INX, Ethereum y las contradicciones de ser un asesor en la industria cripto

Bitcoin y Ethereum. Ethereum y Bitcoin. Las últimas semanas ambas redes han estado en el ojo del huracán, especialmente Ethereum. Sin embargo, la polémica ha llegado a niveles inimaginables, empujada principalmente por algunos bitcoiners que son asesores de un proyecto que utiliza precisamente esta criticada red para sus fines. La polémica ha estado a la orden del día.

Vayamos por partes, para entender de mejor manera el enredo y las disputas entre algunos de los “influencers” del mundo Bitcoin.

#Supplygate

En primer lugar, recordar que hace algunas semanas, Ethereum fue blanco de múltiples críticas, tras el llamado “supply gate”. Esta fue una polémica en redes, particularmente en Twitter, iniciada por Pierre Rochard, de Kraken. El principal argumento de Rochard es que no había (y aún no es claro si existe como tal) una forma de auditar en tiempo real el total de ETH que existe en circulación.

Este tema llegó a la discusión debido a la proliferación de la idea de que ETH es dinero. Para Rochard, el elemento diferencial de una criptomoneda frente al dinero fiat es su auditabilidad, especialmente en el caso de bitcoin, cuyo libro de registros es abierto, público y accesible para cualquiera. Esto garantiza que cualquiera puede saber la actualidad monetaria de la red, sin necesidad de confiar en terceros ni en otros usuarios.

Además, la auditabilidad del total de BTC en circulación es un proceso sencillo, que toma unos pocos minutos, con un rango de variación bajo, especialmente cuando se lo compara con los resultados de ETH. 

Sin embargo, y como explicara posteriormente Andreas Antonopoulos, pretender examinar de la misma forma las dos redes es injusto – “tonto”, como lo calificó el propio especialista griego-.

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¿Y cómo se conectan los “influencers de Bitcoin” con esto? Pues Samsom Mow, CSO de Blockstream, tuvo una discusión directa con Vitalik Buterin, creador de Ethereum, primero en Twitter, y luego directamente en el podcast de Peter McCormack, “What Bitcoin Did?”.

Mow se refirió en varias oportunidades a Ethereum como una tecnología deficiente, que no podía escalar, y que ha servido para crear estafas y productos de baja calidad, simplemente para especular. Incluso, se refirió a esta red y su desarrollo como un producto en donde “se hace lo que sea hasta que algo salga”. 

La conclusión de esa discusión y del supplygate en general quedó claro: los bitcoiners y los ethereans no tienen el mismo interés en lo que ofrecen estas cadenas. Para los ethereans, importa más la libertad y la plasticidad que ofrecen los contratos inteligentes; por contra, para los bitcoiners importa la solidez del protocolo y la inamovilidad del límite de emisión de BTC, así como la verificabilidad de los números que dan cuenta de esta política monetaria.

Particularmente la postura de Mow parecía irreconciliable con Ethereum… hasta ahora.

INX: un conveniente proyecto en Ethereum

El desarrollador y especialista en seguridad, Jameson Lopp, publicó un tweet haciendo referencia a un proyecto llamado INX. Hablamos de un exchange de security tokens, registrado ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos pero, con la particularidad de haber sido creado utilizando el protocolo ERC-20, nativo de Ethereum.

Lopp, quien se autodenomina como cypherpunk y es uno de los especialistas en seguridad de Bitcoin, fue duramente criticado por su relación con el token, especialmente porque, como asesor, su precio de entrada fue de USD 0,01, mientras que en la Oferta Inicial Pública (IPO) que hará el exchange, el token tendrá un precio de USD 0,90.

Además, la forma de presentar la “oportunidad de inversión” con un “flujo de caja asegurado” sonó más a promotor de una Oferta Inicial de Moneda (ICO) de 2017, que a un especialista en seguridad y tecnología.

También Mow es parte de los asesores. A pesar de que para él “Ethereum es basura”, y de la polémica derivada del supplygate y su discusión con Buterin; ya a mediados de 2018 Mow decidió invertir en INX, asegurando que en ese momento no había una mejor opción (Liquid, la sidechain federada de Blockstream, aún no había sido lanzada) y, aun cuando ya había sido anunciada, no contaba con los elementos técnicos para crear security tokens, un elemento fundamental para entender esta IPO.

INX se sometió a un gran costo durante 2.5 años y millones de dólares para aprobaciones regulatorias y auditorías de terceros. Puede que no le guste la estructura, pero no es una estafa”, recalcó. Se venderán más de 130 millones de tokens INX y el monto mínimo de inversión es de 1000 dólares. 

¿Existe alguna diferencia con respecto a las cientas de “estafas” que se han hecho en Ethereum usando la excusa de las ICO y que tan enfáticamente ha criticado Mow? Pues la regulación ante la SEC y el hecho de ser una ICO, pero, de cara a los bitcoiners más radicales, se trata de una apología de lo mismo que se critica, es decir, una flagrante contradicción.

Además, después de calificar y reiterar que Ethereum es una basura en cuanto a tecnología, y aclarar su preferencia por usar Liquid, la excusa de que las cosas “no se pueden cambiar”, resulta pacata.

Este hecho, así como los antecedentes, han generado una discusión dentro de la propia comunidad Bitcoin. Por un lado, los bitcoiners más radicales empiezan a calificar a Lopp, Mow y los demás como simples “influencers”, sin una relación real con la comunidad y dispuestos a crear ruido alrededor de cualquier proyecto de inversión.

Por otro lado, los mismos promotores se consideran como buenos inversionistas, que no han hecho nada malo y que, de hecho, nunca habían señalado ser “maximalistas de Bitcoin”. Esto ha sentado incluso peor, teniendo en cuenta, tanto la crítica a la tecnología de Ethereum, como a la constante opinión de estos voceros sobre Bitcoin como la única criptomoneda valiosa del ecosistema.

Pareciera que las estafas y malas tecnologías solo son tales en tanto que no nos favorecen de alguna forma, en este caso, con un potencial rendimiento económico de más de 9000%. El caso de INX solo demuestra lo contradictoria que puede llegar a ser la “industria cripto”, especialmente para los líderes más vocales de la misma.

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