Riesgos múltiples de recesión amenazan a EEUU

¿Te has preguntado alguna vez por qué el mercado sube y baja sin sentido? ¿Por qué a veces parece que no tiene nada que ver con lo que pasa en el mundo real? Pues la respuesta es muy sencilla: el mercado no es un espejo de la economía, sino un espejo de lo que los inversores piensan que va a pasar con la economía. Y como los inversores son humanos, a veces se equivocan, se ilusionan, se asustan o se vuelven locos.

Lo importante no es si sus expectativas son razonables o no, sino si son compartidas por muchos o por pocos. Así que la próxima vez que veas que el mercado hace algo extraño, no te preguntes qué está pasando en el mundo, sino qué está pasando en la cabeza de los inversores. Quizás así entiendas mejor su lógica… o su falta de ella.

Imagina que eres un detective y quieres saber qué va a pasar con la economía de Estados Unidos. Tienes dos fuentes de información: una son los datos oficiales, como el nivel de interés, el crecimiento, la inflación, etc. La otra son los comentarios de los inversores en las redes sociales, como Twitter, Facebook o Instagram. ¿A quién le haces caso? ¿A los números fríos y objetivos o a las opiniones calientes y subjetivas?

¿Te gustaría ser un inversor racional y objetivo, que solo se guía por los hechos y no por las emociones? Pues lo siento, pero eso es casi imposible. Porque el mercado no es un lugar donde se refleja la realidad, sino donde se reflejan las expectativas de los inversores. Y las expectativas son muy volátiles y subjetivas. A veces, los inversores se dejan llevar por el optimismo y creen que todo va a ir bien, aunque los datos digan lo contrario. Otras veces, se dejan llevar por el pesimismo y creen que todo va a ir mal, aunque los datos digan lo contrario. Así que no te extrañes si ves que el mercado sube cuando la economía baja, o que el mercado baja cuando la economía sube. No es una contradicción, es una ilusión. El mercado no ve la realidad, sino lo que quiere ver.

Los precios en el mercado se mueven según las creencias de los inversores. Porque el mercado funciona como un sistema de profecías autocumplidas. Es decir, si los inversores piensan que los precios van a subir, los precios suelen subir. Y si piensan que van a bajar, suelen bajar. ¿Por qué? Porque los inversores compran cuando esperan ganar dinero y venden cuando esperan perderlo. Y al comprar o vender, influyen en la oferta y la demanda. Así que el precio no solo refleja el valor de un activo, sino también las expectativas de los inversores sobre ese valor. Y esas expectativas pueden ser acertadas o erróneas, pero mientras sean populares, se cumplirán. En otras palabras, un delirio colectivo puede ser más fuerte que la realidad.

El poder de las expectativas es grande, pero no es infinito. Su poder tiene un límite. Cuando el mercado se aleja demasiado de la realidad, normalmente llega una corrección. Ahora bien, para efectos de este artículo, dejemos a un lado los pronósticos sobre lo que hará o no el mercado. Y hablemos de una posible recesión en los Estados Unidos.

Según las actas recientemente publicadas, la Reserva Federal de EEUU está dividida entre los que quieren subir más los tipos de interés para frenar la inflación y los que prefieren hacer una pausa para no enfriar demasiado la economía. En junio, el banco central optó por mantener las tasas, pero algunos miembros presionaron para seguir endureciendo la política monetaria. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ya ha dejado caer que podrían subir los tipos dos o más veces este año.

Las actas de la reunión muestran las dudas y los riesgos de actuar demasiado rápido o demasiado lento. La Fed no quiere repetir los errores del pasado, cuando no supo controlar la espiral inflacionaria y provocó varias recesiones. Los funcionarios reconocen que las subidas de tipos han afectado al crédito y podrían causar una leve recesión, pero confían en que el mercado laboral y el consumo mantengan el crecimiento económico.

Una recesión es cuando la economía se pone de mal humor y deja de crecer o incluso se encoge. Y no es nada divertido, porque puede afectar a tu trabajo, a tu bolsillo y a tu ánimo. En este momento, nos guste o no, hay un riesgo real de que eso pase en los Estados Unidos.  

Uno de estos riesgos es que todavía hay mucha inflación. Eso pasa porque hay mucha demanda (aún) de bienes y servicios, pero no hay suficiente oferta. Entonces, los bancos centrales suben los tipos de interés. Así intentan enfriar la economía y evitar que se recaliente. Pero si lo hacen demasiado rápido o demasiado fuerte, pueden provocar el efecto contrario: que la economía se enfríe demasiado y se congele. Y eso es lo que puede pasar en Estados Unidos, porque la Fed, que es el banco central de allí, ha subido los tipos varias veces y puede seguir haciéndolo.

Otra razón es que no solo Estados Unidos tiene inflación, sino también otros países. Y si todos suben los tipos al mismo tiempo, puede haber un efecto dominó: las economías más débiles pueden sufrir crisis financieras, porque les cuesta más pagar sus deudas y se quedan sin dinero. Y eso puede afectar a las economías más fuertes, porque dependen unas de otras para comerciar y para invertir. Así que puede haber una contracción del crecimiento global, que es cuando el pastel se hace más pequeño para todos.

Y otra razón más es que dentro de la Fed hay división de opiniones sobre qué hacer con los tipos. Algunos piensan que hay que seguir subiéndolos para controlar la inflación, y otros piensan que hay que hacer una pausa para no ahogar la economía. Y eso genera dudas e inestabilidad en los mercados financieros. Y si los mercados se ponen nerviosos, pueden provocar pánico y caídas.

Y, por si fuera poco, hay un factor más: el retraso. Resulta que las subidas de los tipos no tienen un efecto inmediato sobre la economía, sino que tardan un tiempo en notarse. Así que puede ser que las subidas anteriores todavía estén haciendo efecto y sigan apretando las tuercas a las condiciones crediticias y al consumo. Y eso puede ser la gota que colme el vaso y desencadene la recesión. Por eso, es importante estar atentos a los indicadores económicos y a las decisiones de los bancos centrales, porque pueden tener consecuencias imprevistas y duraderas. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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