Pequeños vs grandes: ¿Qué están haciendo las ballenas?

Hablemos de la importancia del volumen en la acción del precio. Las alzas son señales de optimismo. Las bajas son señales de pesimismo. Pero el volumen nos revela la fortaleza de cada posición. Entonces, la lectura del volumen enriquece nuestros análisis de manera significativa. En este caso, debemos diferenciar el sentimiento en las redes sociales y el sentimiento a nivel institucional. También hay que resaltar la diferencia entre los minoristas y las ballenas.

¿Qué es una tendencia bajista? Bueno, es un periodo cuando la probabilidad de que el precio baje es mayor a la probabilidad de que el precio suba. El peor momento para comprar es al final de un periodo alcista y al principio de un periodo bajista. Por ejemplo: Caso Microstrategy. Caso Bukele de El Salvador. El mejor momento para comprar es al final de un periodo bajista y al principio de un periodo alcista. Ejemplo: Las personas que compraron BTC en el 2019-2020.

Los contrarios buscan comprar las caídas en un periodo alcista y buscan comprar cerca del fondo en un periodo bajista. Es decir, pese al sentimiento pesimista de un momento, las oportunidades surgen para los que se arriesgan a ir en contra del sentimiento general (en el momento oportuno). Los inversores con la capacidad de anticipar los cambios son los más beneficiados. Entonces, para nadie es un secreto que, en este momento, las declaraciones de un fondo son eventos comunes. Pero tampoco es un secreto que las falsas llamadas son mucho más comunes. ¿Por qué?

Lo que ocurre es que, allá afuera, hay mucho contrario ingenuo. Se asume (equivocadamente) que todo pesimismo es razón para el optimismo y que toda caída es una oportunidad de compra. Me temo que no es así de fácil. Comprar de manera prematura, durante un periodo bajista, es comprar caro. Comprar la caída al principio de un periodo bajista es comprar las primeras caídas de un precio en descenso. En otras palabras, es comprar en un mal momento.

Otra cosa. Si el precio ha bajado bastante por mucho tiempo, eso no (necesariamente) es señal de una reversión de tendencia. El precio no sube, porque ha bajado. Bitcoin no está “barato” o “caro” en relación al precio de ayer. Bitcoin está “barato” o “caro” en relación al precio de mañana. Ahora bien, debemos recordar que el inversor compra “barato” hoy para vender “caro” mañana. O sea, compra con una expectativa. Lo que, en realidad, se espera es que la demanda de mañana sea superar a la demanda de hoy. Entonces, la clave no está en las glorias pasadas. La clave está en la demanda del futuro. ¿Cuál será la demanda mañana? ¿De dónde saldrán los compradores?

Ahora hablemos más en concreto. El precio de Bitcoin ha bajado muchísimo. Y el sentimiento actual es bastante pesimista. Entonces, no es raro encontrar destellos de optimismo en las redes sociales invocando los principios de la filosofía contraria. Es muy frecuente leer reacciones defensivas en los comentarios de los titulares negativos: “Cuando veo noticias así, sé qué es momento de comprar”.

Las tonterías que vemos en las redes sociales normalmente son producto de la ignorancia confiada y el fanatismo de los minoristas. Se trata de un inversor amateur, inexperto e idiosincrático que se siente un sabio por el simple hecho de ser un usuario frecuente en Twitter y Youtube. En el fondo, son simples agentes de la propaganda que repiten como loros las mismas frases y los mismos dogmas de siempre. Este fenómeno es más un asunto de identidad que de finanzas. Al defender a una causa pseudo-política, el individuo asume un rol “heroico” en un movimiento histórico. Se siente grande, porque pertenece. Por ende, la meta deja de ser el dinero o la verdad. La meta se convierte en defender a la tribu a toda costa. De este modo, se vuelve “grande” psicológicamente. 

Esta horda de fanáticos irracionales es muy conveniente para la industria, porque son ellos los mantienen el entusiasmo vivo en todo momento. Y son ellos los que compran cuando los demás quieren vender. Esa presión alcista es muy útil. Todos estos libertarios, anarcocapitalistas y consevadores de derecha de la comunidad cripto dispuestos de perder dinero por una ideología son convenientes para el precio. Desde el punto de vista del inversor pragmático, ellos son una mina de oro.

Los minoristas ciertamente tienen la capacidad de subir los precios. Pero, lamentablemente, esta capacidad es limitada. Es decir, su poder no dura mucho tiempo. La gráfica puede registrar varias velas verdes durante un periodo bajista. Pero si estas velas son el resultado de un bajo volumen, esto, por lo general, significa que todavía la reversión de la tendencia está lejos. Hay alzas, pero no hay convicción. Se trata, seguramente, de las falsas ilusiones de los minoristas “comprando la caída” por una malinterpretación de la situación. Lo que resulta muy útil para las ballenas en busca de compradores para poder vender.

Durante un periodo de consolidación, el precio se mueve de manera lateral. Las bajas se cancelan con las alzas. Lo que, en apariencia, parece una igualdad de fuerzas. Sin embargo, al realizar un estudio del volumen, nos podemos dar cuenta que las alzas registran un volumen bajo y las bajas registran un volumen más elevado. Adicionalmente, las direcciones con pocos BTC han estado aumentando. Y la actividad on-chain revela que los grandes actores están vendiendo.

Ahora bien, el dinero del mundo se encuentra concentrado en pocas manos. En este sentido, las influencias no son parejas. Por ende, las expectativas de las grandes capitales no se pueden equiparar con las expectativas de los pequeños. Cierto que los pequeños hacen más ruido en las redes sociales, porque los pequeños son más. Sin embargo, tarde o temprano, los pequeños terminan siendo devorados por los grandes.

Los mercados nacen en el pesimismo y mueren en la euforia. Cierto. Pero, ¿el pesimismo de quién? ¿La euforia de quién? Normalmente, en este caso, nos referimos al público: La prensa, las redes sociales, y el ciudadano de pie. Sin embargo, el pesimismo del momento no es suficiente. Sí, se requiere pesimismo para poder comprar a los mejores precios. Pero también se requiere la anticipación de una mayor demanda en el futuro. Y no me refiero al optimismo empedernido de los fanáticos. Me refiero específicamente a la eventual llegada del capital institucional. El futuro necesita compradores. Necesita liquidez. Y necesita volumen.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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