¿El dólar está en riesgo de perder su hegemonía en el comercio entre Brasil y Argentina?

El dólar estadounidense es como el rey de las monedas. Todo el mundo lo usa para comprar y vender cosas en el mundo. Pero algunos países no están muy contentos con eso. Por ejemplo, Brasil y Argentina, que son como los mejores amigos del barrio, quieren usar otra moneda para sus negocios. Y no es cualquier moneda, sino el yuan, que es la moneda de China, el país más poblado del mundo. ¿Qué significa eso? Pues que el rey dólar podría tener un rival muy fuerte. Y eso podría cambiar muchas cosas en el futuro.

Brasil le hizo una propuesta “indecente” al yuan. Le dijo que si quería ser su moneda para el comercio con Argentina, sin tener que pasar por el dólar. El yuan se quedó sorprendido, pero también halagado. ¿Sería posible una relación a tres bandas entre Brasil, Argentina y China? ¿Qué diría el dólar? ¿Qué pensarían los demás países, que los mirarían con envidia o con recelo? Bueno, la propuesta es solo eso, una propuesta. No sabemos si se hará realidad. Pero lo que sí sabemos es que el dólar tiene motivos para preocuparse. Y para ponerse celoso.

El dólar es como el novio perfecto de las monedas. Después de la Segunda Guerra Mundial, se ganó el corazón de todos los países con su encanto, su fortaleza y su confianza. Nadie podía resistirse a él, ni siquiera Brasil y Argentina, que se enamoraron de él en los años 90. El dólar les ofrecía seguridad, estabilidad y facilidad para hacer negocios entre ellos y con el resto del mundo.

Pero el amor no dura para siempre. Y el dólar empezó a tener problemas. Su economía se debilitó, su sistema financiero se tambaleó y su reputación se manchó. Y entonces apareció otro pretendiente: el yuan, la moneda de China. El yuan era joven, poderoso y ambicioso. Y tenía mucho que ofrecer a Brasil y Argentina, que eran sus principales proveedores de materias primas y alimentos. Y también sus principales deudores.

Así que Brasil y Argentina empezaron a coquetear con el yuan. Le propusieron usarlo para sus transacciones bilaterales, sin necesidad de pasar por el dólar. ¿Qué significa eso? Pues que el novio perfecto podría perder a sus novias. Y eso podría cambiar muchas cosas en el futuro. ¿Te imaginas?

El dólar tiene un problema. Y no es uno pequeño. Es un problema que podría hacer que pierda su trono como la moneda más usada y más querida del mundo. ¿Qué es lo que le pasa al dólar? Pues que tiene varios enemigos que quieren quitarle su poder. Y algunos de ellos están muy cerca de casa.

Uno de esos enemigos es la economía de Estados Unidos. La misma economía que le dio al dólar su fuerza y su prestigio, ahora se la está quitando. ¿Cómo? Pues con una serie de crisis, deudas, déficits y conflictos que han debilitado su crecimiento, su estabilidad y su confianza. Y eso se nota en el valor del dólar, que ha bajado frente a otras monedas.

Otro de esos enemigos son las monedas de Brasil y Argentina. Las mismas monedas que antes dependían del dólar para hacer negocios, ahora se han fortalecido y se han independizado. Con una serie de reformas, reservas, acuerdos y proyectos que han impulsado su desarrollo, su competitividad y su integración. Y eso se nota en el comercio entre Brasil y Argentina, que cada vez usa menos el dólar y más sus propias monedas.

Y otro de esos enemigos son las monedas digitales. Las mismas monedas que antes eran una curiosidad para los expertos, ahora son una realidad para los usuarios. Con una serie de innovaciones, ventajas, oportunidades y desafíos que han revolucionado el mundo financiero, el tecnológico y el social. Y eso se nota en el uso de las monedas digitales, que cada vez son más populares y más accesibles.

Claro que el dólar no solo es una moneda, sino también una arma política. Estados Unidos lo sabe muy bien, y lo usa para castigar a los países que no le caen bien. Por ejemplo, bloqueando sus cuentas, congelando sus activos o imponiendo sanciones. Eso hace que muchos políticos se enfaden con Washington, y busquen otras opciones para escapar de su control. Por eso, algunos prefieren usar el yuan, la moneda de China, que es el rival de Estados Unidos. Otras monedas digitales, que son más libres y anónimas. O incluso el trueque, que es el intercambio directo de bienes y servicios. ¿Qué tal?

Ahora bien, hay un dicho que dice: “No se puede tener todo en la vida”. Y eso se aplica también al comercio internacional. Porque por más que queramos romper con el dólar y usar otras monedas, hay un detalle que nos puede complicar la existencia: la deuda.

Sí, la deuda. Esa palabra que nos da escalofríos cada vez que la escuchamos. Porque resulta que muchos de nuestros países deben mucho dinero. Y no en cualquier moneda, sino en dólares. Y no a cualquier prestamista, sino a Estados Unidos. ¿Qué significa eso? Pues que tarde o temprano tenemos que pagar lo que debemos. Y para eso tenemos que comprar dólares.

Pero si uno de nuestros socios principales nos paga en yuanes, que es una moneda más débil, nos va a costar más conseguir los dólares que necesitamos. Y eso nos va a generar más problemas, más intereses y más deuda. ¿Qué tal? ¿No es una ironía? ¿No es una trampa? Así que cuidado con lo que deseamos. Porque el fondo no es tan fácil.

Argentina está en un dilema. Por un lado, Brasil le propone usar yuanes en vez de dólares para el comercio bilateral. Por otro lado, Argentina acaba de obtener un préstamo multimillonario del FMI. ¿Qué hacer?

Pues parece que la respuesta es obvia. Si Argentina necesita muchos dólares en el futuro para pagar su deuda, lo mejor es que le paguen en dólares. O al menos en una moneda fuerte que se pueda cambiar fácilmente por dólares. Pero recibir yuanes para pagar con dólares no parece una buena idea. Porque el yuan es una moneda más débil que el dólar, y puede fluctuar mucho. Si Brasil quiere yuanes por sus exportaciones y Argentina está dispuesta a dar yuanes, pues está bien. Sin embargo, eso no quita que Argentina necesite más dólares. Y lo más sensato es obtener esos dólares por sus ventas al exterior.

Así que Argentina tiene que pensarlo bien antes de aceptar la propuesta de Brasil. Porque puede ser una trampa. O una broma de mal gusto. O las dos cosas. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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