Diferencias entre Bitcoin y Ethereum

LLas dos criptomonedas más importantes del criptomundo, Bitcoin y Ethereum, tienen a grandes rasgos muchas cosas en común, sin embargo, también tienen grandes diferencias. Tal es así que a veces podría parecer que son dos tecnologías completamente distintas.

Esto que podría sonar como algo completamente ilógico, no lo es tanto en realidad. Especialmente si tenemos en cuenta que existen distintas criptomonedas. Y sobre todo, donde cada una de ellas construidas en base a tecnologías que pueden ser parecidas o no a las de Bitcoin. En este artículo nos centraremos en estudiar cuáles son los parecidos y diferencias entre Bitcoin y Ethereum.

Analizando las diferencias entre Bitcoin y Ethereum

Creador de las monedas

Comenzamos con el génesis de estas criptomonedas, sus creadores. Para nadie es un secreto que el creador de Bitcoin, la tecnología blockchain y el concepto de las criptomonedas es Satoshi Nakamoto, quien en 2009 publicó la primera versión de Bitcoin. Fue él quien inició la revolución de las criptomonedas. Un trabajo que más tarde daría inicio a todo ese alud de miles y miles criptomonedas que nacerían derivadas de su trabajo. Nadie sabe quién es Satoshi Nakamoto, ni habla para dar su opinión dejando a Bitcoin crecer de forma libre.

Por su parte, el creador de Ethereum es un equipo grande de desarrolladores, entre los que destaca Vitalik Buterin, un joven que fue precursor de la visión inicial, queriendo crear algo mucho más grande y complejo que Bitcoin, intentando transformar el mundo de las criptomonedas con la llegada de los smart contracts de Turing Completo. Es una persona actualmente conocida por mucha gente, un personaje público, que constantemente da su opinión influyendo en el crecimiento de Ethereum.

Financiación del desarrollo

Otro punto interesante de comparación entre Bitcoin y Ethereum es la forma en como ambos proyectos financiaron su desarrollo. En el caso de Bitcoin, su desarrollo fue completamente libre y no hubo ningún interés económico inicial. De hecho, Satoshi Nakamoto desarrolló el software sin recurrir a pedir o recolectar fondos. Incluso el Core inicial participó en el desarrollo de Bitcoin sin recibir ningún pago por su trabajo.

En la actualidad, la mayoría del desarrollo de Bitcoin se mantiene de la misma manera. De hecho, la mayoría de los desarrolladores no reciben estipendios por su trabajo. Por otro lado, solo algunos de ellos reciben algún estipendio gracias a donaciones de personas, fundaciones y organizaciones pro-cripto. Y finalmente, solo unos pocos ganan sueldos por trabajos relacionados con el mundo cripto de Bitcoin en otras empresas, y no directamente por su trabajo en el protocolo.

En el caso de Ethereum, la situación es muy distinta. Ethereum comenzó su desarrollo tras una ICO (Oferta Inicial de Monedas) en 2014 con la que se alcanzó a recaudar la suma de 18 millones de dólares. De hecho, Ethereum fue la primera ICO del mundo cripto, y prácticamente una de las pocas ICO que ha tenido un desarrollo y éxito bastante claro.

Con este capital se pagó a desarrolladores, diseñadores, traductores y demás personas que contribuyeron a hacer de Ethereum una realidad. Esto no es negativo en realidad, pagar por el trabajo de las personas es loable y justo, pero el modelo de las ICO que Ethereum uso para su desarrollo sirvió de patrón, para que muchos otros proyectos lo intentarán con nefastas consecuencias y billones de dólares en pérdidas, debido a las estafas de las ICO. Por otro lado, tras Ethereum se terminaron estableciendo intereses empresariales muy poderosos, empezando por Ethereum Enterprise Alliance y ConsenSys, los cuales en muchas ocasiones han recibido el rechazo de la comunidad por sus cuestionables prácticas

Nivel de descentralización

En lo que a descentralización se refiere, Bitcoin es la criptomoneda más descentralizada que existe en todo el criptomundo. Es la red con mayor cantidad de nodos, mineros, desarrolladores, potencia de cálculo y forks.

Además el desarrollo de Bitcoin es mucho más descentralizado que Ethereum, pues en este último, sus desarrolladores generan una fuerte centralización marcando el camino que ha de recorrer el desarrollo de Ethereum.

