La crisis de identidad de Bitcoin. ¿Activo o moneda?

De todas las narrativas circulando en la comunidad Bitcoin, la narrativa de la “moneda alternativa” es la más popular, pero es la más fácil de refutar. Más que una realidad Bitcoin como moneda es una aspiración. Todo comenzó con los cypherpunks. Luego, llegaron los anarquistas. Y luego llegaron los libertarios. Sin embargo, con el tiempo, también llegaron los especuladores (minoritas). Y, con los especuladores, la narrativa de Bitcoin como activo de inversión comenzó a surgir en la competencia de narrativas. 

A diferencia de la narrativa de la “moneda”, la narrativa del “activo” es comprobable. No es una aspiración. Es un comportamiento histórico perfectamente verificable por el simple hecho de que Bitcoin en estos momentos se comporta como un activo de inversión. El ciclo alcista del 2017 fue impulsado en su mayoría por los especuladores. El inversor minorista y “amateur” fueron los protagonistas en aquel momento, pero también hubo presencia de algunos capitalistas de riesgo, y algunas oficinas familiares. 

Sigue leyendo: Especulación vs inversión. ¿Cuál es la salsa secreta de hacer dinero?

La temporada alcista actual es muy diferente en este respecto, porque hoy contamos con capital institucional. Ahora contamos con empresas del S&P 500 y fondos de cobertura. Lo que implica que la configuración de la comunidad está en proceso de transformación. Es decir, su demografía está cambiando. El “bitcoiner ideológico” de los primeros días está perdiendo espacios, por ende, su monopolio de la narrativa. Ahora tenemos nuevos actores que le están robando el protagonismo a los libertarios. Es la era del Smart Money. 

Los millennials que se han incorporado al mundo Bitcoin en los últimos 4 años, por falta de alternativas, asumieron la narrativa de los libertarios. De pronto, un grupo de jóvenes sin conocimiento previo en finanzas o economía comenzaron a adoptar la vieja retórica de los libertarios como si se tratara de la gran novedad. ¿Por qué? Bueno, debemos recordar que hoy vivimos en la era de la posverdad. Las fuentes de la “verdad” se encuentran en Twitter y en Youtube. Es decir, los criptoinfluencers educaron a los nuevos conversos. Roger Ver, John McAfee, Max Keiser, Andreas Antonopoulos, Tone Vays y Anthony Pompliano son algunos de los nombres de los evangelizadores que ayudaron a difundir la corriente libertaria dentro la comunidad Bitcoin. 

Sin embargo, con el tiempo, muchos se han dado cuenta de que hay algo que no cuadra con la narrativa libertaria. Para empezar, los datos no apoyan la narrativa liberatoria. Y todo eso de la separación del Estado y la economía, la abolición del dinero fiat, el fin del dólar, el cierre de los bancos centrales, la supremacía del libre mercado, el retorno a un sistema de moneda dura, y el concepto de “refugio seguro” no terminan de calar en la mente de muchos inversores. 

¿Es Bitcoin una moneda?  O sea, ¿es una forma de pago para adquirir bienes y servicios? Una moneda es principalmente un medio de intercambio. El éxito de una moneda yace en su adopción comercial y esto pondría a Bitcoin en franca competencia con el dólar. Entonces, tendríamos que ir al mundo del comercio para poder medir el uso de Bitcoin. En este caso, usaríamos los mismos indicadores de Visa, Mastercard o PayPal para poder seguir el proceso. 

¿Es Bitcoin un activo? ¿Es un instrumento de inversión? En este caso, el usuario compraría Bitcoin hoy esperando un retorno en el futuro. El aspecto más importante sería el precio. Y esto pondría a Bitcoin en franca competencia como los mercados bursátiles. Entonces, tendríamos que ir a los exchanges para apreciar el uso de Bitcoin. En este caso, usaríamos los mismos indicadores que usa Wall Street para determinar el éxito de una acción o una mercancía. 

Sigue leyendo: Volatilidad: ¿Qué es? ¿Qué no es? ¿Y por qué importa?

