La ética de la inteligencia artificial: ¿Qué dilemas plantea y cómo resolverlos?

La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que nos fascina y nos asusta a la vez. Nos fascina porque nos permite hacer cosas increíbles, como reconocer caras, traducir idiomas, crear arte o conducir automóviles. Nos asusta porque nos plantea retos y riesgos que no sabemos cómo afrontar, como el sesgo, la privacidad, la responsabilidad o el impacto social. Definitivamente, las implicaciones éticas de esta tecnología serán un tema central de ahora en adelante.

¿Qué es la IA y por qué nos preocupa tanto? La IA es la capacidad de las máquinas de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como razonar, aprender, decidir o crear. La IA se basa en algoritmos, que son instrucciones o reglas que siguen las máquinas para procesar datos y resolver problemas. La IA también se alimenta de datos, que son la materia prima que usa para aprender y mejorar.

Ahora bien, todo parece indicar que la IA es la próxima gran revolución tecnológica y cambiará para siempre la forma en que vivimos y trabajamos.

Sin embargo, no todos están muy entusiasmados al respecto. De hecho, se argumenta que estas herramientas que son un mero truco estadístico. Y eso, en gran medida, es cierto. Estos sistemas imitan sin entender.

Al parecer, según los más críticos, la IA es simplemente una máquina que puede aprender a identificar patrones en grandes cantidades de datos. Esto es muy diferente de la inteligencia humana, que es capaz de comprender el mundo y generar nuevas ideas. La inteligencia humana se basa en la capacidad de razonar, de hacer juicios y de tomar decisiones. La inteligencia humana toma decisiones con poca información. La inteligencia artificial reconoce patrones con muchísima información. 

El gran problema es que los algoritmos y los datos no son neutrales, sino que reflejan los valores, las creencias y los intereses de quienes los diseñan, los usan y los controlan. Por eso, la IA puede ser beneficiosa o perjudicial, dependiendo de cómo se desarrolle y se aplique. La IA refleja los sesgos de la información que la alimenta. Entonces, la IA podría inundar Internet con información sesgada. Y podríamos tener una variedad de contenido aparente. Pero que no es tal.

¿Cómo escribe un artículo la inteligencia artificial (IA)? Pues no te creas que se lo inventa todo. Lo que hace es copiar y pegar de otros artículos que ya existen. Pero claro, no todos los artículos son iguales. Algunos pueden tener errores, mentiras o prejuicios. Y la IA no se da cuenta de eso. Así que lo que hace es mezclar todo y crear un nuevo artículo que puede ser muy bonito, pero muy falso. Y lo peor es que ese artículo falso puede servir de base para otro artículo creado por la IA. Y así sucesivamente. Al final, tenemos un montón de artículos que parecen muchos, pero que son todos iguales. Y un artículo original que presente una visión original de las cosas seguramente se perderá en medio de tantos trucos estadísticos.

¿Qué pasa si la IA discrimina a ciertos grupos de personas por su género, su raza, su edad o su orientación sexual? Esto puede ocurrir cuando los algoritmos o los datos tienen prejuicios o estereotipos que afectan a los resultados o las decisiones de la IA. Por ejemplo, si buscamos en Internet “los mejores líderes de todos los tiempos”, probablemente veremos una lista de hombres famosos y pocas mujeres. ¿Es esto justo? ¿Es esto representativo? ¿Cómo podemos evitar o corregir estos sesgos?

¿Qué pasa si la IA decide sobre la culpabilidad o la inocencia de una persona? Esto puede ocurrir cuando se usan sistemas de IA para analizar casos, aplicar leyes o dictar sentencias. Por ejemplo, si un juez usa un sistema de IA para determinar la probabilidad de que un acusado reincida en el delito, ¿puede confiar en ese sistema? ¿Es ese sistema transparente y explicable? ¿Quién es responsable si el sistema se equivoca?

¿Qué pasa si la IA produce obras de arte originales e innovadoras? Esto puede ocurrir cuando se usan sistemas de IA para generar música, pintura, literatura o cine. Por ejemplo, si un sistema de IA compone una canción inspirada en el estilo de un artista famoso, ¿es esa canción una obra de arte? ¿Tiene esa canción valor estético y cultural? ¿Quién es el autor o la autora de esa canción?

¿Qué pasa si un automóvil conducido por IA tiene que elegir entre atropellar a una persona o chocar contra un árbol? Esto puede ocurrir cuando se usan sistemas de IA para controlar vehículos sin intervención humana. Por ejemplo, si un automóvil autónomo detecta un obstáculo imprevisto en la carretera, ¿cómo decide qué hacer? ¿Qué criterios usa para minimizar el daño? ¿Qué valores morales sigue?

La inteligencia artificial (IA) es una maravilla de la tecnología que nos ayuda a hacer muchas cosas. Pero también nos plantea algunos dilemas éticos. Por ejemplo, ¿cómo podemos asegurarnos de que la IA no discrimine a nadie por su género, raza, edad o religión? ¿Qué pasa si la IA se equivoca y nos causa algún daño? ¿Quién es el responsable? ¿Y si la IA se vuelve más inteligente que nosotros y decide que no nos necesita? Estas son solo algunas de las preguntas que debemos hacernos. Por eso, es importante que pensemos en ellas y busquemos soluciones juntos que respeten los derechos humanos, la dignidad humana y el bien común. Y que no nos olvidemos de apagar la IA cuando no la usemos, por si acaso.

Dilemas, dilemas y más dilemas. La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que nos ofrece grandes oportunidades, pero también grandes desafíos. Por eso, debemos usarla con responsabilidad, con criterio y con ética. Solo así podremos aprovechar sus beneficios y evitar sus riesgos. ¿Qué pasará cuando los medios debido a las presiones económicas empiecen a utilizar IA? ¿Qué pasará cuando las personas dejen de leer los medios y toda la información la saquen de los chatbots? Pues, de pronto, que tendremos una sociedad más desinformada, más manipulada y más dependiente de las máquinas. Y eso no es bueno. Importante: Hay que leer con espíritu crítico, contrastar las fuentes y no creerse todo lo que nos dicen. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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