Por otro lado, Ethereum es un proyecto que en su momento se vio manchado por romper la inmutabilidad de la blockchain, al reescribir una parte de su historial para borrar el robo sucedido en The DAO y recuperar los fondos de esa organización, todo ello bajo una serie de acciones bastante discutibles y que generó una fuerte división en la comunidad y la blockchain, dando origen a Ethereum Classic (ETC), la que sería la criptomoneda y blockchain original de Ethereum al no aceptar dicha escritura.

Esta es una cosa que no ha pasado en Bitcoin, puesto que rompe unos de los principios de la blockchain y da pie a la censura.

Precio de la moneda

Una de las primeras diferencias que solemos ver entre Bitcoin y Ethereum es el diferencial de precio que existe entre ambas. Bitcoin siempre ha tenido un valor superior a Ethereum, y algunas razones para esto son: Bitcoin está limitado, es más aceptada, tiene una base de usuarios mucho mayor y genera más confianza al ser un proyecto con más tiempo y madurez.

Ethereum por su lado, tiene un valor por token ether mucho menor. Además, a mucha gente le impacta el hecho de que algunos tokens que hacen vida entre los smart contracts de Ethereum tienen una valoración mucho mayor que la misma criptomoneda (Ether) de su blockchain. Por ejemplo, el token Maker (MKR) tiene una valoración actual de unos 521 € frente a los 323 € del ether.

No obstante, el error común es fijarse en el precio y no en la capitalización. En el caso de Maker, aunque sus tokens valgan más, tiene una capitalización de mercado mucho menor que Ethereum.

Es decir, Ethereum tiene un sistema de emisión de monedas inflacionario que ha hecho que el valor de su token se mantenga con un crecimiento de precio bastante bajo, algo que compensa con la cantidad de tokens emitidos y que termina reflejándose en su capitalización de mercado, la segunda más grande el criptomundo.

Emisión total de monedas

Otra de las diferencias entre Bitcoin y Ethereum son la emisión de monedas. En el caso de Bitcoin, la emisión está determinada a un total aproximado de 21 millones de bitcoins, nunca podrá superar esa cantidad. Además, la emisión de Bitcoin va disminuyendo con el tiempo hasta llegar a 0, siendo así, una emisión del tipo deflacionaria.

En su lugar, Ethereum cuenta con una emisión total inflacionaria y una emisión infinita de monedas en su totalidad. Esto último es un punto aún discutido por la comunidad, y no hay un consenso sobre qué se debe hacer sobre la misma. A esto se le suma que Ethereum tiene un control de inflación que evita que se genere una inflación superior al 2% anual, partiendo del total de monedas activas dentro del sistema. Esto es posible porque la generación de monedas por bloque en Ethereum es muy pequeña, llegando en la actualidad a 2 Ether por bloque (cada 15 segundos aproximadamente).

En la actualidad existen más de 111 millones de Ether en circulación y seguirán generándose más, incluso cuando Ethereum 2.0 y su modelo de minería Proof of Stake (PoS) entre en activo.

Minería de la criptomonedas

La minería es otra de las grandes diferencias entre Bitcoin y Ethereum. En primer lugar, Bitcoin usa el conocido modelo de Prueba de Trabajo (Proof of Work – PoW), usando el algoritmo HashCash y la función hash SHA-256 para realizar el trabajo computacional. Este es un modelo de minería que en la actualidad solo es posible realizar usando mineros ASIC debido al enorme poder computacional que la red Bitcoin tiene. De hecho, la red Bitcoin es tan poderosa, que ni todos los superordenadores del TOP 500 juntas le superarían en potencia.

Otra de las características importantes de la minería en Bitcoin es que esta genera un nuevo bloque aproximadamente cada 10 minutos, sufre de ajustes de dificultad cada 2016 bloque (unos 14 días) y tiene un halving (división a la mitad de la recompensa de bloque) cada 210.000 bloques (unos 4 años aproximadamente). En la actualidad, la generación de monedas por cada nuevo bloque minado en Bitcoin es de 6,25 BTC.

