Privacidad en las criptomonedas: ¿negocio o derecho?

Coinbase está vendiendo software de vigilancia al servicio secreto de los Estados Unidos. Ya no es una sospecha ni un comentario que nadie se atreve a hacer: se conoce un contrato que existe entre la empresa fundada por Brian Armstrong y la organización, adscrita al Departamento de Seguridad Nacional. Este contrato tendrá una duración de 4 años por los que Coinbase devengará más de 180 mil dólares.

Antes de partir con este artículo que quede claro: entiendo que hay un interés comercial, de influencia, económico, en fin, que hay razones de peso para la empresa de Armstrong para proceder de esta manera. Sin embargo, comparto una base ética más cercana a los activistas de la privacidad de hoy, a los cypherpunks y al propio Satoshi Nakamoto, por lo que facilitar la vigilancia por dinero no es lo que haría si tuviese la opción.

Desde hace casi dos años estoy tomando la privacidad y la vigilancia en serio. Antes ya me parecían temas interesantes, pero pensar y actuar en consecuencia a esta nueva preocupación no es exactamente sencillo. 

Coinbase: negocios son negocios

Es por ello que me parece tan particular que una empresa relacionada con Bitcoin -con las criptomonedas-, ceda de manera tan alegre a las pretensiones de las autoridades. Y que además, su CEO lo justifique como una decisión conveniente, incluso para Bitcoin.

Es que Armstrong no solo aprovechó Twitter para exponer su opinión sobre el caso, sino que lo hizo para justificar su postura, completamente alineada con los intereses mercantiles de la empresa.

De hecho, así lo justificó en Twitter:

“El software de análisis Blockchain no es nada nuevo, ha existido desde hace mucho tiempo, utiliza datos disponibles públicamente para tratar de rastrear transacciones criptográficas, generalmente para atrapar a malos actores”.

Las herramientas de vigilancia existen y se utilizan, mucho más allá del ideal que podamos querer ver en Bitcoin. Existe quien se dedica a lucrarse con la vigilancia de la cadena de bloques, y como Chainalysis, lo consideran algo positivo, necesario, importante.

Lo peor es que a la adquisición de Neutrino, un equipo de “analistas” y especialistas que habían cedido su software a gobiernos autoritarios sin ningún tipo de escrúpulo, fue calificado como algo que simplemente “no salió tan bien”. 

Nuevamente, para el CEO de Coinbase, queda claro que la información disponible es un negocio, y que lo ejecutan sin prebendas éticas de ningún tipo. Lo mismo la privacidad de los usuarios de criptomonedas, quienes serán cada vez más refinadamente vigilados, como en el caso de Coinbase Analytics a la disposición del Servicio Secreto.

Es costoso desarrollar esta capacidad, y queremos recuperar los costos. Existe un mercado existente para el software de análisis de blockchain, por lo que también lo vendemos a un puñado de personas. También nos ayuda a construir relaciones con la policía, lo cual es importante para el crecimiento de cripto”, puntualizó.

Obviamente desde esta perspectiva, más que un derecho o el espacio de la realización del individuo, la privacidad es un negocio. Quien puede pagar se cuida mejor y quien puede investigar y fisgonear la data de mejor forma, puede capitalizarlo. Son dos caras de un mismo tema, pero perspectivas completamente distintas.

De hecho, si quieres privacidad, deberías utilizar monedas de privacidad, tal como aprovechó para ofrecer Armstrong: “Si la gente quiere una verdadera privacidad, para eso están las monedas de privacidad”. ¿Veremos Monero en Coinbase? No lo creo, como no creo ni comparto ni media palabra de lo dicho por la empresa ni por su CEO. 

Este es el mismo personaje que apostaba por SegWit2X, incluso en contra de los intereses de los usuarios y operadores de nodos de Bitcoin.

Este artículo había sido ideado sólo para abordar este tema, pero, durante su redacción, también sucedió el hackeo a Twitter, lo que me permite extenderme sobre la postura “positiva” de este tipo de herramientas de vigilancia, ya no solo como negocio, sino como una supuesta protección ante actores maliciosos.

El hack a Twitter y la narrativa de la “vigilancia conveniente”

El hecho de que unos cibercriminales hayan tenido acceso a un nivel de alta gestión dentro de Twitter, lo suficiente como para tomar control de las cuentas de Joe Biden, Kanye West, Bill Gates, Elon Musk, entre otros, y pedir rescates en Bitcoin ha reavivado la narrativa de la conveniencia de herramientas como Coinbase Analytics.

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De hecho, nada más se dio a conocer el hack a Twitter, empezaron firmas de análisis a dar información pormenorizada de los fondos movidos en la cadena de bloques de Bitcoin. La idea es sencilla: este tipo de compañías y sus herramientas de vigilancia son necesarias porque, en estos escenarios, pueden responder a las necesidades de las empresas afectadas e incluso a la de los gobiernos que así lo soliciten, ayudando a la industria a ser más transparente y tener un mejor cumplimiento de cara a la ley.

Así, la vigilancia, la violación de la privacidad, deja de ser un problema, y se convierte en una forma eficiente de controlar la actividad de los usuarios de una tecnología que nació, precisamente, para que nadie pueda evitar su uso. 

Todas las UTXO son iguales

Cabe decir que, en el caso concreto de Bitcoin, se condiciona su movimiento hacia fiat, pues dentro del sistema y la red, cada UTXO es igual a las demás.

Se justifica la creación de este tipo de herramientas, y su comercialización, no solo porque la data está disponible, sino porque, además, esto es algo “bueno para Bitcoin”. Y no son solo las empresas que trabajan desarrollando este tipo de herramientas de control y espionaje; también las que las utilizan para su expansión en el mercado global.

Como dato, y mientras esta narrativa de la vigilancia cobra impulso empujada por este y otros sucesos, la data analizada por Crystal Blockchain, muestra que la cantidad de bitcoin enviada a mixers o implementaciones de CoinJoin, por entidades de la Darknet aumentó significativamente este año.

De 790 bitcoin totales en el primer trimestre de 2019 a 7,946 bitcoin en el primer trimestre de 2020. El mismo crecimiento también se observó en USD: un aumento de 3 millones de dólares en el primer trimestre de 2019 a 67 millones de dólares en el primer trimestre de 2020. Esto indica una rápida adopción de los servicios de mezcla de criptomonedas por parte de las entidades de la Darknet”, lo que revela un interés inusitado en la privacidad que, guste o no, revela el interés del mercado más allá del cumplimiento de la ley y de la vigilancia de las cadenas de bloque.

Habrá cada vez más justificativos para “vigilar” la cadena con “fines positivos para bitcoin” y pocos entenderán que esto es falso. Yo estoy entre esos.

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