progresistas. Los conservadores siempre culpan al Estado. Y los progresistas siempre culpan a los ricos.

En el caso de un inversor viviendo en un país distinto a los Estados Unidos, para él, mucho más importante que la inflación en los Estados Unidos es la tasa de cambio entre el dólar y la moneda local. Si sus inversiones se cotizan en dólares, pero sus gastos son en moneda local, la tasa de cambio de su moneda es mucho más relevante, para él, que los precios de los bienes y servicios en los Estados Unidos.

En tiempos de alta inflación, los inversores normalmente invierten en activos que se comportan muy bien en ese contexto. Las mercancías, las materias primas, las acciones financieras, y las acciones defensivas tienden a ser las favoritas. Los mercados más especulativos (tecnología, arte, bitcoin, cripto) se benefician mucho de la inflación, pero se perjudican bastante ante las medidas correctivas por parte de las autoridades monetarias.

No hay que ser un genio para saber que la inflación es un tema mucho más complejo de lo que parece. En las redes sociales, todos hablan de la inflación. Pero, en la mayoría de los casos, se trata de un debate muy superficial. En el fondo, son simples ataques al Gobierno por parte de una oposición descontenta. Lo que un inversor necesita no son quejas virales al gobierno de turno. Lo que un inversor necesita es claridad para tomar mejores decisiones financieras.

La meta del inversor es crecer financieramente. No es crear polémica en las redes. El inversor debe crecer en todos los entornos. En marea alta, en marea baja, lo importante es seguir nadando. No obstante, debemos ser objetivos. La inflación es un fenómeno que se puede malinterpretar fácilmente debido al sesgo político. Sin embargo, la inflación es una variable macroeconómica. Y esa variable tiene un efecto en nuestro portafolio. Debemos liberarla de las pasiones políticas para poder diseñar la mejor estrategia. La prioridad del inversor es cuidar su bolsillo.

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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