Libertad financiera: el sueño de muchos y la realidad de pocos

La libertad financiera es un concepto que tiene que ver con el dinero. No con la filosofía o la psicología. El dinero es una medida de valor monetario. Y el valor monetario se expresa en números. En filosofía o en psicología, las respuestas pueden ser ambiguas o subjetivas. Pero en finanzas, las respuestas son claras y objetivas. Son números. Por eso, para alcanzar la libertad financiera, hay que saber manejar los números. Hay que saber cuánto se gana, cuánto se gasta, cuánto se ahorra y cuánto se invierte. Así de simple. Y así de difícil.

Muchos piensan que la meta de la libertad financiera es hacer mucho dinero para gastar mucho dinero. Pero esa meta es un agujero negro. Un agujero negro que se traga todo lo que entra y no deja salir nada. Una meta así es como ahorrar en un saco con un hueco. Porque si cada vez que ganas más, gastas más, nunca vas a avanzar. Al contrario, vas a retroceder. Porque el dinero no es solo para gastar, sino también para ahorrar e invertir. Y el ahorro y la inversión son los que te permiten crecer y multiplicar tu dinero. Libertad financiera no es consumismo y derroche.

Cuando nacemos, nuestra familia está en la obligación de cubrir nuestras necesidades. Los niños viven en una especie de economía de regalo. Lo que no es malo. Pero sí crea una relación de dependencia. En cierto sentido, esa dependencia es lo opuesto de la libertad. Es decir, si dependes de la generosidad de otros, no eres independiente.

El segundo paso para lograr la libertad financiera es obtener la seguridad financiera. Eso significa que tus ingresos cubren tus gastos y necesidades. En este caso, no dependes de la generosidad de los demás, sino del fruto de tu trabajo.

Pero no te confundas. La seguridad financiera no es lo mismo que la libertad financiera. La seguridad financiera es una condición necesaria, pero no suficiente. La seguridad financiera te permite vivir sin deudas ni apuros, pero no te permite vivir sin trabajar ni preocuparte.

Para alcanzar la libertad financiera, necesitas dar un paso más. Necesitas generar ingresos pasivos, es decir, ingresos que no dependan de tu tiempo ni de tu esfuerzo. Ingresos que provengan de tus ahorros, tus inversiones, tus negocios o tus activos. Ingresos que te permitan vivir como quieras, cuando quieras y donde quieras.

Para que logremos vivir una vida cómoda y digna necesitamos un presupuesto. O sea, la vida de nuestros sueños tiene un precio. ¿Cómo sabemos cuál es ese precio? La experiencia y el sentido común. Hay un nivel de gasto que nos da una vida que nos satisface. O sea, cubre nuestras necesidades y nos permite disfrutar de algunos lujos. Y, a partir de ahí, un aumento de los gastos no nos hace más felices. Ahí es. Ese es el ingreso mínimo que necesitamos.

No se trata de ser tacaños ni conformistas. Se trata de ser realistas y prudentes. No necesitamos tener todo lo que queremos, sino querer lo que tenemos. No necesitamos gastar más de lo que ganamos, sino ganar más de lo que gastamos. No necesitamos vivir por encima de nuestras posibilidades, sino dentro de nuestras prioridades.

Digamos que para lograr vivir una vida cómoda y digna necesitamos un presupuesto. O sea, la vida de nuestros sueños tiene un precio. ¿Cómo sabemos cuál es ese precio? La experiencia y el sentido común. Hay un nivel de gasto que nos da una vida que nos satisface. Ese nivel cubre nuestras necesidades y nos permite disfrutar de algunos lujos. Y, a partir de ahí, un aumento de los gastos no nos hace más felices. Ahí está. Ese es el ingreso mínimo que necesitamos.

¿Cómo podemos calcular nuestro número de libertad financiera? Supongamos que con $10 mensuales somos felices. Eso sería $120 al año. Eso incluyendo vacaciones, educación de los niños, seguros, emergencias y un par de lujos. Eso significa que nuestro portafolio debe generar $120 al año en ingresos pasivos como mínimo. En otras palabras, si nuestro portafolio crece, digamos, un 10% al año, eso implica que nuestro portafolio debe ser de al menos $1,200. Lo que implica que, si multiplicamos un presupuesto mensual por $120, obtenemos nuestro número de libertad financiera.

Estos números son solo un ejemplo. Te recomiendo que hagas tu propio cálculo, según tus propias necesidades y deseos. Y que te pongas manos a la obra para alcanzar tu número de libertad financiera.

El modelo clásico para lograr la libertad financiera es gastar poco, producir mucho, invertir la diferencia y reinvertir las ganancias. Así, el interés compuesto hace su magia y multiplica tu dinero. En este caso, lo recomendable es comenzar temprano y tener disciplina.

El modelo clásico no es el único ni el mejor. Tiene sus ventajas y sus desventajas. Por un lado, te permite ahorrar e invertir de forma constante y segura. Por otro lado, te obliga a vivir de forma austera y limitada. Además, te expone a los riesgos del mercado y a la inflación.

Obvio que hay otros modelos más creativos y dinámicos. Modelos que te permitan generar ingresos pasivos de forma rápida y diversificada. Modelos que te permitan gastar e invertir de forma inteligente y flexible. Modelos que te permitan disfrutar de tu dinero y de tu tiempo. Sin embargo, para aprender el concepto de libertad financiera, el modelo clásico es el más sencillo de explicar.

La libertad financiera no significa que debas retirarte, dedicarte al ocio y vivir de tus ingresos pasivos. Esa es una opción. Pero no es una obligación. La libertad financiera es un número. Un número que representa el ingreso mínimo que necesitas para vivir como quieres. Una vez que tengas la capacidad de generar y superar ese número, puedes tener la vida que quieras. Puedes seguir trabajando o no. Puedes dedicarte al ocio o no. Puedes seguir creciendo hasta la luna o no. Puedes hacer lo que quieras. Tienes las opciones.

La libertad financiera no es un fin, sino un medio. Un medio para alcanzar tu felicidad y tu propósito. No te obsesiones con el número. Lo importante es tener en claro que definir los términos y cuantificar los objetivos hace que visualicemos mejor nuestras metas. Se hacen más fáciles las cosas que podemos medir. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

Te puede interesar:

 

Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto total invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.