¿Ya quedaron atrás los colapsos bancarios?

La quiebra de un banco siempre genera miedos y preocupaciones. De hecho, en tiempos de crisis, no es raro que surjan interpretaciones apocalípticas de la situación: “Un sistema al borde del colapso”. Bueno, bien sabemos que la oposición aprovecha estos momentos para atacar lo establecido y presentar sus reformas como la gran solución. Lo cierto es que, con frecuencia, se cae en la exageración debido a la polarización. Ahora bien, debemos recordar que el público tiene muy poca memoria. Lo que hoy parece nuevo, en realidad, ha pasado muchas veces en el pasado. La historia es muy rica en crisis bancarias. De hecho, se podría decir que es normal. Lo que muchos llaman -un sistema al borde del colapso-, es lo que otros llaman ciclos económicos.  

La inflación (EEUU) se disparó por una multiplicidad de factores. Y eso obligó a la Reserva Federal a aumentar los costos de crédito para reducir la demanda. Al reducir la demanda, disminuye el gasto. Al disminuir el gasto, bajan los ingresos. Y al bajar los ingresos, incrementan los despidos, las quiebras y los impagos. Es muy difícil controlar la inflación sin causar algún tipo de dolor. Pero el dolor es algo que llega en cada ciclo. 

El crédito crea ciclos. ¿Por qué? Porque el crédito aumenta el gasto primero, pero, luego, lo reduce. Es decir, un préstamo aumenta nuestra capacidad de compra al principio, pero, después, disminuye nuestra capacidad de compra debido al peso de la deuda. Después de todo, el préstamo hay que pagarlo. El crédito, entonces, es fiesta para hoy y duelo para mañana. En resumen, los ciclos económicos y financieros nacen de esta dinámica. 

Los bancos, a pesar de ser los malos de la película en muchas narrativas, juegan un rol fundamental en la economía moderna. Desde su creación, han evolucionado y adaptado sus funciones para convertirse en instituciones cada vez más importantes en el mundo financiero actual. 

En muchos círculos, se comente el error de creer que los bancos son simples custodios del dinero ajeno. Por ende, no es inusual que se proponga la autocustodia como una solución a las crisis bancarias. ¿Para qué darle mi dinero a un banco? 

Claro que entre las funciones principales de los bancos se encuentra la intermediación financiera. Es decir, un banco es un lugar de encuentro entre los prestatarios y los prestamistas. En lugar de tener el dinero ocioso, los ahorristas pueden obtener ingresos adicionales siendo clientes de un banco. Y, al mismo tiempo, las empresas y particulares pueden obtener financiamiento para el consumo o la inversión. De esta forma, el dinero circula y la economía crece. Si todos comenzamos a guardar nuestro dinero debajo del colchón, la economía se paraliza. 

En otras palabras, esto no es únicamente un asunto de custodia. En ausencia de los bancos, muchas empresas tendrían dificultades para obtener la financiación necesaria para comenzar o crecer. No podemos hablar de dinero únicamente hablando de la propiedad y la custodia. Es vital hablar, también, del crédito. 

En fin, los bancos no son únicamente guardianes de la propiedad ajena. Si este fuera el caso, la autocustodia tendría mucho sentido. Los bancos proporcionan intermediación financiera, crean dinero, gestionan el riesgo financiero, actúan como intermediarios en el mercado de valores y proporcionan una amplia gama de servicios financieros a los clientes. Los bancos son cruciales para el desarrollo económico y financiero de nuestra sociedad. Por esta razón, una crisis bancaria resulta bastante preocupante, porque puede tener un efecto muy devastador para la economía. 

El crédito es activo y pasivo al mismo tiempo. Mi dinero en el banco es activo para mi. Pero pasivo para el banco. Si yo quiero todo el dinero, el banco debe darme este dinero. Lo que no siempre es fácil, porque los bancos utilizan el dinero de los depositantes para prestar dinero a terceros. Es decir, los activos del banco no siempre son líquidos. Si todos los depositantes deciden retirar su dinero al mismo tiempo, se produce una corrida bancaria. Lo que crea un grave problema de liquidez que puede ocasionar la quiebra del banco. 

Los colapsos de Silicon Valley Bank y Signature Bank tuvieron su origen en este desajuste entre activos, pasivos y liquidez. Los retiros se incrementaron mucho. Y, para poder responder a los retiros, los bancos se vieron en la obligación de vender activos, asumiendo pérdidas. Las noticias salieron a la luz. Los demás clientes entraron en pánico y se produjo una corrida bancaria. Lo que llegó a la quiebra de ambas instituciones. 

Esa crisis bancaria tiene varios efectos. Primero, el ahorrista ha perdido mucha confianza en los bancos más pequeños. Y está sacando su dinero de ahí para colocarlo en los bancos más grandes y mejor regulados. Eso implica que podemos tener más colapsos en el futuro cercano. 

Cabe destacar que los más afectados en esta oportunidad son los bancos regionales. Los bancos más grandes y mejor regulados como JPMorgan y Wells Fargo, de hecho, han salido beneficiados. En el último reporte trimestral, ambas instituciones reportaron un crecimiento bastante impresionante. Entonces, sería una exageración asegurar que se trata de una crisis bancaria total cuando, durante el mismo lapso, hay bancos creciendo tanto. 

Segundo, la quiebra de un banco nos lleva a anticipar la siguiente quiebra debido al peligro de contagio. Esta expectativa nos vuelve a todos un poco más conservadores. Muchas personas retiran su dinero de los bancos debido a los temores. Y los bancos, temiendo un problema de liquidez, comienzan a acumular efectivo y dejan de emitir tantos préstamos como antes. 

Debido a este ambiente de miedo y desconfianza, el dinero se vuelve más escaso, porque deja de circular como antes. Y la escasez del dinero es fatal para la economía. ¿Por qué? Bueno, porque el crédito mueve el mundo. Las personas necesitan mover su dinero ocioso. Y las personas necesitan financiamiento. Si todos comenzamos a guardar nuestro dinero debajo del colchón (autocustodia) o los bancos dejan de prestar dinero, la máquina se apaga. Es sumamente importante, para la economía, que el dinero circule. La economía no es únicamente un asunto de tener dinero en el bolsillo. Sin la producción de bienes y servicios, el dinero no sirve de nada

Las autoridades actuaron de manera rápida y contundente en el caso de los últimos colapsos bancarios. Al parecer, lo peor de la crisis quedó atrás. Sin embargo, todavía es muy pronto para cantar victoria. El público todavía tiene preocupaciones. Y todos los bancos están buscando protección. Es decir, podría haber más quiebras. Puede que sí. Puede que no. Sin embargo, lo cierto es que los efectos secundarios de esa crisis se harán sentir por algún tiempo. 

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