Por su parte, Ethereum usa la misma Prueba de Trabajo (PoW) pero usando un algoritmo llamado Dagger-Hashimoto (Ethash) y la función de hash Keccak (una función parecida a SHA). La minería es intensiva en uso de memoria por lo que en principio era resistente a ASIC, una situación que se superó en 2018 con la aparición del primer ASIC para esta criptomoneda, el AntMiner E3. Sin embargo, la minería en Ethereum aún es posible usando GPUs, cosa que no se puede hacer en Bitcoin.

Características importantes de la minería en Ethereum es que esta genera un nuevo bloque aproximadamente cada 10-20 segundos, sufre de ajustes de dificultad de forma continua, y no tiene un sistema de halving propiamente dicho, sino que su valor de emisión disminuye de acuerdo a un consenso alcanzado en la comunidad. En la actualidad, la generación de monedas por cada nuevo bloque minado en Ethereum es de 2 Ether.

Manejo de comisiones

Un punto que marca diferencias entre Bitcoin y Ethereum es la forma en como manejan las comisiones de minería. En Bitcoin, las comisiones de minería toman en cuenta valores como la complejidad de la misma debido a la cantidad de entradas y salidas, ya que esto repercute en el tamaño en espacio ocupado por la transacción. Este espacio es lo que finalmente te dirá el precio de la transacción y la comisión a pagar está dictada por la demanda y oferta que generan los usuarios dependiendo de la congestión de la red.

Es decir, en Bitcoin si la red está muy congestionada, la alta demanda de transacciones hará que la oferta de espacio de los bloques en Bitcoin (limitados a 2 MB como máximo bajo SegWit) sea insuficiente para atender a todos. En caso de que la red tenga muchas transacciones por procesar, los mineros priorizará a aquellos que paguen más satoshis (la menor unidad decimal del bitcoin) por byte de comisión. Esto da como resultado que, si quieres ser confirmado en el siguiente bloque, deberás pagar una comisión alta. Los que paguen menos no serán prioritarios para los mineros y estos los procesarán cuando haya menos sobrecarga.

Costo TX (BTC) = (TX en Bytes * Precio por Byte de la red) * Costo BTC

En Ethereum el esquema es parecido, pero en lugar de espacio de almacenamiento se habla de Gas, o lo que es lo mismo, potencia de cómputo a consumir. El Gas es una unidad de medida que usan en Ethereum para medir la cantidad de potencia de cómputo que llevará procesar una determinada acción dentro del motor de Ethereum: la Ethereum Virtual Machine (EVM). Este Gas tiene una serie de limitaciones, por ejemplo, una transacción normal no puede gastar más de 21.000 Unidades de Gas, pero los smart contracts son virtualmente ilimitados en este sentido.

Estas Unidades de Gas tienen un costo que se mide en Gwei (la menor unidad decimal del Ether). De allí para saber el total a pagar por una transacción, se establece una relación entre el total de Gas que necesita la transacción, el costo de la Unidad de Gas en Gwei, y el valor del Ether, lo que nos deja con esta formulación:

Costo Tx (ETH) = ((Gas TX * Costo Gas)*0,00000001) * Costo Ether

Como ves es distinta la forma en cómo se manejan las comisiones en ambas criptomonedas, pero todas al final terminan en manos de los mineros.

Otra curiosidad de las comisiones es que en Bitcoin la transacción coinbase que maneja estos fondos solo se puede gastar cumplidas 100 confirmaciones (aproximadamente 16 horas), mientras que en Ethereum los saldos están disponibles al tener cumplidas 30 confirmaciones (aproximadamente 7 minutos).

Escalabilidad

La escalabilidad de Bitcoin y Ethereum presenta grandes diferencias. En Bitcoin, la escalabilidad está limitada actualmente a unas 7-8 transacciones por segundo. Pero en Ethereum los valores llegan hasta los 16-20 transacciones por segundo. Hablamos de que Ethereum duplica en escalabilidad a Bitcoin, pero sin embargo, Ethereum suele presentar en la actualidad mayores niveles de congestión que Bitcoin. Esta situación se debe a que Ethereum carga consigo la actividad de miles de tokens adicionales que en sumatoria sobrecargan la red, algo que en Bitcoin no sucede.

