Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 17/05

Los mercados financieros son como un sube y baja: a veces están arriba y a veces abajo. ¿Y quién los mueve? Los inversores, que son muy caprichosos y cambian de parecer a cada rato. Los mercados alcistas empiezan cuando nadie cree en ellos, crecen cuando nadie los apoya y terminan cuando todo el mundo los adora. Los mercados bajistas hacen lo opuesto. A eso se le llama la fluctuación.

¿Y qué hace que los inversores cambien de parecer? Pues las expectativas, que son las ideas sobre lo que va a ocurrir en el futuro. Pero las expectativas no tienen por qué ser lógicas ni basadas en datos. Solo tienen que ser populares. Si la gente piensa que el mercado va a subir, compra y el mercado sube. Si la gente piensa que el mercado va a bajar, vende y el mercado baja. Así de fácil.

Los mercados se guían por expectativas. Y las expectativas, en muchos casos, se guían por la fantasía. Lo que significa que el mercado es un sueño compartido. O una pesadilla, según se vea. Toda caída es precedida por una atmósfera de euforia y optimismo, cuando el mercado alcanza niveles récord y parece no tener límites. Sin embargo, pronto empieza a percibir algunas señales de alarma. Luego, sin una causa aparente, el mercado entra en pánico y empieza a vender masivamente, provocando una caída vertiginosa de los precios. 

Eventualmente, el mercado se recupera gracias a la intervención de los que compran en el fondo para restaurar la confianza. Sin embargo, el daño ya está hecho y muchos pequeños inversores pierden sus ahorros en el proceso. En la mayoría de los casos, estas montañas rusas son esencialmente un fenómeno psicológico más que económico, fruto de la irracionalidad y la codicia humana.

Te voy a revelar un secreto. Los líderes de la comunidad cripto no son santos venidos del cielo. Son partes interesadas. Es decir, los medios, los exchanges, los inversores, las empresas, los tuiteros y los youtubers del sector están hasta las cejas en esto. ¿Qué van a decir? En el fondo, no tienen otra salida. Todos ellos saben que el éxito depende, en gran medida, de publicitar y difundir el mensaje. Hay que hacer grandes promesas, para mantener las expectativas altas. Así se estimula la demanda. La ideología revolucionaria e insurreccional es especialmente seductora para ciertos grupos de minoristas con inclinaciones políticas (libertarios, conservadores y anarco-capitalistas). Para estos grupos, Bitcoin es una causa y una identidad. No es solo cuestión de dinero. Entonces, tenemos la receta perfecta. Tenemos unos líderes protegiendo sus intereses. Tenemos unas redes sociales que alimentan el fanatismo y el sectarismo. Y tenemos a un grupo con ansias de pelear por una causa para encontrarle sentido a la vida. 

En este contexto, es fácil caer en falsas expectativas. Las partes interesadas usan toda la maquinaria disponible para promover compras. No hay que subestimar la fe que muchos depositan en una narrativa escuchada en las redes sociales. Muchos se entregan en cuerpo y alma a una causa después de ver un documental en YouTube o leer un meme en Twitter. Estas ideas les aportan una gran fuerza psicológica. Sobre todo, porque se trata de una unión mediante un enemigo común.

¿Cuál es la narrativa? El futuro es nuestro. El sistema está al borde del colapso. Y nosotros somos la salvación. Somos héroes de la historia. Los expertos, el gobierno, los medios tradicionales, las corporaciones, la banca privada y los bancos centrales son parte de la conspiración. Bitcoin, y el pueblo, tarde o temprano, obtendrán la victoria final. Bitcoin es un milagro caído del cielo y la manifestación de la perfección. Y, además, llegará a millones de dólares en el futuro. Hay que ser un idiota para no comprar ahora. Acto seguido, la gente compra. Y el precio sube. Y porque el precio sube, más gente empieza a pensar que estos bitcoiners deben estar en algo. Después de todo, el precio está subiendo.

El poder de las expectativas, sin embargo, tiene un límite. Los bitcoiners militantes pueden subir el precio de Bitcoin con sus compras. Pero no pueden hacerlo para siempre. La narrativa no es mágica. Tarde o temprano, se topa con un muro. Es decir, la militancia puede provocar alzas a corto plazo… después de campañas orquestadas por los interesados. Pero para seguir creciendo a largo plazo… hace falta dinero nuevo. Necesitamos el dinero de las grandes instituciones. Necesitamos el dinero de la gente normal y corriente. Y eso no se consigue solo con memes y documentales. Se necesita liquidez, condiciones macroeconómicas favorables y optimismo generalizado en activos de riesgo por el público en general.

La industria nos dice que hagamos hodling: que compremos siempre y nunca vendamos. (Qué conveniente). Eso es porque quieren que seamos inversores idiosincráticos… O sea, que tengamos una fe ciega en el futuro triunfal de la causa… Eso fomenta un falso sentido de certeza impulsado por la propaganda. Sin embargo, siempre podemos elegir nuestro propio camino. También podemos ser más pragmáticos… No tenemos que seguir el rebaño de los inversores idiosincráticos. Nosotros podemos invertir solo por motivos financieros y ya. Es decir, para ganar dinero y punto. ¿Por qué no? No hay nada de malo en eso. En vez de una gestión pasiva, también podemos optar por una gestión más activa… Lo que significa tomar ganancias… vender cuando nos convenga.

La gestión activa consiste en buscar oportunidades, diversificar y aprovechar los movimientos del mercado. La gestión pasiva consiste en comprar y mantener sin importar lo que pase en el mercado. Ambas estrategias tienen sus ventajas y desventajas. Lo importante es que no te dejes engañar por las modas o las promesas vacías. Piensa con criterio y analiza los pros y los contras de cada opción. ¿Gestión activa o pasiva? Bueno, eso depende de ti.

En este negocio, hay que controlar las emociones, no aferrarnos a una inversión por miedo, codicia u orgullo. Hay que ser racionales y objetivos, no sentimentales. Las propagandas y las ideologías siempre hay que tomarlas con cierto escepticismo. O sea, no hay que creer tanto en tuiteros y youtubers… ¿Eres un inversor o el miembro de una secta? ¿Estás en esto para salvar al mundo o para hacer dinero?

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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