¿El Gobierno es una amenaza contra Bitcoin?

El ex candidato presidencial y político estadounidense retirado Ron Paul predice una posible intervención del Gobierno en el caso de Bitcoin. Fiel a sus raíces liberatorias, Ron Paul nunca ha sido muy amigo de los gobiernos. Nos advierte que “el gobierno es una amenaza y tomará medidas enérgicas porque tiene la capacidad de hacerlo”. En otras palabras, para Paul, el Gobierno es pura voluntad de poder. Difiere un poco en su justificación con Ray Dalio que nos apela a la historia como motivo de una posible prohibición de Bitcoin. Obviamente, en ambos casos, estamos ante especulaciones. ¿Es realmente el Gobierno una amenaza contra Bitcoin?

En abril de 1933, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt prohibió la acumulación de oro en manos privadas como una medida para aliviar la crisis. En aquel entonces, se pensaba que la acumulación de oro profundizaba la crisis económica. De hecho, no es raro que en periodos de crisis los Gobiernos tomen medidas extremas para controlar los capitales. Durante un pánico, el público normalmente busca protección financiera en refugios seguros. Sin embargo, ese retiro masivo de liquidez del sistema puede a su vez profundizar aún más las crisis. En Latinoamérica, por ejemplo, el refugio seguro por excelencia es el dólar. Por ende, no es raro que los Gobiernos impongan controles de cambio en tiempos de crisis para evitar la fuga de capitales. En ocasiones, incluso, se han intervenido los bancos para lograrlo. Tenemos el ejemplo del corralito en Argentina

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Todas estas medidas normalmente forman parte de una política monetaria tomada por las autoridades del momento para evitar la crisis del monumento. Durante la crisis de los años 30 en los Estados Unidos, por ejemplo, se tomaron muchas medidas extremas, porque la situación era un tanto extrema. De hecho, durante varios años la situación estuvo fuera de control. Y las autoridades improvisaron bastante, porque, en muchos sentidos, no sabían lo que estaban haciendo. En el desespero, experimentaron con muchas cosas. Debemos recordar que en aquel entonces existían muchas lagunas en el campo macroeconómico. 

En el pasado, el oro se llegó a usar bastante como un refugio seguro. Lo que significaba que durante un pánico financiero las personas comenzaban a acumular oro para protegerse económicamente. Este acaparamiento, aunque conveniente en lo personal, normalmente perjudicaba la economía, porque desalienta el gasto. En el caso latinoamericano, lo que ha sucedido es que las personas comienzan a comprar dólares estimulando la fuga de capitales y la desinversión nacional. Volviendo al tema del oro en los años 30s. Ese problema de acaparamiento de oro en su momento se solucionó con una prohibición. Una solución por decreto. La fuerza gubernamental. En la actualidad, sin embargo, si las autoridades quisieran desalentar la compra de oro seguramente harían ventas masivas de sus posiciones para bajar su precio. De ese modo, tener un control de la situación. 

No es casual que los Gobiernos del mundo cuenten con oro en sus reservas. De hecho, la compra y venta de oro es parte de la política monetaria de cada país. En el caso de que se quiera inyectar liquidez al sistema se compra oro y en el caso de que se quiere retirar liquidez se vende. 

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En este momento, durante esta crisis, los bonos del Tesoro estadounidense han sido el principal refugio seguro de los inversores. Y el Gobierno desalienta su compra bajando las tasas. De hecho, todo se ha hecho para que el inversor compre activos y no bonos del Tesoro. Lo que ha funcionado bastante bien.  En fin, el escenario actual es totalmente distinto al escenario en 1933. El oro, de hecho, ha bajado de precio últimamente. Los mercados bursátiles están por las nubes. Y los temores de un sobrecalentamiento económico aumentan cada día más. En mi opinión, Ron Paul está desfasado de la realidad al comparar a Bitcoin con el oro en el contexto de la prohibición del 33.  

Me cuesta mucho trabajo visualizar una prohibición de Bitcoin por razones monetarias en el escenario actual. Pienso que en el caso de Bitcoin la regulación vendrá no por el lado de las autoridades monetarias, sino por el lado del público. Es decir, por parte del usuario. O sea, más por la SEC que por la FED. En este caso, el enemigo es el fraude en todas sus formas. Me refiero al lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y las estafas. 

Ahora bien, me parece que en los Estados Unidos los grandes inversores serán los primeros interesados en una regulación de Bitcoin. PayPal, Square, MicroStrategy, Tesla, los bancos y los grandes fondos de cobertura quieren reglas del juego claras en un mercado maduro y regulado. Aquí estamos hablando de Bitcoin, el activo especulativo en la mira del capital institucional. Y todo parece indicar que Bitcoin asumirá una categoría similar al de las mercancías, alejándose bastante del sueño libertario de ver a Bitcoin como una divisa compitiendo directamente con el dólar.  

En este momento, no hay ninguna campaña en Washington promoviendo la prohibición de Bitcoin. Ron Paul está básicamente especulando. Y lo hace, porque, debido a sus creencias libertarias, es su costumbre de toda una vida sospechar de la mala fe del Gobierno. Si el Gobierno es el enemigo, del enemigo solo se pueden esperar cosas malas. Irónicamente, Jerome Powell, de la Reserva Federal, no ve a Bitcoin como una amenaza. Lo ha dicho en reiteradas ocasiones. Sin embargo, se sigue hablando de una eventual prohibición. Ahora bien, si Ron Paul tuviera algo concreto, lo diría. Pero, al parecer, no lo tiene. 

Para la desdicha de los maximalistas y los criptolibertarios, Bitcoin, en estos momentos, no es visto como una moneda alternativa encabezando la revolución anarcocapitalista contra el dólar. Me temo que Bitcoin está siendo visto como un lucrativo activo especulativo acogido por Wall Street en pleno boom financiero. Todos estos nuevos compradores son ahora amigos de Bitcoin. En otras palabras, Bitcoin se está convirtiendo gradualmente en un activo demasiado grande para caer. (“Too big to fail”) O sea, ahora no será tan fácil prohibir a Bitcoin así nomas. 

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El Bitcoin del 2017 era mucho más fácil de prohibir, porque era un Bitcoin de minoristas. Pero el Bitcoin de hoy es diferente. Es más institucional. Lo que significa que hay más intereses en juego. Los bancos, las big tech, y los grandes fondos de cobertura tienen una influencia bastante considerable en la política estadounidense. Es decir, es bastante improbable una prohibición absoluta teniendo tantos amigos. 

Una regulación, sí. Pero esta vendrá de una presión por parte de los mismos inversionistas. Muchos de los que hoy están comprando Bitcoin quieren ser parte de un mercado mucho más legítimo. Y me atraería a decir que se apoyarán en el Gobierno para lograrlo. No me sorprendería para nada este escenario. Claro que una regulación adversa sería una amenaza contra Bitcoin. Pero, por otro lado, una regulación favorable podría ser bastante ventajosa. En fin, el tiempo nos dirá el camino que tomaremos.