Actualmente la blockchain de Bitcoin ocupa 300 GB mientras que la de Ethereum son 5000 GB. Si 5000 GB o 5 TB y aumentando vertiginosamente.  Esto hace que los problemas de escalabilidad en ambas criptomonedas sean evidentes. De allí que los desarrolladores busquen formas de mejorar esta situación. Por ejemplo, en Bitcoin apuestan a soluciones de segunda capa como Lightning Network y soluciones on-chain como Taproot y Schnorr para mejorar la escalabilidad.

En Ethereum, la apuesta al principio fue parecida. Sin embargo, han decidido abandonar todos esos esfuerzos y centrarse en cambiar todo el protocolo para brindar una escalabilidad on-chain nativa. Esto gracias al cambio de protocolo de consenso de Proof of Work a Proof of Stake, además del uso de sharding en su nuevo protocolo, Ethereum 2.0. Sin embargo, esta es una apuesta arriesgada y de momento aún en desarrollo. 

Smart Contracts

Una de las diferencias más grande entre Ethereum y Bitcoin está en los smart contracts o contratos inteligentes. Bitcoin fue creado con una funcionalidad de smart contracts bastante limitadas, y a la que es posible explotar su potencial gracias al Bitcoin Script. Este lenguaje tiene una serie de OP_CODES que son procesados por los nodos y nos permiten programar lógicas en la propia ejecución de la transacción, funcionalidad que le dió a Bitcoin el nombre de dinero programable. 

Sin embargo, Bitcoin Script es un lenguaje más limitado que Ethereum, especialmente porque este no es Turing Completo.  Además, no cuenta de forma nativa con un lenguaje intermedio que simplifique el desarrollo, lo que hace más complejo programar sistemas avanzados.

Esta limitación de Bitcoin fue aprovechada por Ethereum para hacerse con un nicho. Para ello desarrolló la Ethereum Virtual Machine (EVM), una máquina virtual capaz de ejecutar instrucciones con una capacidad Turing Completo. Para ello contaría con un lenguaje similar al JavaScript para que cualquier programador pudiera desarrollar scripts (smart contracts) que lanzar en su blockchain. Como resultado, Ethereum es la plataforma para desplegar aplicaciones descentralizadas (usadas a través de DApps) por excelencia.

Sin embargo, aunque esto tampoco está exento de limitaciones. Ethereum en este aspecto lleva una clara ventaja. Una que ha sido aprovechada ampliamente para desarrollar un amplio ecosistema de aplicaciones descentralizadas orientadas al sector financiero (DeFi). Un sector cuyo florecimiento puede ser el preludio de la masificación de las criptomonedas.

Por supuesto, Bitcoin tampoco se ha quedado de brazos cruzados. De hecho, en la actualidad cuenta con distintos proyectos que apuntan a desarrollar un ecosistema de smart contracts Turing Completo. Todo ello con el objetivo de que se amplíe la potencia y la usabilidad de esta red.

Resumen de diferencias entre Bitcoin y Ethereum

Características Bitcoin Ethereum
Creador Satoshi Nakamoto Vitalik Buterin
Financiación Sin financiación ICO en 2014, 18 millones de $ recaudados
Nivel de descentralización Alto Medio (Muchas decisiones dependen de un pequeño grupo de personas)
Precio Moneda Alto, su precio se consolida por una política deflacionaria, aceptación y confianza. Medio, su precio fluctúa debido a la emisión inflacionaria y la presión al alza del Bitcoin.
Emisión total de monedas Limitada (aprox. 21 millones de monedas) Ilimitada (La emisión total no está limitada, la emisión anual de momento se mantiene en 18 millones, ETH 2.0 la llevará a 2 millones anuales)
Minería Algoritmo de Prueba de Trabajo (PoW) con SHA-256 Actualmente algoritmo PoW con Ethash (Keccak), con ETH 2.0 el algoritmo cambiará a Proof of Stake (PoS).
Escalabilidad Actualmente 6-8 transacciones por segundo. Con LN y otros canales de pago las transacciones son casi instantáneas. Entre 16-20 transacciones por segundo. Con el cambio a ETH 2.0 se podrá llegar teóricamente hasta las 100.000 transacciones por segundo.
Smart Contracts Limitado. De momento no hay soporte Turing Completo. Avanzado. Soporte para Turing Completo y un lenguaje de programación flexible para facilitar la codificación.