Aquí viene el choque cultural y la lucha por la identidad de Bitcoin. Los libertarios vs Smart Money. ¿Moneda o activo? Los datos confirman la hipótesis del activo, pero la narrativa es el monopolio de los libertarios. Claro que esto está cambiando con la llegada del Smart Money. Y ya lo estamos viendo. En el pasado, los medios de comunicación reportando sobre Bitcoin no tenían más opción que recurrir a sujetos como Roger Ver o John McAfee. Pero ahora están hablando como el CEO de PayPal, el CEO de Square, el CEO de Grayscale Investments, analistas de Goldman Sachs, Mike Novogratz y Paul Tudor Jones II. 

La narrativa del Smart Money se enfoca principalmente en los aspectos financieros y tecnológicos de Bitcoin. Y ve a Bitcoin como un activo especulativo en la categoría del oro, el arte, los coleccionables o los diamantes. En otras palabras, Bitcoin es un criptoactivo volátil que aporta riesgo, pero también grandes retornos. Debe formar parte de todo portafolio de inversiones.  Aquí no tenemos teorías de conspiración ni un componente político cargado de ideología. Un sujeto como Mike Novogratz de Galaxy Digital no está prediciendo el fin del dólar o predicando la importancia de conocer tu llave privada. El amigo Mike está en la bolsa captando capitales. 

Un inversor inteligente busca tener la menor cantidad de moneda en su portafolio. La moneda en un portafolio es solo un mal necesario cuando es necesario. Lo ideal es tener activos. Pero eso no quiere decir que debamos promover la abolición de la moneda. Lo que quiere decir es que la moneda es un medio de intercambio, no un instrumento de inversión. En el caso de una moneda, sus virtudes más importantes son su estabilidad y su aceptación. En el caso de una inversión, lo más importante es su apreciación en el tiempo debido a un aumento en la demanda. 

Bitcoin es un animal sumamente extraño. Es una especie de ornitorrinco. En muchos sentidos, se parece al oro por su relativa autonomía y escasez. Y por el hecho de ser un activo especulativo/no productivo. Por otro lado, comparte muchas propiedades con el dólar eléctrico. Por ejemplo, su portabilidad y divisibilidad. Es decir, el elemento digital. Adicionalmente, Bitcoin no es una mercancía como el oro. No está en la tabla periódica, por ejemplo. En este sentido, es un activo fiduciario como el dólar, porque su valor yace de la confianza humana y no en su valor intrínseco. Sin embargo, desde el punto de vista de las inversiones, Bitcoin se comporta con una acción tech. No cuenta con la estabilidad, la liquidez o el tamaño del dólar o el oro. Y se parece a un Amazon en los primeros días por su volatilidad, su nivel de riesgo y sus posibilidades de altos retornos. 

Sigue leyendo: La gran conspiración y Bitcoin. ¿Cómo invertir en tiempos de posverdad?

El ornitorrinco es un animal muy difícil de categorizar. Tiene pico de pato en el cuerpo de un castor. Es un mamífero, pero pone huevos. ¿Qué es el ornitorrinco? ¿Pato o castor? Bueno, los que dicen que es un pato se equivocan. Y los que dicen que es castor también se equivocan. Los libertarios hablan de Bitcoin como si fuera oro. Error. Y los críticos de Bitcoin hablan de Bitcoin como si fuera una mala imitación del dólar. Error.  

Bitcoin es un instrumento muy accesible y portable. Pero inestable en su precio. Se usa como inversión, pero muy fácil de usar para comprar otras divisas. Lo que quiere decir que es una inversión que se puede usar parcialmente como forma de pago. O, mejor dicho, se puede usar como fondo para obtener divisas. Por ejemplo, podemos comprar Bitcoin en PayPal como inversión esperando un alza del precio.  Luego, en la medida que el precio sube, podemos vender una fracción para comprar algo. PayPal hace la transacción en dólares, pero usando nuestro Bitcoin como fondo. Bitcoin es un ornitorrinco. La crisis de identidad es producto de una mala narrativa. Pero pienso que la confusión es transitoria. La llegada del Smart Money impondrá una narrativa mucho más solicitada y precisa que la vieja narrativa libertaria. Bitcoin es un nuevo tipo de activo. Un criptoactivo.