¿Es un Bitcoin “risk-on” o “risk-off”? Es complicado.

El riesgo es un concepto bastante relacionado a la incertidumbre. Se podría decir que se trata de la probabilidad de perder algo de valor en una circunstancia dada. Ahora bien, hay situaciones más inciertas que otras. Por ende, el nivel de riesgo no siempre es el mismo en todos los contextos. Por otro lado, es sumamente importante no abusar del término. La palabra “riesgo” cuenta con diferentes significados en diferentes escenarios. Si, en un mismo argumento, usamos la palabra “riesgo” de manera irresponsable, la conversación se puede convertir en una pesadilla semántica. Por ejemplo. Mi Dios es la música. Escucho música todo el tiempo. Entonces, Dios sí existe. Ese no es un argumento serio. La falacia es evidente. El equívoco es claro.

El espacio cripto es particularmente propenso a abusar del término “riesgo” por razones sentimentales. La palabra “riesgo” unida a Bitcoin ofende a muchas personas. Porque, para el objeto amado, solo se aceptan flores. El riesgo es lo opuesto a lo seguro. Y, para los fanáticos, Bitcoin es más seguro que la muerte. Entonces, “riesgo” se interpreta como una ataque que requiere una defensa. “El único riesgo es no invertir en Bitcoin”. Claro que este es un asunto más psicológico que técnico. Se relaciona más con el fanatismo y la ignorancia que con la terminología. Describir no es atacar. Según el concepto de riesgo, hay activos más riesgosos que otros. En estos casos, normalmente estamos hablando de riesgo financiero. Y esto, por lo general, se vincula directamente con la variabilidad del retorno. O sea, el riesgo financiero es la posibilidad de no obtener el retorno deseado en el tiempo estipulado.

La volatilidad es una señal de un elevado riesgo financiero. El riesgo precio. En este contexto, el mercado bursátil es más riesgoso que el mercado de bonos. Aquí, con esa afirmación, no se está argumentando que el mercado de bonos es mejor que el mercado bursátil. Y volvemos al asunto de la incertidumbre. El mercado de bonos es más estable y de renta predecible. Entonces, hacer planes es más fácil. ¿Cuál será el precio exacto de Tesla el 31 de diciembre de este año? No lo sabemos. Pero, en el caso de un bono-T de 10 años, la respuesta es mucho más clara. 

Se acepta que Nasdaq es un índice bursátil más riesgoso que el Dow Jones y el S&P 500. ¿Por qué? Por la volatilidad. El índice Nasdaq está compuesto principalmente por compañías “crecimiento”. Y el sector “crecimiento” se considera un entorno más especulativo que el sector “valor”. Bueno, las compañías “valor”, por lo general, son empresas con buenas ventas y buenos fundamentales. Son organizaciones de éxito demostrado. Coca-Cola, por ejemplo. Tienden a ser gigantes relativamente estables. Por otro lado, una compañía en “crecimiento” es más futuro que pasado. De pronto, no son tan buenas en papel como una compañía de “valor”. Son promesas. Muchas cosas pueden pasar en el camino. Algunas promesas se cumplen. Pero otras no se cumplen. El riesgo es mayor. Pero la oportunidad también es mayor.

Los activos risk-on son los activos más emocionantes. Porque son los activos con mayor potencial que ofrecen los mejores retornos. Los activos risk-off, por otro lado, son los activos más aburridos e insípidos de la canasta. Un inversor agresivo que quiere crecer rápidamente siempre está en la búsqueda de los mejores activos risk-on. Claro que no todo es color de rosas. Los activos risk-on tienden a ser cíclicos. Suben mucho durante un boom alcista. Pero suelen bajar mucho durante una racha bajista. Eso es porque la volatilidad es un arma de doble filo. Y porque el inversor se comporta muy diferente en tiempos de pesimismo. Durante una ola optimista, el inversor está dispuesto a asumir grandes riesgos en busca de grandes ganancias. La volatilidad es tolerada. Durante una ola pesimista, el inversor evita perder dinero a toda costa. La preferencia de lo estable sobre lo variable prevalece en periodos de elevada incertidumbre.

¿Cuál es el problema? El problema es la ideología. La política es muy cegadora. La comunidad Bitcoin se fundó con muchos libertarios, anarco-capitalistas y conversadores que querían tener un “oro digital” para iniciar en una insurrección monetario contra el Estado y el dinero fiat. Se podría decir que los primeros bitcoiners eran unos escarabajos del oro 2.0. En consecuencia, heredaron muchos de los dogmas y hábitos de sus predecesores. En primer lugar, heredaron el concepto del dinero como una mercancía proveniente del liberalismo clásico. El dinero es una mercancía. Una mercancía es un bien escaso. Por ende, su valor naturalmente aumenta con un aumento de la producción. Todo dinero que no sea una mercancía es una estafa. Es “dinero de la nada”. Además, la intervención del Estado en la economía es perjudicial. En otras palabras, el sistema es una bomba de tiempo. La catástrofe es inminente. Por supuesto que esta narrativa no es nueva. Los escarabajos del oro llevan siglos con este mismo disco rayado.

Los escarabajos del oro argumentan que la solución a los problemas de hoy yacen en las ideas del pasado. De hecho, todavía hablan como John Locke lo hacía en su época. El oro se promueve creando miedo. ¿Quieres estar a salvo durante el colapso de todo? Compra oro. Toda la vida los amantes del oro han mantenido ese tono apocalíptico y antisistema tan característico. Esa retórica nos advierte de un “riesgo sistemático”. Se refiere a un probable colapso institucional. El oro se presenta como un “refugio seguro” debido a su estabilidad (relativa) y a su universalidad. El oro no es el resultado de la estructura estado-nación. La moneda fiat sí lo es. O sea, el oro puede sobrevivir al Armagedón. El oro no es algo abstracto. Es algo concreto. Una mercancía con realidad física y usos prácticos. El riesgo financiero y el riesgo sistémico son dos conceptos ligeramente distintos. No son sinónimos exactos. Ojo con esto. 

Los inversores, en su mayoría, normalmente desestiman las predicciones apocalípticas de los escarabajos del oro. El oro sigue siendo una inversión muy popular en muchos portafolios debido a la diversificación. El inversor entiende perfectamente la existencia de los ciclos. Pero todavía hay mucha confianza en el dólar, en los bancos, en Wall Street y en el tío Sam. No muchas personas en la actualidad están escondiendo monedas de oro en el patio de su casa esperando por el Día del Juicio Final. Eso lo sabemos por el volumen y la acción de los precios. El dólar, los bonos-T y las acciones aún se venden como pan caliente. ¿O no?

Los bitcoiners heredaron esa vibra apocalíptica de los escarabajos del oro. Debido a la afinidad ideológica, muchos forcejean una falsa equivalencia entre Bitcoin y el oro. Y se utilizan las viejas advertencias del riesgo sistemático para negar la existencia de un riesgo financiero en Bitcoin. Pero no todos los inversores son tontos. Se sabe que Bitcoin es un activo sumamente volátil. Se requiere una buena gestión de riesgo. También se sabe que se comporta como un activo risk-on. Y se mueve a la par de otros activos risk-on. El inversor debe tener muy presente el riesgo que representa comprar BTC. Negar ese riesgo por una pasión ideológica es una irresponsabilidad. Es muy importante ser honestos con el público en este sentido. Los trucos semánticos son engañosos. 

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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