La prohibición de la minería de Bitcoin en China supone un “cambio decisivo” para la adopción de vehículos eléctricos

Tras las medidas de Pekín contra la minería de Bitcoin (BTC) que consume mucha energía, la provincia de Guizhou se ha convertido en la primera del país en utilizar su capacidad energética liberada para promover un programa de concienciación sobre el clima. 

Esta provincia del sur, rica en energía hidroeléctrica, ha anunciado recientemente un plan para construir al menos 4,500 estaciones de recarga de vehículos eléctricos en 2021. Aumentará a 5,000 en 2022 y a 5,500 al año siguiente.

Como informó el South China Morning Post, la presión de Pekín sobre los mineros de Bitcoin ha liberado más de 50 teravatios-hora de electricidad, suficiente para mantener una ciudad industrializada con un millón de habitantes durante 33 años o para satisfacer las necesidades de carga de 10 millones de Tesla Model 3 al año.

En la escena mundial, China ha sido uno de los primeros y decisivos impulsores de la minería de criptomonedas, obligando a los pools que antes se beneficiaban de la energía barata y excedentaria a cerrar sus negocios y trasladarse al extranjero. Las autoridades provinciales de Guizhou ahora aprovechan ese exceso de energía para incentivar a los 38 millones de habitantes de la región a adaptar sus hábitos a los compromisos de descarbonización de Pekín. Cao Hua, socio de la empresa de capital de riesgo Unity Asset Management, declaró a la prensa que el plan de vehículos eléctricos de Guizhou es “una doble dosis de buenas noticias para la economía china”:

“Reprimir las minas de Bitcoin que consumen energía y utilizar el exceso de capacidad para apoyar el desarrollo del futuro de la movilidad es el mejor ejemplo de cómo China se esfuerza por alcanzar su objetivo de neutralidad de carbono.”

Guizhou, uno de los países con menor nivel de renta per cápita del país, pretende instalar 38,000 estaciones de recarga de vehículos eléctricos para 2023, instalar al menos una en cada ciudad y reservar el 20% de las plazas de aparcamiento de los centros comercialespara puntos de recarga de vehículos eléctricos. Tanto los residentes locales como los fabricantes han declarado al South China Morning Post que esperan que las autoridades provinciales ofrezcan incentivos y descuentos a los consumidores para fomentar la adopción. 

En la línea de producción, un proveedor local de baterías para vehículos eléctricos dijo que la industria ya está tomando el ejemplo de la nueva agenda. “Estamos estudiando la posibilidad de ir a esas zonas porque es posible que ofrezcan más incentivos para atraer a las empresas que fabrican productos que cumplen con sus políticas medioambientales”, dijo.

A nivel nacional, China ha aumentado el número de estaciones de recarga de vehículos eléctricos, tanto públicas como privadas, en más de un 47% en el último año. Sin embargo, la gran mayoría de la infraestructura sigue concentrada en las ciudades y regiones más ricas. El informe del SCMP ha afirmado que el cambio en el uso de la capacidad en los antiguos centros de minería de Bitcoin -entre ellos, Qinghai, Inner Mongolia, Xinjiang, Yunnan y Sichuan– podría ser un “cambio de juego” para el impulso del país a la popularización de los VE.

La ampliación de las estaciones de recarga a las zonas rurales y subdesarrolladas supone un reto importante y es necesaria para evitar la “ansiedad por la autonomía” de los futuros conductores de vehículos eléctricos, es decir, la distancia que pueden recorrer sin llegar a un punto muerto en cuanto a la duración de la batería. El cambio a los vehículos eléctricos exige un esfuerzo coordinado de los gobiernos provinciales, los fabricantes de automóviles y los fabricantes de baterías para aumentar la inversión y los niveles de producción a gran escala. En la actualidad, Pekín pretende que tres de cada cinco vehículos del país funcionen con combustibles no fósiles en 2030, frente al objetivo del 50% de Estados Unidos.

Aparte de los motivos climáticos, varios gobiernos de todo el mundo han endurecido su postura sobre la minería de Bitcoin este año, citando la preocupación por su impacto en el suministro local de energía. A finales de abril, un antiguo funcionario del gobierno de Kirguistán argumentó que la minería de criptomonedas era una de las principales causas de la crisis energética del país. A los mineros iraníes con licencia se les ha prohibido operar en el país hasta septiembre en un intento de conservar la energía durante los meses de verano.

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