Grupo Oesía pone en marcha el primer sistema de licitación pública basado en Blockchain

Uno de los temas más controversiales de los últimos años es la corrupción en la contratación pública, en donde cada día se descubren nuevos hechos que involucran a las personas encargadas del proceso de licitación, a empresas ficticias que aplican a cientos de licitaciones y a funcionarios de alto rango que de manera arbitraria utilizan su influencia para adjudicar licitaciones saltándose los procesos normales de contratación.

Teniendo en cuenta estos riesgos y los tipos de corrupción más frecuentes, y utilizando las premisas de la tecnología Blockchain, ésta permitirá que la información suministrada por todos los entes que participan en el proceso no sea manipulada.

En este sentido, la empresa Oesía llevó a cabo su primer proceso de licitación pública sin intervención humana. El primero ha sido 100% automatizado, el cual se realizó esta misma semana. Así lo han indicado desde el Grupo Oesía a nuestro equipo de Cointelegraph. El mismo, busca mejorar el proceso de licitación pública garantizando transparencia y eficiencia.

Sí, la aplicación de Blockchain en procesos públicos y privados permite elevar los niveles de transparencia y seguridad. Los datos se almacenan en la cadena de bloques que da nombre a la tecnología, lo que los convierte en inmutables, protegiendo los datos mediante procesos de cifrado y gestión de la identidad. 

La herramienta, desarrollada por el Grupo Oesía y Open Canarias, incorpora la tecnología blockchain y los smarts contracts en la licitación electrónica, lo que permite tanto el registro de la huella electrónica de las ofertas de los contratos públicos, como la evaluación automática de las mismas. Hasta el momento se ha aplicado en 25 concursos.

De esta manera, se evita cualquier intento de alteración en la información, se ofrece una gran trazabilidad y se protege la privacidad. Estas y otras muchas ventajas, hacen de blockchain una de las tecnologías más seguras y versátiles que existen para almacenar y gestionar información privada y pública.

Por lo general, el proceso de licitación pública sobre una red blockchain supone la creación de varios contratos inteligentes, uno para cada fase del proceso de contrataciones. El primero ejecuta el registro de la unidad compradora, es decir la dependencia pública que pretenda adquirir un producto o contratar un servicio.

El segundo contrato inteligente es el de registro de proveedores, en el que se almacenan en la blockchain los datos de las empresas que quieran participar en uno o varios procesos de licitación. Dentro de este segundo contrato, también se ejecuta otro que verifica la reputación del proveedor de acuerdo con la información registrada en la red sobre los resultados que ha obtenido en licitaciones anteriores.

Un cuarto smart contract es el que permite almacenar información importante de un proyecto de contratación, desde el registro del proyecto hasta el resultado de la licitación. Para realizar la adjudicación de un proyecto se ejecuta un quinto smart contract, el cual evalúa los requerimientos técnicos de las propuestas inscritas a un proceso de licitación.  

En el caso  el Grupo Oesía, han implantado procesos en los que se busca garantizar la integridad de las ofertas y recibir únicamente la huella de las mismas en un primer momento, y solo recibir la oferta completa cuando es estrictamente necesario tenerla (cuando se quiere valorar) y validando esa relación huella-oferta mediante un smart-contract que actúa de notario para asegurar que no se ha cambiado ni un solo bit de la oferta de la que se presentó su huella.

También han creado procesos más eficientes, donde los gestores no tienen que revisar los cálculos de las puntuaciones de los criterios sujetos a valoración mediante fórmulas, ya que pueden confiar en un sistema donde esa valoración esta implementada en un smart-contract, que dejará una trazabilidad distribuida e inmutable de cómo ha asignado las puntuaciones y que cualquier persona puede auditar.

De manera general, han creado unas nuevas reglas de juego, donde la trazabilidad pública de todo lo que ocurre en el proceso de licitación está al alcance de cualquier persona en tiempo real.

La aplicación de tecnologías blockchain es aún incipiente en el sector de las licitaciones públicas, incluso a nivel internacional, pero supone todo un cambio de paradigma en esta área.

Blockchain en la confidencialidad de los documentos de la licitación

La tecnología de Blockchain puede actuar como garantía de seguridad y confidencialidad en relación con la información que en el proceso de licitación las entidades del sector público ponen en manos de los licitadores.

La naturaleza descentralizada, transparente y segura del protocolo Blockchain puede cumplir las condiciones para un mejor compromiso de las entidades adjudicadoras respecto a la información confidencial que manejan. Logrando un proceso más transparente y confiable para su tratamiento.

España líder en usar Blockchain para licitaciones públicas

España ha sido pionera en poner en marcha la utilización de la tecnología Blockchain en el sector de licitaciones públicas, el uso de esta práctica recalca su contribución a la seguridad y a la transparencia en la gestión pública.

El gobierno de la comunidad autónoma de Aragón, en España, comenzó a usar blockchain para administrar algunas partes en este proceso de licitación de obras públicas.

La herramienta no solo usa Blockchain, también incorpora los smarts contracts en la licitación electrónica, que permite tanto el registro de la huella electrónica de las ofertas de los contratos públicos (que hace las veces de licitación) como la evaluación automática de las mismas.

La tecnología elegida es Hyperledger Fabric (un proyecto de la Fundación Linux), respaldada con el registro posterior en una blockchain pública de los elementos más relevantes del procedimiento de adjudicación, que podrá ser consultado por cualquier persona.

La comunidad autónoma de Aragón viene siendo pionera en la implementación de blockchain dentro de la administración. Esto quedó evidenciado cuando en septiembre de 2018 se unió al grupo Alastria, un ecosistema de cadenas de bloques de más de 274 entidades, entre las que se incluyen empresas e instituciones que crean herramientas basadas en la cadena de bloques en línea con los marcos legales españoles y de la UE.

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