¿Hasta dónde necesita llegar la Reserva Federal?

¿Qué es la inflación? La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios que consumimos. ¿Y por qué suben los precios? Bueno, hay muchas razones, y no todas tienen que ver con el dinero. La inflación es un fenómeno multifactorial. De hecho, es sumamente complejo. Y, ciertamente, los bancos centrales tienen mucho poder, pero su poder no es infinito. En muchos sentidos, todo puede reaccionar a las demás fuerzas económicas.

Por ejemplo, si hay una sequía y se reduce la producción de alimentos, los precios de estos subirán por la escasez. Eso es inflación, pero no es culpa del dinero. O si hay una guerra y se destruyen infraestructuras, los precios de la reconstrucción aumentarán por la demanda. Eso también es inflación, pero no es culpa del dinero. O si hay una pandemia y se cierran las fronteras, los precios de las importaciones se dispararán por el desabastecimiento. Eso también es inflación, pero no es culpa del dinero.

Entonces, ¿qué papel juega el dinero en la inflación? Bueno, el dinero es el medio de pago que usamos para comprar los bienes y servicios. Si hay mucho dinero en circulación, la gente tendrá más capacidad de compra y podrá demandar más productos. Si la oferta no puede satisfacer esa demanda, los precios subirán. Eso es inflación, y sí es culpa del dinero. Pero no solo del dinero. También influyen otros factores, como las expectativas, los costes, los impuestos, los tipos de cambio, etc.

Entonces, la inflación no es un fenómeno meramente monetario. Es mucho más que eso. Y no te creas todo lo que dicen algunos, que la inflación se puede controlar con solo imprimir o quemar billetes. Eso es como intentar apagar un incendio con gasolina o con hielo. Lo mejor es tener una política económica equilibrada y responsable, que fomente el crecimiento, la estabilidad y el bienestar. Y eso, querido lector, no es una broma. Es una necesidad.

¿Por qué muchos piensan que la inflación es solamente un fenómeno monetario? Bueno, porque no han actualizado sus conocimientos desde 1962, cuando Milton Friedman escribió la frase “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario” en su libro “A Monetary History of the United States, 1867-1960”.

Los políticos conservadores lo tomaron como un mantra y lo emplearon como un argumento para atacar al estatismo, es decir, la intervención del Estado en la economía. Sin embargo, la economía es una disciplina científica, no una doctrina dogmática. La inflación no es solo emisión, sino también producción de bienes y servicios y velocidad de dinero, es decir, la frecuencia con la que se usa el dinero para comprar bienes y servicios. Y estos factores pueden variar mucho según las circunstancias. En la década de los 60, estas otras variables eran muy estables y la frase de Friedman tenía más sentido. Pero ahora, en un mundo más dinámico y globalizado, la velocidad de dinero cambia mucho. La producción de bienes y servicios se adapta a la demanda y a la tecnología. Y la cantidad de dinero en circulación es más difícil de determinar.

Por lo tanto, la inflación es un fenómeno multifactorial, que depende de varios factores económicos, sociales y políticos. No se puede explicar con una sola ecuación. Ni con una sola ideología. Ni con una sola cita. La inflación es como un monstruo de muchas cabezas, que puede tener diferentes formas y tamaños según el contexto. Y, para combatirlo, hay que usar muchas armas. Y, sobre todo, mucha inteligencia.

Ahora bien, en torno a la última entrevista de Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. Powell dice que la economía ha seguido creciendo a pesar de la alta inflación y las subidas de tipos de interés. ¿Cómo es posible? Pues porque los estadounidenses son unos consumistas empedernidos que no se dejan intimidar por los precios. Siguen comprando de todo, desde hamburguesas hasta iPhones, como si no hubiera un mañana. Y, además, tienen trabajo. El desempleo está en el nivel más bajo desde hace décadas. Parece que el sueño americano sigue vivo.

Pero Powell no se duerme en los laureles. Sabe que la inflación es un problema serio que puede acabar con la fiesta. Por eso, la Reserva Federal está subiendo los tipos de interés de manera “gradual y metódica”. Es decir, poco a poco, pero sin pausa. La idea es enfriar la economía, pero sin congelarla. Powell quiere evitar que la inflación se dispare, pero también que la economía se hunda. Es un equilibrio delicado, como el de un acróbata sobre una cuerda floja.

Aquí tienes algunos puntos clave de la entrevista:

La economía estadounidense ha seguido creciendo a pesar de la alta inflación y las subidas de tipos de interés.

El gasto de los consumidores ha sido el principal motor de esta sorpresa económica.

El mercado laboral sigue siendo fuerte.

La Reserva Federal está comprometida a reducir la inflación, pero también está tratando de evitar una recesión.

La entrevista de Powell es un indicio de que la Reserva Federal está dispuesta a adoptar una postura más agresiva contra la inflación. La Fed ha subido los tipos de interés dos veces en 2023 y se espera que siga subiendo los tipos en los próximos meses.

Por supuesto que la entrevista de Powell ha generado muchas reacciones en el mundo financiero. Algunos la han aplaudido, otros la han criticado. Algunos la han considerado prudente, otros la han considerado temeraria. Algunos la han tomado como una señal de confianza, otros como una señal de alarma. Lo que está claro es que Powell tiene una tarea difícil por delante. Tiene que lidiar con la inflación, el crecimiento, el empleo, el dólar, el comercio, el déficit, la deuda, el Congreso, el presidente, los mercados, los medios, la opinión pública y, por supuesto, con su propia conciencia. No es de extrañar que esté sorprendido. Yo también lo estaría.

¿Qué va a hacer la Fed con los tipos de interés? Esa es la pregunta del millón. O, mejor dicho, del billón. Porque de eso depende el futuro de la economía mundial. La Fed dice que no lo sabe. Que va a ir subiendo los tipos poco a poco, según lo que digan los datos. Y los datos dicen que la inflación está alta y el crecimiento también. Pero eso puede cambiar de un día para otro. Así que la Fed tiene que estar atenta y flexible. Y nosotros también. Porque, nos guste o no, estamos en tiempos de alta incertidumbre. Y eso significa que cualquier cosa puede pasar. Así que más vale estar preparados. Y tener un buen colchón. Y no me refiero al de la cama.

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