Visa abandona la adquisición de Plaid por USD 5.3 mil millones ante la demanda antimonopolio del Departamento de Justicia estadounidense

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos vio una victoria en un importante caso de adquisición de tecnología financiera que podría preparar el escenario para una serie de medidas antimonopolio.

El martes, el Departamento de Justicia de EE.UU anunció que Visa y Plaid habían cancelado su fusión planificada. Originalmente anunciada hace casi exactamente un año, Visa planeaba pagar USD 5.3 mil millones por la empresa de fintech.

El software de Plaid está diseñado para conectar sistemas dispares de datos financieros de forma segura. En su denuncia de noviembre de 2020, el Departamento de Justicia alegó que Visa estaba utilizando la adquisición para eliminar la competencia. Hoy, Makan Delrahim, de la división antimonopolio del Departamento de Justicia, dijo:

“Visa, que tiene un inmenso poder en el débito en línea en los Estados Unidos, ha extraído miles de millones de dólares de esas transacciones. Ahora que Visa ha abandonado su fusión anticompetitiva, Plaid y otros futuros innovadores de fintech son libres de desarrollar alternativas potenciales a los servicios de débito en línea de Visa. Con más competencia, los consumidores pueden esperar precios más bajos y mejores servicios”.

La tecnología, en general, ha estado en el centro de turbulentos debates sobre las violaciones de las leyes antimonopolio. Poco antes de su caso contra Visa, el Departamento de Justicia presentó una demanda antimonopolio contra Google. Mientras tanto, la Comisión Federal de Comercio está demandando a Facebook.

En ambos casos, los órganos rectores argumentan que las plataformas utilizaron su acceso a los datos de la competencia y su capacidad para dirigir el tráfico de compradores para acaparar el mercado. Pero la ley antimonopolio estadounidense se deriva principalmente de la Ley Sherman de 1890, que apenas anticipó que los datos se convirtieran en el nuevo petróleo, cuando el petróleo ni siquiera se había convertido en el nuevo petróleo. Mientras tanto, durante las últimas dos décadas, las principales plataformas tecnológicas han sido el prodigio de la economía estadounidense, lo que ha dejado a la mayoría de los funcionarios públicos reacios a frenar su avance.

Ese estatus especial ha sido criticado últimamente, especialmente desde 2016. Lo que estamos presenciando actualmente es un gran rearme del aparato antimonopolio de Estados Unidos para una nueva era.

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