¿Elon Musk será (finalmente) el próximo dueño de Twitter?

Elon Musk es impredecible. En su caso, nunca se sabe. Dice algo un día. Y, al otro día, puede contradecir lo dicho anunciando que se trataba de un chiste. Puede cerrar un trato un día. Y, al otro día, puede retirarse del acuerdo. Sin embargo, luego, puede retornar al acuerdo original con su cara bien lavada. En el caso de Elon Musk, es muy difícil distinguir la verdad del truco. 

Por encima de todo, Musk tiene dos grandes talentos (entre otras). El primero es su gran capacidad de captar capitales y atraer inversores. El segundo es su capacidad de usar la narrativa para seducir a las masas. En sus historias, él siempre se representa (convenientemente) como el genio salvador de la humanidad. De hecho, según él, el dinero es lo último en su mente. En el caso de Tesla, lo que en realidad quiere es salvar a la humanidad del cambio climático. En el caso de SpaceX, lo que quiere es convertir a la humanidad en una especie interplanetaria. En el caso de Twitter, lo que quiere es convertirse en un campeón de la libertad de expresión. ¡Qué ser humano tan sacrificado! 

Tan humilde y sacrificada es nuestra bella monjita de la caridad que no tiene casa propia. Al parecer, Elon Musk es un sintecho. Un “homeless”. De hecho, la prensa ha reportado esa historia en muchas oportunidades con titulares que promueven ese mito del multimillonario pobre y desinteresado. Claro que el hecho de ser el hombre más rico del mundo, según la Revista Forbes, es pura coincidencia.

En su estilo característico, en lo que respecta a la adquisición de Twitter, Musk ha dicho en varias entrevistas que el dinero es lo último en su lista de preocupaciones. Debemos recordar que estamos hablando de un héroe. Lo que le importa es la lucha por la libertad de expresión. Pero todo parece indicar que el dinero sí importa. Porque, una vez que los mercados se fueron en picada, Musk le dio una patada a la mesa. ¿Casualidad?

Estamos hablando de $44 mil millones. Una parte de ese total se puede cubrir con la venta de acciones de Tesla. Otra parte se puede obtener con la participación de inversores privados e institucionales. Y, por supuesto, tenemos a los bancos. Para recaudar tanto dinero, es necesario acudir a los bancos. Y los bancos no van a dar tanto dinero sin colateral. Y el colateral, en este caso, con toda probabilidad, es un pedazo de Tesla.

Hay que recordar que las acciones de Tesla también han sufrido bastante durante esta mala racha. O sea, el colateral de Musk también ha caído en picado. Y no hay que ser un genio para saber que los bancos deben estar poniendo su buena cuota de presión en lo que al acuerdo se refiere. En otras palabras, ese número de $44 mil millones ahora luce muy grande, considerando que las valoraciones no son las mismas que antes.

Claro que el dinero no es importante para Musk. Según nuestro héroe, caminó del trato por la supuesta tergiversación en torno de los bots y las cuentas falsas. O sea, no es un intento para obtener un descuento. Tampoco es un intento de ganar tiempo. ¿Le creemos?

Ahora bien, ya se sabe que los bancos involucrados en el financiamiento de esa adquisición están con las tablas en la cabeza. Según una investigación del Wall Street Journal, el plan de estos bancos (Morgan Stanley, Bank of America y Barclays), al parecer, es retener los 13 mil millones de deuda en lugar de vender. En caso de vender ahora, los bancos estarían perdiendo alrededor de 500 millones de dólares. Pero, al no vender, estas pérdidas no aparecen en los libros como pérdidas realizadas. Entonces, se pueden disimular. No es el fin del mundo. Sin embargo, sí se podría decir que el ambiente en el mundo financiero en estos momentos no está muy dado a los grandes riesgos. O sea, $44 mil millones por Twitter ahora parece demasiado. El sentimiento es otro. Y ahora todo es muy poco más difícil. O, mejor dicho, el dinero sí importa.

La gente piensa que Elon Musk es un genio. Y, con esa reputación, medio camino ya está ganado. Su carisma es, definitivamente, su activo más valioso. Elon promete. Nos habla de un futuro maravilloso. Y la gente escucha con admiración. Hace un año, la tolerancia al riesgo era mucho mayor. Entonces, los inversores estaban más dispuestos a creer en las promesas de un genio como Elon Musk. Ahora, el sentimiento no es el mismo. Y los inversores quieren verle el queso a la tostada. ¿Dónde están los fundamentales? ¿Dónde están los ingresos? ¿Y las ventas?

¿Por qué Elon Musk se metió en este meollo? Muchos asumen que todo es parte de un plan genial diseñado por una mente brillante. Lo que significa que, al final, tendremos un desenlace de película al estilo de La Casa de Papel. En este caso, Elon es, por supuesto, el profesor. No podemos descartar esta hipótesis. Musk es sumamente habilidoso. Y sus recursos no son pocos.

Ahora bien, con el permiso de ustedes, voy presentar una hipótesis alternativa. Mi hipótesis: Elon cometió un error. O sea, metió la pata. ¿No hay suficientes problemas en Tesla? ¿No hay suficientes problemas en SpaceX? ¿Y ahora este lío? ¿Por qué buscar lo que no se ha perdido?  A él, le encanta que la gente le aplauda sus payasadas. El sujeto es un adicto de la autopromoción y no sale de un truco publicitario. En esta adquisición, se ha perdido mucho tiempo y dinero de manera innecesaria. Entonces, es muy posible que, en este caso, Elon subestimó el desafío.

Elon Musk cerró un trato para adquirir Twitter a un precio bastante alto al final del ciclo alcista y al principio del ciclo bajista. “$44 mil millones” es un sobreprecio. O sea, es posible que Musk no viera lo que vendría. Su bola de cristal no funcionó. Y decidió en el calor del momento. No es raro que un genio se sobreestime a sí mismo. Con frecuencia, los logros se suben a la cabeza y uno se puede llegar a sentir invencible. Entonces, errores se cometen. O, dicho de otra manera, los genios también hacen estupideces.

Ya estamos llegando a la recta final. Comenzamos la cuenta regresiva. El multimillonario tiene hasta las 5 p.m. ET de este próximo viernes para cerrar su adquisición de Twitter por $44 mil millones o enfrentar un juicio que ya ha sido se retrasado para permitir que ambas partes cerraran el trato. ¿Qué pasará? No lo sabemos con seguridad. Nunca se sabe con Elon Musk. Se supone que tendremos un cierre. O sea, Elon Musk debería ser el nuevo dueño de Twitter en unos días. Ahora no tenemos más opción que esperar en suspenso. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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