¿Qué impacto tiene el consumo en Estados Unidos en los precios y en las tasas de interés?

Todos usamos dinero para comprar cosas. A veces compramos muchas cosas. A veces compramos pocas cosas. Esto depende de muchas cosas: de cuánto dinero tenemos, de qué tan caras están las cosas, de qué tan felices o tristes estamos, etc. El problema es que cuando compramos muchas cosas, hacemos que suban los precios. Porque hay más gente queriendo comprar que cosas para vender.

La inflación es mala porque hace que el dinero valga menos y que las cosas cuesten más. Por eso, a las autoridades no les gusta que compremos muchas cosas en tiempos de alta inflación. Pero tampoco pueden obligarnos a comprar menos. Porque somos libres de gastar nuestro dinero como queramos.

La Reserva Federal de Estados Unidos, cuando los precios suben demasiado, sube el interés a los préstamos, para que la gente se lo piense dos veces antes de comprar cosas. Así, al bajar la demanda, también bajan los precios. Es como si les dijera: “Oye, no te gastes tanto, que luego te arrepientes”. Pero claro, no siempre funciona. A veces, la gente está tan acostumbrada a gastar, que ni se fija en el interés. Y entonces sigue comprando como si el dinero fuera papel higiénico. Y ahí es cuando se arma el lío. Porque los precios siguen subiendo, y la Reserva Federal tiene que subir más el interés, y la gente se endeuda más, y al final todo el mundo pierde.

En mayo, la inflación y el gasto de los consumidores se desaceleraron en Estados Unidos. El Departamento de Comercio informó que el índice de precios al consumo (IPC) subió un 0,4% en mayo, menos que el 0,6% de abril y el 0,9% de marzo. El IPC anual se situó en el 3,9%, el más alto desde 2008, pero similar al 5% que se registró en junio. El gasto de los consumidores, que representa dos tercios de la economía, aumentó un 0,9% en mayo, menos que el 5% de marzo y el 0,6% de abril. Los ingresos personales cayeron un 2%, debido a varios factores como la disminución de los cheques de estímulo.

Estos datos podrían estar indicando que la economía estadounidense está entrando en una fase de transición, en la que los consumidores cambian sus hábitos de compra y se adaptan a la reapertura. Hay diferentes opiniones sobre la inflación entre los economistas. Algunos creen que es transitoria y que se moderará cuando se resuelvan los problemas de oferta y demanda. Otros creen que es persistente y que obligará a la Reserva Federal a subir los tipos de interés antes de lo previsto. La evolución de los datos en los próximos meses será clave para determinar la realidad.

Lo que sí sabemos es que los estadounidenses tienen dinero ahorrado y muchas ganas de gastarlo. Pero quizás no tanto en bienes como en servicios, como viajes, ocio o restaurantes. Esto se puede observar en el aumento de la demanda de servicios y en la disminución de la oferta de productos. También se puede notar en el cambio de las estrategias de marketing y publicidad. Es la nueva normalidad post-pandémica, y hay que acostumbrarse a ella.

La Fed tiene un dilema: los estadounidenses se gastan el dinero como si no hubiera un mañana, y eso puede disparar la inflación. El jefe de la Fed, Powell, lo ha dicho hasta la saciedad: todo depende de los datos que vayan llegando. Y el dato más importante es, por supuesto, la inflación. Pero ese informe hay que leerlo completo, no solo el titular. Porque la inflación es una estadística que se compone de varios elementos.

En este caso, lo más relevante es lo que está ocurriendo en el sector servicios. Los precios están aumentando debido a un aumento en los costos laborales y, aparentemente, en un aumento en el gasto. Todo parece indicar que la gente sigue viviendo su vida sin preocuparse mucho por el mañana. Lo cual es válido, cada uno hace lo que quiere con su dinero. Sin embargo, eso hace el trabajo de la Fed un poco más difícil.

Las condiciones están dadas para que la gente gaste menos: los cheques de estímulo se acaban, y los intereses suben. Pero a la gente, al parecer, eso no le importa mucho. Bueno, en el último reporte hay una novedad: el gasto de los consumidores se moderó en mayo, y la inflación también se enfrió un poco. Tal vez la Fed tenga razón y la inflación sea transitoria. O tal vez la gente se esté dando cuenta de que no puede seguir gastando como si fuera el fin del mundo. Solo el tiempo y los datos lo dirán.

Ahora bien, estos indicadores en la última informe muestran una desaceleración relativa del consumo, que podría estar relacionada con varios factores, como la menor demanda de vehículos de motor y otros bienes de larga duración, debido al aumento de los costos de endeudamiento, o la disminución de los precios en las gasolineras.

Claro que el gasto de los consumidores estadounidenses también refleja una gran diversidad según el nivel de ingresos, la edad, la educación y la ubicación geográfica de los hogares. Algunas fuentes señalan que algunos consumidores han podido gastar más y ahorrar menos, mientras que otros han tenido que reducir su gasto y aumentar su ahorro. Algunos consumidores han recurrido más al crédito, mientras que otros han preferido pagar sus deudas.

El consumo es un componente importante del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, que representa más de dos tercios de la actividad económica. Sin embargo, el consumo también enfrenta varios desafíos y riesgos para el futuro, como la incertidumbre política y regulatoria, la volatilidad financiera, el cambio climático y las tensiones comerciales. Estos factores podrían complicar el trabajo de la Reserva Federal (Fed) para mantener el equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad de precios.

Bienvenidos al mundo al revés, donde las buenas noticias son malas y las malas son buenas. Así estamos ahora. Resulta que tener un mercado laboral fuerte y un alto consumo, que normalmente serían motivos de alegría, ahora son motivo de preocupación. ¿Por qué? Porque con la producción y la oferta tan bajas, estos factores generan inflación, es decir, que todo sube de precio. Y si la inflación sube mucho, el banco central tiene que subir los intereses para frenarla. Y eso significa que el dinero se encarece y los activos financieros como las acciones, los bonos y las criptomonedas pierden valor. La próxima vez que veas una buena noticia económica y piensa en el mundo al revés. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

Te puede interesar:

 

Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto total invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.