¿Podrá la variante Delta del Coronavirus afectar al precio de Bitcoin?

Esta historia no ha terminado. Lamentablemente, aún estamos en tiempos de pandemia. Porque todavía estamos muy lejos de un retorno completo a la normalidad. Sí, ya tenemos las vacunas. Pero el proceso de vacunación ha sido lento y largo. Y, por supuesto, que el movimiento antivacunas no está ayudando mucho. En tiempos tan complejos, la anticiencia, la desconfianza a las autoridades, las fakenews y las teorías de conspiración están sirviendo de aliados para un virus que muta a cada minuto. La variante Delta del coronavirus se propaga velozmente y amenaza la recuperación económica. ¿Qué significa esto para el precio de Bitcoin

En términos generales, podríamos decir que una desaceleración económica perjudica el precio de Bitcoin. Es decir, la variante Delta no es una buena noticia. Si la pandemia se mantiene y esta variante sigue propagándose, eso implicaría que la gente se abstendría de participar en determinadas actividades. Eso ciertamente afectaría los ingresos de los negocios, teniendo un impacto negativo en la economía. Bitcoin es un activo que se desempeña muy bien en tiempos de prosperidad. Porque la liquidez del dólar lo favorece bastante. Sin gasto, no hay liquidez. Por ende, Bitcoin sufre en dichas condiciones. 

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Si bien es cierto que Bitcoin para algunos es objeto prácticamente sobrenatural que todo lo puede, la realidad es que Bitcoin no es otra cosa que un código en una red de computadores. Como todo código, Bitcoin es una simple representación de algo más. ¿Qué representa el código Bitcoin? Representa una tasa de cambio. Bitcoin no es una mercancía de uso práctico como el petróleo o la soja. Bitcoin es un conjunto de códigos alfanuméricos que representan un valor monetario en un momento dado. Ahora bien, una tasa de cambio se compone de un par. En este pacto social, participan dos elementos. En el caso de Bitcoin, el par más importante es el par Bitcoin/Dólar. Nos guste o no, los pares de un mercado dependen uno del otro. Un medio de intercambio por definición no se sostiene por sí solo. 

Los más idealistas alegan que Bitcoin no necesita de nada. “Un Bitcoin es un bitcoin”. Lo que implica que el precio de Bitcoin en realidad no importa. Lo que realmente importa es la posesión. En este caso, Bitcoin, supongo yo, se convierte en algo valioso por sí mismo. Es decir, deja de ser un medio para convertirse en un fin. En lo personal, respeto esta postura, pero no la comparto. Yo no compro Bitcoin por estética o poética. Mi objetivo principal es financiero. A mí sí me importa el precio de Bitcoin. Para vivir, necesito comida, techo, y muchas cosas más, y un código no me puede proveer todo eso. Mis tenencias en Bitcoin son importantes solo por el hecho de que puedo hacer intercambios. La tasa de dicho intercambio es vital, porque no es lo mismo un Bitcoin a $3K que un Bitcoin a $64K. Simple. Con un Bitcoin más valioso, puedo hacer más intercambios. 

La demanda es crucial para el aumento de las cosas. Pero la demanda requiere de confianza, fe, y actividad. Los activos muy volátiles en particular requieren de un optimismo especial. Porque los inversores miedosos prefieren activos más estables. En tiempos de prosperidad, los inversores asumen mayores riesgos, porque el dinero abunda. O sea, se vuelven más codiciosos y quieren crecer de modos más agresivos. Esa situación favorece en especial a Bitcoin. Mucho gasto significa mucho movimiento económico. Mucho movimiento económico implica muchos dólares en circulación. Y eso a su vez significa mucha inversión en activos riesgosos/volátiles. 

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Bitcoin es un activo de optimistas. No es casualidad que la comunidad bitcoin está repleta de gente joven que quiere crecer financieramente con gran velocidad. En este sentido, Bitcoin es lo opuesto a un refugio seguro. Los “refugios seguros” como el oro o los bonos-T son activos sumamente conservadores escogidos por los inversores más conservadores en tiempos de miedo o incertidumbre. No son muy rentables, pero son estables. No se gana mucho dinero con ellos. Pero, al menos, no se pierde dinero con ellos. Son un cuarto de pánico. Bitcoin es un animal completamente distinto. 

Ahora bien, la variante Delta es, sin lugar a dudas, una preocupación. Pero todavía no tenemos indicios de que esté perjudicando la recuperación económica. En esta oportunidad, está ocurriendo lo contrario. O sea, más que un enfriamiento económico el peligro ahora es un sobrecalentamiento. La inflación, en particular, es preocupante. En la actualidad, tenemos entre nosotros una crisis logística que está aumentando los precios. Hay escasez en muchos rubros, porque la producción no ha podido aumentar al mismo ritmo que la demanda. Las cadenas de distribución y producción están presentando fallas graves ante la recuperación.  

La Reserva Federal de los Estados Unidos está permitiendo temporalmente esta inflación para estimular la plena recuperación de las cadenas de producción y distribución. En otras palabras, si la demanda cae ahora, los efectos serían catastróficos. Hay que mantener esta demanda para que la oferta tenga el estímulo de aumentar. En su última reunión, la Reserva no anunció cambio alguno. Lo que significa que tendremos liquidez por más tiempo. Si eso lo unimos a unos reportes corporativos bastantes positivos, tenemos entre nosotros un sentimiento alcista muy favorable para los activos más dinámicos. Big Tech y Bitcoin. 

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Claro que solo podemos hacer un análisis con la información que tenemos hoy. Esta es la situación desde la óptica del momento. Mañana se puede presentar un evento inesperado que podría cambiar nuestras suposiciones sobre el futuro. Pueden surgir nuevos datos. Las cosas pueden complicarse aún más con el tema de la pandemia. Y, en cualquier momento, los Gobiernos pueden tomar medidas antieconómicas por el bien de la salud pública. Aquí no hay certezas de ningún tipo. 

El fenómeno Bitcoin es difícil de observar con objetividad, porque el movimiento en muchos casos se mezcla con la política. Y bien sabemos que, en el caso de la política, las pasiones suelen desbordarse. Con mucha frecuencia, se pierde toda objetividad. Se dicen cosas más por dogma que por la observación de hechos concretos. ¿Qué es más real las ideas o la experiencia? Los criptolibertarios han tomado la vieja narrativa de los escarabajos del oro y la usan para hablar de Bitcoin. Pero el oro es un activo que se vende vendiendo el miedo. Bitcoin, debido a su gran volatilidad, en tiempos de miedo se desempeña muy mal. Por ende, la vieja narrativa de los escarabajos de oro es inadecuada. Se usa por un asunto de dogma ideológico. Pero no sirve. Bitcoin es un activo de optimistas. Así de sencillo. Crece con la prosperidad y la confianza. No lo digo yo. Lo dicen los hechos.