El FMI nos enseña a medir los riesgos de las criptomonedas: ¿Es suficiente su fórmula?

Todo inversor debe saber una gran verdad: invertir tu dinero implica un riesgo. Sí, un riesgo. Eso significa que puedes perder tu dinero. ¿Cómo? ¿No te lo habían dicho? ¿Te han prometido ganancias seguras y sin esfuerzo? Pues lo siento, pero te han engañado.

No hay inversión 100% segura. Toda inversión tiene un grado de incertidumbre y de posibilidad de pérdida. Así es la vida. Si hay la posibilidad de ganar, hay la posibilidad de perder. Y cuanto mayor sea el potencial de ganancia, mayor será el riesgo. Entonces, antes de invertir en cualquier cosa, hay que tener esto muy claro. Sin riesgo no hay crecimiento. El riesgo hay que reconocerlo, identificarlo, medirlo y gestionarlo. Y, sobre todo, hay que estar dispuesto a asumirlo. Porque si no puedes soportar la idea de perder tu dinero, mejor déjalo debajo del colchón. Aunque eso también tiene sus riesgos…

Si piensas que Bitcoin es una inversión sin riesgo ni pérdida, te has equivocado de plano. Bitcoin es un activo que fluctúa mucho y que puede caer en cualquier momento. No te dejes engañar por quienes te prometen lo contrario, pues solo te mienten, te confunden, o no tienen ni idea de lo que hablan. Algunos usan trucos semánticos para manipular el concepto de “riesgo” y presentar las cosas al revés. Y afirman que Bitcoin es la inversión más segura del universo. No lo es. Bitcoin es un activo increíble. Y si se compra y se vende en los momentos adecuados, puede ser muy rentable. Pero esta oportunidad también conlleva riesgos. Así de sencillo.

¿Cómo el FMI evalúa los riesgos de invertir en criptomonedas y qué medidas propone para evitar que te quedes sin un duro? ¿Cuál es la fórmula “mágica” que han inventado los expertos del Fondo Monetario Internacional?

El FMI ha publicado un informe en el que analiza los peligros que suponen los criptoactivos para la estabilidad financiera mundial. Y no son pocos, porque según ellos, las criptomonedas son muy vulnerables a los ataques cibernéticos, a las fluctuaciones de precios, a la falta de liquidez y a la incertidumbre legal.

Para evitar que esto ocurra, el FMI ha diseñado un modelo que permite identificar los riesgos asociados a las criptomonedas. Se llama C-RAM, que significa Matriz de Evaluación de Riesgos de los Criptoactivos, y consiste en tres pasos:

El primero es un árbol de decisiones que te ayuda a saber qué riesgos y vulnerabilidades tienes según el tipo de criptoactivo que uses, el intermediario que elijas y la regulación que exista en tu país.

El segundo es un mapa de riesgos a nivel nacional que te muestra los posibles escenarios que pueden provocar una crisis sistémica y las posibles soluciones que puedes aplicar.

El tercero es un marco regulatorio que te propone unas normas mínimas para proteger tu inversión y la del resto de los agentes económicos. Este tercer paso es una matriz global de evaluación de riesgos criptográficos que propone un mapa de riesgos globales para o provenientes de los criptoactivos con implicaciones para la estabilidad macroeconómica y el riesgo sistémico. Así, los expertos y funcionarios nacionales podrían usar la tabla Global C-RAM para ver cómo les afectan los riesgos de otros países y qué medidas pueden tomar para mitigarlos.

Por ejemplo, si un país vecino sufre un ataque cibernético que afecta a sus criptoactivos, ¿cómo podría repercutir en nuestra economía? ¿Qué podríamos hacer para evitar contagios o aprovechar oportunidades? ¿Qué papel juegan las instituciones financieras tradicionales en este escenario? Estas son algunas de las preguntas que podrían responderse con la ayuda de la tabla Global C-RAM.

El informe del FMI advierte de las posibles consecuencias de no tener en cuenta el marco de evaluación de riesgos criptográficos propuesto, el C-RAM. Según ellos, los criptoactivos pueden representar riesgos macrofinancieros significativos y la falta de una evaluación adecuada de estos riesgos podría tener consecuencias graves para la estabilidad financiera global. Por eso, el informe recomienda desarrollar marcos de evaluación de riesgos sólidos y dinámicos para abordar los riesgos asociados con los criptoactivos.

El FMI dice que este modelo es dinámico y se puede adaptar a las diferentes situaciones y contextos. También dice que se necesita una cooperación internacional para mejorar el modelo y aplicar las políticas adecuadas. Y, sobre todo, dice que hay que estar muy atentos a las innovaciones tecnológicas que pueden cambiar el panorama de los criptoactivos.

En resumen, el FMI nos propone una fórmula para evaluar los riesgos de los criptoactivos a nivel nacional y global. Se trata del C-RAM, que consta de tres pasos: un árbol de decisiones, un mapa de riesgos nacionales y una tabla de riesgos globales. Con esta fórmula, el FMI pretende ayudarnos a proteger nuestra inversión y la del resto del mundo. Pero no te confíes demasiado, porque los criptoactivos son impredecibles y pueden cambiar en cualquier momento. Así que usa el C-RAM con precaución y sentido común. Y recuerda, el FMI no se hace responsable de tus pérdidas o ganancias.

¿Qué pasa cuando una organización internacional habla de criptomonedas y al mismo tiempo utiliza la palabra “riesgo”? Los teóricos de la conspiración se ponen a la defensiva. ¿Acaso el término “riesgo” es peyorativo? No lo es. ¿Acaso es un insulto? No lo es. Las acciones de las grandes empresas tecnológicas, por ejemplo, son consideradas activos de riesgo por muchos. Y no es el fin del mundo. ¿Acaso no hay riesgo al invertir en Tesla, Microsoft o Apple? Sí lo hay y mucho. Pero eso no implica que esos activos no sean unas de las inversiones más atractivas e interesantes en existencia. El riesgo es dinamismo y potencial. Lo único es que hay que gestionarlo. Las inversiones seguras son un poco rentables y aburridas. ¿Acaso Bitcoin es poco rentable y aburrido? No lo es.

Lo cierto es que las criptomonedas son una realidad que no podemos ignorar ni despreciar. Son una oportunidad de innovar, de democratizar, de diversificar y de crecer. Son una forma de expresar nuestra libertad, nuestra creatividad y nuestra visión de futuro. Son una aventura que vale la pena vivir. ¿Riesgos? Sí, los hay.

Pero la próxima vez que escuches la palabra “riesgo” asociada a las criptomonedas, no te alarmes ni te ofendas. Piensa que el riesgo es parte del juego. Y que el juego puede ser muy lucrativo.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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