Sobre la corelación entre Big Tech y Bitcoin: ¿Verdadero o falso?

Los mercados son sumamente complejos, pero todos tratamos de encontrar algún tipo de orden en la locura. El mundo no es del todo coherente, pero agrupamos y categorizamos en busca de un sentido. El juego de las definiciones no siempre es preciso, pero me temo que es necesario. ¿Qué es Bitcoin? ¿Moneda, mercancía, tech stock o algo más? Además, ¿existe algún tipo de corelación con otros activos? ¿El oro, tal vez? ¿Acaso existe una corelación entre Bitcoin y las Big Tech? 

Se podría decir que Bitcoin es un nuevo tipo de activo que desafía a las antiguas categorías. En todas palabras, no es nada de lo anterior. Sin embargo, comparte algunas características presentes en otros instrumentos. Si eres amigo de las metáforas, te diría que Bitcoin es un ornitorrinco. No es una moneda en el sentido convencional. Porque las monedas modernas son proyectos estatales. Su suministro es esencialmente discrecional y competencia de un banco central. Además, su adopción no es voluntaria. Es adaptación por decreto gubernamental. 

Bitcoin, por otro lado, es un proyecto ciudadano, de suministro finito y preestablecido. Es una especie de plutocracia contracultural al estilo californiano creado por liberatorios y anarco-capitalistas. No es una mercancía porque no tiene valor de uso. Y, obviamente, no es una persona jurídica con activos subyacentes. De hecho, se parece mucho a una coleccionable. Bitcoin, en realidad, es simplemente un código. Una abstracción humana que funciona básicamente como una organizadora social. Un protocolo. 

¿Qué es Bitcoin? Un código digital que representa una tasa de intercambio. Un mecanismo no gubernamental de “transferencia de riqueza”. Sin embargo, ha evolucionado. Digamos que se ha hecho muy popular. En especial, entre las personas más jóvenes debido a su carácter digital, rebelde, versátil y vanguardista. Además, debido a su gran potencial especulativo. Entonces, tenemos un monstruo de Frankenstein formado con partes de Silicón Valley, Wall Street y el Partido Liberatorio. Pero, podemos ir más allá. Bitcoin también ha encontrado un lugar en la economía “gris”: Casinos, Red Oscura, mercado paralelo de divisas, gig economy, etc. No es un accidente su popularidad en países como Rusia, China, Venezuela y Argentina

En muchos aspectos, nuestro ornitorrinco comparte algunas similitudes con el oro. Sin embargo, cuando entramos en detalles, se trata de mercados muy diferentes. Cierto. El oro es escaso. Cierto. La comunidad Bitcoin heredó su narrativa oficial de los escarabajos del oro. Cierto que ambos son activos que atraen a libertarios y a conservadores. Sin embargo, el mercado de oro es un mercado muy antiguo, muy consolidado y bastante regulado. Requiere de instalaciones físicas. Y forma parte de la estrategia macroeconómica de muchos Estados. ¿Por qué hay tanto oro en Londres? El oro es usado por los países para obtener financiamiento. Lo que implica que la estabilidad del precio del oro es importante para sus participantes. 

El mercado Bitcoin es totalmente diferente. Se trata de un mercado fragmentado, de escasa liquidez, con mucho por hacer en lo que respecta a los servicios de custodia, y con mucha ambigüedad en lo regulatorio. Obvio que se trata de un mercado emergente. Todavía altamente dominado por los minoristas. Es un mercado sumamente especulativo con vaivenes muy pronunciados que resulta muy tentador para capitalistas de riesgos, fondos de cobertura, oficinas familiares, tecnológicas, robinhood traders y jóvenes ambiciosos. Es Wall Street en esteroides. 

Bitcoin es obviamente un activo de riesgo. Eso implica que es un miembro honorario del sector “crecimiento”, por su comportamiento y por la configuración de sus inversores. O sea, es un activo “risk on”, sumamente sensible a factores macroeconómicos. En la práctica, esto significa que se corelaciona positivamente con las Big Tech. Claro que no estamos hablando de una corelación absoluta. Incluso, se podría argumentar que Bitcoin es un activo no corelacionado en muchos sentidos. Sin embargo, en términos generales, ya está resultando evidente que dicha corelación sí existe. 

Bitcoin, definitivamente, no es un activo conservador. Muchos de sus inversores sí profesan conservadurismo en lo político. Y, debido a ese sesgo ideológico, Bitcoin se presenta como un “oro digital” en la narrativa. La metáfora a nivel teórico no está del todo fuera de lugar. Sin embargo, Bitcoin no se comporta como el oro en nuestro portafolio. Se parece más a Tesla que al oro en este aspecto. 

Es muy importante tener claridad aquí, porque cualquier confusión podría resultar muy costosa. La ideología no puede mezclarse con nuestra estrategia financiera. La narrativa conservadora es, esencialmente, pesimista. Se piensa que el mundo está al borde del colapso económico debido a un exceso de estatismo. En consecuencia, el ciudadano debe refugiarse en una moneda dura. Según esta visión, Bitcoin es una moneda dura. Entonces, es la opción más sensata. 

El problema es que Bitcoin no se comporta como una “moneda dura”. Se comporta como un “activo especulativo”. Eso quiere decir que su precio depende en gran parte de una política monetaria laxa. Como podemos ver, la narrativa conservadora usada como un orientador para nuestras inversiones puede terminar en desastre. En lo personal, conozco a varias personas que compraron Bitcoin cerca de su máximo histórico motivados por los últimos reportes de inflación en los Estados Unidos. Pensaron en Bitcoin, sesgados por una narrativa politizada, como una moneda dura en lugar de sopesar el activo según su comportamiento real. 

He aquí el problema con las ideologías. La idealización crea una carga emotiva muy cegadora. Eso significa que todo es bueno y nada es malo. La ideología nos hace extremadamente sensibles a las palabras, por ejemplo. La frase “refugio seguro” suena mucho mejor que la frase “activo especulativo”. Decir que Bitcoin es un “activo especulativo” prende las alarmas entre los más sensibles provocando así una defensa emotiva. “El dólar es el verdadero activo especulativo”. “¡Bitcoin es el futuro, keynesiano progresista!” Calma, pueblo. Aquí no hay ataques. 

Olvidemos por un segundo las narrativas. Y pensemos en un mundo sin bandos enfrentados. O sea, no hay palabras peyorativas. Analicemos la evidencia y nada más. El precio de Bitcoin es sumamente volátil. Así de sencillo. En las gráficas, se demuestra claramente que los inversores compran más en una situación de “risk on” y venden más en una situación de “risk off”. En este sentido, el comportamiento de Bitcoin se asemeja bastante al comportamiento de las Big Tech. Nada ofensivo. Son los hechos tal cual. No es política. Es una simple descripción. El que tenga ojos que los abra. 
 

Este es un artículo de opinión y Cointelegraph no se adhiere necesariamente a lo expresado aquí por el autor

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