Los inversores esperan un mensaje moderado de Powell en Jackson Hole acerca de la política monetaria estadounidense

Jackson Hole es el nombre de un lugar en Wyoming, Estados Unidos, donde cada año se reúnen los banqueros centrales más importantes del mundo para hablar de economía. Es como un campamento de verano para los que mandan en el dinero, pero sin malvaviscos ni canciones alrededor de la fogata.

Lo que sí hay son discursos, debates y decisiones que pueden afectar a los mercados financieros y a los bolsillos de millones de personas. Por eso, los inversores están muy pendientes de lo que se dice en Jackson Hole, sobre todo de lo que habla el jefe de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos. Este año, el tema principal es si la Fed va a seguir subiendo los tipos de interés o va a hacer una pausa para no enfriar demasiado la economía.

Imagina que Jackson Hole es una fiesta de cumpleaños a la que están invitados los niños más poderosos del colegio. Ellos son los que deciden cuánto vale el dinero de la piñata, cuántos dulces se pueden comprar con él y cómo se reparten entre todos. El anfitrión de la fiesta es el niño más poderoso de todos, el que tiene el dólar, y se llama Powell. Todos los demás niños quieren saber qué va a hacer Powell con el dinero de la piñata: si va a subirlo o bajarlo, si va a repartirlo más o menos, si va a cambiar las reglas del juego. Por eso, están muy atentos a lo que dice y hace en la fiesta, porque eso puede afectar a sus propios bolsillos y a los de sus padres. Los inversores son como los padres de los niños, que también quieren saber qué pasa en la fiesta para poder planear sus compras y ventas de dulces.

Powell va a dar un discurso este viernes en Jackson Hole y todos los inversores están muy nerviosos por lo que pueda decir. ¿Por qué? Porque si Powell dice que va a subir mucho el precio del dinero, eso puede hacer que baje el valor de las acciones, los bonos y otras cosas que tienen los inversores. Y si dice que va a bajarlo, puede hacer que suba la inflación. Así que los inversores están esperando a ver qué pasa en Jackson Hole.

¿Qué va a hacer el jefe de la Reserva Federal? Sabemos que no hablará de sus futuras decisiones. Allí solo hablará de temas generales con otros expertos en política monetaria. No es un lugar para dar pistas sobre las próximas acciones del banco central. Es más bien un club de debate para los que mandan en el dinero. Pero eso no impedirá que Wall Street analice cada palabra suya en busca de señales que indiquen que la Fed podría volver a bajar los tipos. Y es que los indicadores económicos apuntan a una desaceleración global que podría afectar a Estados Unidos. Así que los inversores están nerviosos y quieren saber si la Fed les echará una mano o no.

La mayoría de los inversores solo miran al pasado. Ellos se dejan seducir por un activo que han subido mucho en el pasado, pensando que seguirán subiendo en el futuro. Pero eso es un error. El pasado no garantiza el futuro. Lo que importa es el presente y el futuro. Lo que importa es comprar activos baratos hoy, que valdrán más mañana. Así se hace la ganancia. No se trata de seguir la moda, sino de anticiparla. No se trata de ir detrás de la manada, sino de ir delante de ella. No se trata de comprar lo que todos compran, sino de comprar lo que nadie ve. Esa es la clave del éxito. El pasado es solo historia. El futuro es la oportunidad.

Jackson Hole es un lugar donde se reúnen los miembros de la Fed y otros expertos para hablar de economía. Pero no esperes que tomen decisiones. Eso lo hacen en las reuniones oficiales de la Fed. Lo que hacen en Jackson Hole es dar pistas, sugerencias, indicaciones. Lo que hacen es crear expectativas. Por eso, los inversores están atentos a lo que dicen. Porque pueden anticipar lo que hará la Fed en el futuro. Y eso puede afectar al mercado. Jackson Hole es tu oportunidad de escuchar.

Cuando los intereses están elevados, el dinero es caro. Y cuando el dinero es caro, la gente pide menos crédito. Y cuando la gente pide menos crédito, hay menos dinero en circulación. Y cuando hay menos dinero en circulación, hay menos demanda. Y cuando hay menos demanda, las valoraciones bajan. Así de simple.

Por eso, los inversores temen a los intereses altos. Porque son bajistas para las acciones y las criptomonedas. Pero no todo está perdido. Los intereses no se mantienen altos para siempre. Tarde o temprano, la Fed los baja. Y cuando los baja, el dinero se abarata. Y cuando el dinero se abarata, la gente pide más crédito. Y cuando la gente pide más crédito, hay más dinero en circulación. Y cuando hay más dinero en circulación, hay más demanda. Y cuando hay más demanda, las valoraciones suben.

Por eso, los inversores buscan anticipar el momento del giro, ya que es una gran oportunidad. Las acciones y las criptomonedas se benefician de los intereses bajos. De hecho, lo más relevante para el inversor no son los intereses actuales, sino los intereses futuros.

El inversor mira al futuro y su trabajo consiste en anticipar los cambios. Una subida leve es mejor que una subida fuerte. Una pausa es mejor que una subida. Y un recorte es mejor que una pausa. Es decir, después de una serie de subidas, lo que los inversores buscan son pistas de que la Fed deje de subir los intereses y se tome una pausa. Lo que se quiere es moderación.

Si la Fed no cumple con las expectativas, el mercado puede reaccionar negativamente. Además, no debemos caer en el error de pensar que los intereses son el único factor que influye en las valoraciones. Obviamente, hay otros aspectos que hay que considerar a la hora de invertir. Sin embargo, vale la pena escuchar el discurso de Powell en Jackson Hole.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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