La Fed sube los tipos al 5,5%, pero deja la gran incógnita: ¿habrá más alzas?

La Reserva Federal (La Fed) de los Estados Unidos ha subido otra vez los tipos de interés. La Fed ha elevado su tasa de préstamo de referencia en un cuarto de punto este miércoles, lo que significa que cobran más caro por el dinero que prestan. Y no es la primera vez que lo hacen. De hecho, es el undécimo aumento desde marzo del 2022, cuando empezaron a subir los tipos para frenar la inflación. Ahora mismo, la tasa activa está entre el 5,25% y el 5,5%, el nivel más alto en 22 años.

Según sus proyecciones, la Fed prevé un aumento más de los tipos de interés este año. La Fed afirma que la inflación se ha moderado en los últimos meses, pero que aún se encuentra en un nivel alto y que requiere una vigilancia constante. No se descarta que haya otro ajuste de los tipos en el futuro. La Fed explica que su política monetaria se basa en el análisis del efecto acumulado de los aumentos de los tipos, el tiempo que tardan en influir en la economía y la inflación, y la evolución de la política económica y financiera. Desde luego, estas decisiones de la Fed tienen un impacto directo en el costo del crédito y el poder adquisitivo de los ciudadanos.

La inflación es como una plaga que nos afecta a todos, especialmente a nuestros bolsillos. Por eso, la Reserva Federal está tratando de combatirla con sus armas: los tipos de interés. Según el último dato disponible, la inflación preferida por la Fed —el índice de precios de gastos de consumo personal— se moderó un poco en mayo, pero sigue muy por encima del objetivo del 2%. Este viernes sabremos cómo le fue en junio.

¿Será mejor o peor? ¿Qué hará la Fed al respecto? ¿Subirá los tipos otra vez o esperará a ver cómo evoluciona la economía? Estas son las preguntas que nos hacemos todos, pero que nadie sabe responder con certeza. Lo único que sabemos es que la inflación sigue siendo el enemigo número uno y que no se va a rendir fácilmente. Así que, prepárense para seguir sufriendo sus efectos y para escuchar más discursos técnicos de la Fed.

La Reserva Federal es como un médico que receta medicinas para curar la inflación. Pero no siempre sabe cuánta dosis dar ni cuándo dejar de darla. Por eso, a veces hace una pausa y observa cómo reacciona el paciente, es decir, la economía. Y, en efecto, la Fed se tomó una pausa, cuando decidió no subir los tipos de interés por primera vez en un año. ¿Por qué? Porque quería ver si la inflación se está enfriando lo suficiente como para no necesitar más medicina. O si, por el contrario, hay que darle otro empujón.

Los que invirtieron en el mercado se contentaron bastante con la pausa, porque pensaron por un momento que la Fed estaba cerca de terminar su tratamiento y que la economía iba a estar bien. Pero, lamentablemente, no fue tan fácil. Todo depende de cómo evolucionan los precios, el crecimiento, el empleo y otros factores. Y la Fed irá decidiendo sobre la marcha, sin comprometerse con nada. Y, en efecto, después de la pausa, aumentaron otra vez. Además, es muy probable que lo hagan otra vez ese año. De hecho, el mes que viene, el jefe de la Fed, Jerome Powell, iba a dar una charla en un evento muy importante, donde quizás nos dio alguna pista de qué iba a hacer en septiembre. Pero no esperamos que fuera muy claro. A los médicos les gusta hablar con palabras difíciles y dejar las cosas en el aire.

Ahora bien, el mercado laboral es como un termómetro que mide la salud de la economía. Por eso, la Reserva Federal lo mira con mucha atención y se preocupa cuando se calienta demasiado o se enfría demasiado. ¿Qué está pasando ahora? Pues que hay algunas señales de que el mercado laboral se está equilibrando mejor, lo que significa que hay más personas trabajando y menos buscando trabajo. Por ejemplo, las ofertas de trabajo bajaron desde su máximo el año pasado, la gente dejó de cambiar tanto de empleo y la proporción de trabajadores en edad productiva (entre 25 y 54 años) subió a su nivel más alto desde 2002.

¿Qué tiene que ver esto con la inflación? Mucho. Si los trabajadores ganan más, pueden gastar más, y eso hace que suba la demanda y los precios. Por eso, la Fed sube los tipos de interés para encarecer el crédito y frenar el consumo. Pero si lo hace demasiado o demasiado rápido, puede enfriar la economía y provocar una recesión. Es un equilibrio muy delicado.

¿Cómo está la situación ahora? Pues parece que la inflación se ha moderado un poco sin que haya subido mucho el desempleo, pero no sabemos si eso va a durar. Algunos estudios dicen que la Fed tiene que seguir subiendo los tipos para controlar la inflación, porque el mercado laboral sigue muy ajustado y eso presiona los precios. Otros dicen que la Fed ya ha hecho bastante y que puede hacer una nueva pausa para ver cómo evoluciona la economía.

¿Qué va a hacer la Fed? Esa es la gran pregunta. La Fed dice que depende de los datos y que va a ir caso por caso. Es probable que la Fed se anime a subir los tipos otra vez en septiembre. O, puede que espere un poco más. Lo único seguro es que la Fed no nos va a decir lo que piensa hasta el último momento. Así son ellos, muy misteriosos y muy poderosos.

El desempleo es como el colesterol: hay uno bueno y uno malo. El bueno es el que permite que haya más producción y menos inflación. El malo es el que hace que la gente se quede sin trabajo y sin ingresos. La Reserva Federal tiene que encontrar el equilibrio entre los dos, pero no es fácil. Sobre todo, cuando los costos laborales en el sector servicios se disparan y nos hacen pagar más por todo. Señores, vienen días complejos. 

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