¿Por qué los bancos centrales siguen comprando oro sin cesar?

Según algunos informes, algunos países están comprando oro como si fuera el chocolate. No, no es que tengan una adicción al metal precioso, sino que quieren reducir su dependencia del dólar estadounidense. ¿Y por qué quieren hacer eso? Pues porque el dólar les parece una moneda muy caprichosa, que sube y baja según le conviene a Estados Unidos, y que además puede ser bloqueada por sanciones políticas. Por ejemplo, Rusia sufrió mucho cuando Estados Unidos le castigó por invadir Ucrania en 2022. Entonces, ¿qué mejor que tener oro, que es un valor seguro y que nadie puede confiscar?

Ahora bien, pese a la compra masiva de oro por los bancos centrales, es posible que no vaya a haber una transformación radical. Al dólar, probablemente, le quedan años de hegemonía. El oro solo representa una pequeña parte de las reservas de los bancos centrales, y el dólar sigue siendo la moneda más usada en el comercio internacional y en las inversiones financieras.

Claro que hacer negocios con Rusia en este momento puede ser muy peligroso, porque Estados Unidos no se lleva bien con ellos y les impone sanciones económicas a menudo. Y no solo a los rusos, sino también a las empresas privadas que tienen tratos con ellos.

Pero hay una forma de evitar estos riesgos: comprar oro. El oro es un metal que brilla mucho, y que también vale mucho. En lo que va de año, el oro ha subido más de un 10% en dólares. ¿Por qué? Pues porque, al parecer, el mundo está cada vez más complicado, y el oro es una forma de protegerse de la incertidumbre para muchos. El mundo es cada vez más multipolar, lo que significa que hay más países que quieren mandar. Y eso puede generar conflictos y tensiones.

¿Por qué muchos países están comprando oro como una forma de declaración política? ¿Es que acaso el oro tiene algún poder mágico que les permite influir en el mundo? ¿O es que simplemente les gusta tener algo brillante y pesado en sus bóvedas?

La respuesta no es tan simple, pero se podría resumir en una palabra: diversificación. Los bancos centrales, que son las instituciones encargadas de administrar las reservas monetarias de los países, buscan tener una cartera equilibrada de activos que les permita enfrentar los riesgos y las oportunidades del mercado global.

El oro es uno de esos activos, y tiene algunas ventajas sobre otros. Por ejemplo, el oro no depende de ningún gobierno o entidad para mantener su valor, sino que se rige por la oferta y la demanda. El oro tampoco se devalúa por la inflación o la emisión monetaria, sino que suele aumentar su precio en tiempos de crisis o incertidumbre.

Además, el oro es una forma de mostrar independencia frente al dólar estadounidense, que sigue siendo la moneda dominante en el comercio internacional. Algunos países, como China o Rusia, han estado comprando oro y vendiendo parte de sus bonos del Tesoro de EEUU, lo que podría interpretarse como una señal de desconfianza o desafío hacia la potencia norteamericana.

Otra razón por la que muchos países están comprando oro es para diversificarse frente a los tipos de interés, que son el precio que se paga por pedir o prestar dinero. Los tipos de interés afectan al valor de las monedas y de los bonos, que son títulos de deuda emitidos por los gobiernos.

Cuando los tipos de interés suben, como ha ocurrido en Estados Unidos, los bonos del Tesoro de ese país se vuelven menos atractivos, ya que pierden valor y pagan menos intereses que otros activos. Por eso, algunos bancos centrales han vendido parte de sus bonos del Tesoro y han comprado oro, que no se ve afectado por los tipos de interés.

Además, cuando los tipos de interés suben en Estados Unidos, el dólar se fortalece frente a otras monedas, lo que perjudica a los países que tienen deudas en dólares, como muchos de América Latina. Estos países tienen que pagar más intereses y más dólares por sus deudas, lo que reduce su capacidad de inversión y crecimiento.

Por eso, algunos líderes políticos, como el presidente de Brasil, Lula da Silva, han propuesto crear una nueva moneda o usar sus propias monedas para comerciar entre ellos y reducir su dependencia del dólar. Sin embargo, esta idea no es tan fácil de llevar a cabo, ya que requiere una gran coordinación y confianza entre los países involucrados.

El oro puede ser una forma de diversificar las reservas y protegerse de los vaivenes de los tipos de interés y del dólar, pero no es una solución mágica para los problemas económicos o políticos de los países. El oro puede brillar, pero no habla ni negocia.

El oro no es la panacea para los problemas económicos o políticos de los países. El oro no genera intereses ni dividendos, sino que tiene un costo de almacenamiento y transporte. El oro tampoco es fácil de vender o comprar en grandes cantidades, ya que puede afectar su precio o generar sospechas. Y el oro no garantiza el éxito ni el prestigio de una nación, ya que depende de muchos otros factores.

El oro es un metal precioso, pero no es una varita mágica que garantice el triunfo. Después de todo, es una piedra que tiene un valor arbitrario. No es una final de todos los problemas. 

¿Por qué el dólar es tan poderoso? Pues porque es la moneda de los Estados Unidos. El dólar tiene la ventaja de que todo el sistema monetario internacional está hecho a su medida. Pero no todo es color de rosa para el billete verde. Hay otros que le quieren quitar el puesto, como el euro y el yuan. Sobre todo, este último, que se está haciendo fuerte en el comercio de petróleo y en los proyectos de infraestructura por medio mundo. ¿Podrá el dólar resistir el embate? Eso dependerá de si Estados Unidos sigue siendo un país confiable y estable, o si se deja llevar por las locuras de algunos de sus líderes. Por ahora, el dólar sigue siendo el rey, pero no puede dormirse en los laureles.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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