La economía resiste: ¿Los pronósticos de recesión se quedan sin fundamento?

Desde que la inflación se salió de control y los principales bancos centrales, sobre todo la Reserva Federal de los Estados Unidos, decidieron subir las tasas para frenarla, se ha estado hablando entre los economistas del riesgo de una recesión. Sin embargo, la recesión nada que llega porque la data sigue siendo fuerte. A veces, muchos expertos dicen que viene… A veces, estos mismos expertos cambian de opinión y luego dicen que ya no viene. Se parece al cuento de Pedro y el lobo.

¿Qué es lo que pasa? ¿Es que los economistas no saben lo que hacen? ¿O es que la economía es tan compleja que nadie puede predecir el futuro con certeza? La verdad es que ambas cosas son ciertas. Los economistas tienen modelos y teorías que les ayudan a entender cómo funciona la economía, pero estos modelos y teorías no son perfectos ni infalibles. Además, la economía está influenciada por muchos factores que escapan al control de los economistas, como las decisiones políticas, las expectativas de los consumidores y las empresas, los eventos imprevistos, etc.

Por eso, cuando escuches a un economista decir que viene o no viene una recesión, no te lo tomes muy en serio. Es solo una opinión basada en ciertos supuestos y evidencias, pero que puede cambiar en cualquier momento.

Pues resulta que ahora los economistas han cambiado de opinión y dicen que la probabilidad de una recesión en el próximo año ha bajado del 54% en julio al 48% en octubre, según una encuesta del Wall Street Journal. Es la primera vez que el consenso cae por debajo del 50% desde mediados de 2022.

¿Qué significa esto? ¿Es que la economía se ha recuperado milagrosamente y ya no tenemos que preocuparnos? ¿O es que los economistas se han equivocado otra vez y nos están dando falsas esperanzas? Ninguna de las dos cosas.

La verdad es que no hay que tomar estos pronósticos como verdades absolutas, sino como posibilidades que pueden variar según las circunstancias. A pesar de que muchos economistas nos han asustado con la amenaza de una recesión, lo cierto es que la economía no se ha rendido y ha mostrado algunos signos positivos que han contribuido a evitar el desastre hasta ahora.

Uno de los factores positivos más importantes es la fortaleza del consumo. Esto significa que los consumidores, es decir, tú y yo, seguimos gastando nuestro dinero en comprar bienes y servicios que necesitamos o que nos gustan.

Otro factor positivo es el mercado laboral. Esto significa que hay suficientes empleos disponibles para las personas que quieren trabajar y que los salarios son decentes. Esto es bueno porque genera confianza, seguridad y poder adquisitivo para los trabajadores.

Claro que no todo es color de rosa en la economía. A pesar de los factores positivos que te he mencionado, hay otros factores negativos que siguen siendo riesgos para la economía.

Uno de los factores negativos más preocupantes es, por supuesto, la inflación. El otro factor negativo es la escasez de suministros. Esto significa que hay problemas para producir y distribuir algunos bienes esenciales, como los microchips, el acero, la gasolina, etc. Esto es malo porque afecta a la producción, el comercio y el transporte de muchos sectores económicos.

La incertidumbre política también influye. Hay conflictos, desacuerdos y cambios en las decisiones de los gobiernos y las instituciones que afectan a la economía. Esto es malo porque genera dudas, temores y desconfianza entre los agentes económicos, lo que dificulta la planificación, la inversión y el consumo. La incertidumbre política se debe a varios factores, como las elecciones, las protestas, las negociaciones, las sanciones, etc.

Ahora bien, algunos economistas advierten que la recuperación podría perder impulso y que la probabilidad de una recesión podría aumentar de nuevo. Estos economistas son los mismos que antes decían lo contrario.

Claro que el hecho de que aún no haya recesión porque los indicadores que de hecho nos dicen que no hay recesión, no implica que no podrá haber recesión. O sea, podemos estar hoy bien, y mañana podemos estar mal. Esto es lo que se llama la incertidumbre económica, y es algo que nos afecta a todos.

Esta incertidumbre económica es la falta de conocimiento o de confianza sobre lo que va a pasar en el futuro con la economía. Es algo normal y natural, porque nadie puede predecir el futuro con exactitud. Pero también es algo molesto y peligroso, porque puede influir en nuestras decisiones y comportamientos.

Como ya se ha dicho, la economía es muy impredecible y nadie sabe con certeza qué va a pasar en el futuro. Por eso, los economistas consideran varios escenarios posibles para la economía, desde un aterrizaje suave sin recesión hasta una caída abrupta por un shock externo.

Un escenario posible es el de un aterrizaje suave. Esto significa que la economía sigue creciendo a un ritmo moderado, pero sin sobrecalentarse ni desplomarse. Los factores positivos y negativos se equilibran y la inflación se mantiene bajo control. Este es el escenario ideal, pero también el más difícil de conseguir.

Otro escenario posible es el de una recesión leve. Esto significa que la economía entra en una fase de contracción, pero solo por un corto período de tiempo y con una caída moderada del PIB. Los factores negativos superan a los positivos y la inflación se acelera. Este es el escenario más probable, según algunos economistas.

Un tercer escenario posible es el de una recesión profunda. Esto significa que la economía entra en una fase de contracción prolongada y severa, con una caída significativa del PIB. Los factores negativos se agravan y la inflación se dispara. Este es el escenario más temido, pero también el menos probable.

Un cuarto escenario posible es el de un shock externo. Esto significa que la economía sufre un evento imprevisto y catastrófico que la paraliza por completo. Los factores negativos se multiplican y la inflación se vuelve incontrolable. Este es el escenario más improbable, pero también el más devastador.

¿Qué va a pasar? Bueno, el futuro de la economía es incierto y nadie lo sabe con seguridad. Sin embargo, los economistas analizan varios escenarios posibles y a veces se ponen de acuerdo en alguno. En este momento, según una encuesta del Wall Street Journal, los economistas han modificado su opinión y dicen que la probabilidad de una recesión en el próximo año ha bajado del 54% en julio al 48% en octubre. Es la primera vez que el consenso está por debajo del 50% desde mediados de 2022.

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