IA generativa: ¿Qué riesgos tiene para tu privacidad?

Las herramientas de inteligencia artificial (IA) que te permiten chatear, crear imágenes o mejorar tus selfies son muy divertidas y sorprendentes. Pero ¿sabemos lo que hacen con nuestros datos personales?

Resulta que estas herramientas de IA generativa, como ChatGPT, Dall-E y Lensa, no son tan inocentes como parecen. Para funcionar, necesitan recopilar y utilizar los datos de los usuarios, como sus textos, fotos o vídeos. Y muchas veces lo hacen sin pedir permiso ni informar de cómo los usan. Es decir, los mismos riesgos que corremos con las redes sociales ahora también los afrontamos con las herramientas de IA. Todavía no hemos resuelto lo primero. Y ahora también tenemos que preocuparnos de lo segundo.

Esto puede suponer un grave riesgo para tu privacidad y seguridad. ¿Qué pasa si esos datos caen en manos de gobiernos o empresas que quieren espiarte, manipularte o robarte? ¿Qué pasa si usan tu imagen para crear vídeos falsos o pornografía sin tu consentimiento? ¿Qué pasa si te roban tu identidad o tu dinero?

No es ciencia ficción, ya ha pasado. Hay casos de empresas de reconocimiento facial que venden sus bases de datos ilegales a la policía o al ejército. Hay casos de escándalos de deepfakes que afectan a personas famosas y anónimas. Hay casos de robos de cuentas bancarias o redes sociales por suplantación.

No hay que ser paranoicos con el tema de la privacidad en internet. No es que nos estén espiando todo el tiempo, ni que nos vayan a secuestrar por saber dónde vivimos. Al contrario, a veces es muy útil que una plataforma tenga información nuestra. Por ejemplo, si quiero pedir sushi a domicilio, me conviene que sepa dónde estoy. O si quiero ver una película, me gusta que me recomiende algo acorde a mis gustos. En muchos casos, somos nosotros mismos los que compartimos nuestra información voluntariamente. Porque queremos mostrar nuestro talento profesional, o porque nos gusta hacer amigos. En otras palabras, el problema no es que nuestra información esté ahí fuera. El problema es quién la controla. ¿Quién decide qué hacer con nuestros datos? ¿Quién nos protege de los malos usos? Ese es el verdadero debate.

La privacidad tiene muchas implicaciones, tanto personales como políticas. La privacidad te da la posibilidad de manejar tu información personal, tus vínculos sociales, tu seguridad y tu bienestar. La privacidad también te resguarda de posibles atropellos de autoridad por parte de gobiernos, empresas o individuos que quieran aprovecharse de tus datos para fines perversos. Es un asunto de soberanía. ¿Quién tiene el poder sobre nuestra información personal?

¿Qué es la privacidad? ¿Por qué nos importa? ¿Es algo que solo necesitan los que hacen cosas malas? Estas son algunas de las preguntas que podemos hacernos sobre este tema tan importante.

Algunas personas piensan que la privacidad es solo para los que tienen algo que ocultar. Que si no la debes, no la temes. Que si eres una persona honesta y transparente, no te importa que sepan todo sobre ti. Pero esta forma de ver las cosas es muy simplista y peligrosa.

La privacidad es un derecho humano fundamental. Es la capacidad de decidir qué información queremos compartir y con quién. Es la forma de proteger nuestra intimidad, nuestra dignidad, nuestra libertad y nuestra seguridad. No se trata de esconder cosas malas, sino de respetar nuestra propia identidad y la de los demás.

Como dice el refrán: somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos. Por eso, cuidar nuestra privacidad es cuidar nuestro bienestar.

La privacidad tiene muchos beneficios que quizás no conoces o no valoras. No solo se trata de evitar que te espíen o te roben tus datos, sino también de disfrutar de tu propia vida sin interferencias ni presiones.

Por ejemplo, la privacidad te permite mostrar diferentes aspectos de tu personalidad según el contexto y la confianza que tengas con cada persona. No es lo mismo hablar con tu familia, con tus amigos, con tu pareja o con tu jefe. Cada uno tiene una imagen diferente de ti, y tú puedes elegir qué quieres compartir con ellos. Así evitas malentendidos, conflictos y decepciones.

Otro beneficio de la privacidad es que te facilita los cambios de rumbo vitales, la superación de errores y el derecho al olvido. Todos cometemos fallos, cambiamos de opinión, evolucionamos. No queremos que nos juzguen por lo que hicimos o dijimos en el pasado, sino por lo que somos ahora. La privacidad nos da la oportunidad de empezar de nuevo, sin arrastrar una mochila pesada de recuerdos indeseados.

Además, la privacidad nos proporciona seguridad y relajación. Nos permite tener un espacio propio donde podemos hacer lo que nos gusta sin miedo al qué dirán. Podemos cantar, bailar, leer, meditar, o lo que sea que nos haga felices, sin preocuparnos por el juicio ajeno. La privacidad es una forma de cuidarnos y querernos a nosotros mismos.

La privacidad no es eso que haces cuando cierras la puerta del baño. La privacidad es mucho más que eso. Es tu derecho a mantener en secreto lo que te interesa, ya sea tu trabajo, tu salud, tu orientación sexual o tu colección de calcetines. La privacidad te protege de los malos que quieren espiarte, engañarte, robarte o hacerte pasar por otro. La privacidad te permite decidir qué quieres compartir y con quién, y también pedir cuentas a los que usan tus datos. La privacidad es esencial para tu dignidad y tu libertad. No es que tengas algo que esconder, es que tienes algo que proteger. Así que cuida tu privacidad y defiende tus derechos en la era digital.

La privacidad es un tema que suele preocupar a los paranoicos y a los radicales. A veces pensamos que exageran y que no hay nada que temer. Pero, ¿y si tienen algo de razón? Las herramientas de inteligencia artificial y las redes sociales son muy útiles, eso nadie lo niega. Pero también pueden usar nuestra información para fines que no nos convienen. ¿Qué tal si nos espían, nos manipulan o nos venden cosas que no necesitamos? Por eso, debemos estar atentos y proteger nuestros datos personales. No vaya a ser que un día nos arrepintamos de haberlos compartido tan alegremente.

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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