¿Cuándo no es buena idea “comprar la caída”?

Invertir es suponer. Es una apuesta al futuro. El inversor es, en términos generales, un optimista. La popular frase “Buy the dip” (compra la caída) es, sin lugar a dudas, una señal de optimismo. Eso quiere decir que el inversor ve una tendencia alcista y la caída es simplemente una corrección pasajera. Entonces, según esa lógica, comprar la caída es un movimiento inteligente. Hablamos de Bitcoin. Claro que, durante un cambio de tendencia, la frase deja de ser una señal de optimismo para convertirse en una señal de negación. ¿Cómo saber la diferencia? 

Siempre es mejor comprar barato que caro. Si el precio sigue cayendo después de una gran caída, todavía es mejor haber comprado en la primera caída que haber comprado en el tope. Comprar la caída es la segunda mejor opción en este escenario. La mejor opción, sin embargo, en ese caso en particular, habría sido no haber comprado. Claro que corremos el riesgo de perder una oportunidad. Pero perder una oportunidad no es lo mismo que perder dinero. No hay riesgo en los activos que no tenemos. 

En el mundo de las inversiones, la fe no nos salvará. Es decir, tener fe de que el precio subirá no es garantía de nada. Lamentablemente, no nos podemos guiar por la prensa o los analistas. Porque los mercados normalmente son víctimas de sus propios sentimientos. Aquí hay dos fenómenos que tenemos que tomar en cuenta. En primer lugar, en este espacio, hay mucho fanático radical. En muchos sentidos, Bitcoin y las criptomonedas se han convertido en movimientos seudo-religiosos. Lo que normalmente implica que cualquier comentario ligeramente negativo será respondido con ataques defensivos. Para muchos, Bitcoin es una especie de tótem sagrado que vino a salvar al mundo. Por ende, el pensamiento crítico es una herejía. Se trata de una visión romántica, dogmática e idealizada que obstaculiza bastante el debate objetivo. 

El segundo fenómeno que debemos tomar muy en cuenta es la codicia de los especuladores. Con demasiada frecuencia, se dice lo que la gente quiere escuchar. Y eso se hace por conveniencia. La prensa quiere más audiencia. Los “influencers” quieren más seguidores. Y los exchanges quieren más traders. Todos los participantes en este negocio conocemos muy bien la importancia de mantener el entusiasmo vivo. El cliente debe mantenerse ilusionado en todo momento. El método más usado, entonces, es la predicción. En este ambiente, las predicciones son una especie de campaña de promoción. 

En el verano del año pasado, medio mundo hablaba de alcanzar los 100.000 dólares (Bitcoin) para fin de año. Si el precio de Bitcoin estaba muy cercano a alcanzar los 100.000 dólares, de pronto, comprar en 60.000 dólares no parecía tan mala idea. El Salvador cayó en esta trampa. En cada caída, el presidente Bukele anunciaba en Twitter una nueva compra. “Buy the dip”. Ahora el país está en números rojos con esas inversiones. Y sus acreedores no están muy contentos. 

Por supuesto que esta historia aún no ha terminado. El precio de Bitcoin seguramente se recuperará y eventualmente volveremos a romper máximos. El problema con las predicciones no es su existencia per se. El problema es que somos muy crédulos. No dudamos. Pensamos en absolutos y todo lo tragamos entero. Deberemos ser más escépticos y estudiar todas las posibilidades. Los analistas se equivocan. Los mercados fluctúan. Las tendencias cambian. Las probabilidades no son certezas. Y las predicciones no siempre se cumplen. Mi intención aquí no es esparcir FUD. Se trata de un simple llamado a la sensatez. 

En lo corresponde a la frase “Buy the Dip”, todo se reduce a un asunto de tendencia. Comprar la caída es inteligente durante un ciclo alcista. En este caso, lo más sensato no sería comprar la caída sino el rebote. ¿Cómo sabemos que estamos en un ciclo alcista? Bueno, tendremos que hacer un análisis de los mínimos y los máximos. Si los mínimos todavía son ascendentes, hay esperanza. O sea, si logramos mantenernos por encima de los $30.000, la cosa no está tan mal. 

El mercado puede dudar. Ciertamente, el cambio de política monetaria por parte de la Reserva Federal (la Fed) de los Estados Unidos ha sido un golpe muy duro para los mercados más especulativos. Pero el rebote en un soporte tan importante nos podría estar indicando que el mercado aún espera crecimiento durante este 2022. Es decir, el 2022 se construirá sobre el 2021. Eso quiere decir que, pese a la volatilidad, buscaremos mantenernos por encima del mínimo del 2021. De pronto, no creceremos tan agresivamente como durante los años anteriores, pero crecimiento es crecimiento. 

“Comprar la caída” no es la peor de las ideas en estos momentos. Pero no es muy sensato hacerlo al estilo de Bukele. No se trata de comprar a lo loco. Siempre debemos comprar con estrategia. Podemos comprar la caída, pero también debemos protegernos. En otras palabras, debemos estar preparados para todos los escenarios. No podemos descartar, por ejemplo, la posibilidad de acumular fiat como un elemento estabilizador dentro de nuestra canasta de inversiones. 

Un llamado a la sensatez es, en realidad, un llamado a tener un plan B ante la posibilidad de que las cosas no salgan como las anticipamos. Nadie, en el fondo, quiere comprar un seguro de vida o de salud. En la mayoría de los casos, es una pérdida de dinero. Pero es una medida que muchos tomamos en caso de que las cosas no salgan como las anticipamos. Estamos cubiertos. Estamos tranquilos. 

No es lo mismo perder una oportunidad que perder dinero. Cierto. Podemos ganar más poniendo todos los huevos en una misma canasta. Pero esa apuesta no está libre de riesgos. En muchos casos, es mejor ganar menos, pero con un portafolio más estable. Eso, por supuesto, requiere mucha disciplina, cálculo y frialdad. No es para cabezas calientes. 

Este año promete tener su primer semestre de mucha volatilidad. Los mercados están redescubriendo sus precios en un mundo de menor laxitud monetaria. Las incertidumbres son muchas, porque la mayoría de los detalles son desconocidos. La Fed ha dejado claro que los ajustes se irán tomando sobre la marcha. Lo que significa que seguramente tendremos un paseo lleno de baches. No sería del todo descabellado tomar medidas preventivas al respecto.   
 

Este es un artículo de opinión y Cointelegraph no se adhiere necesariamente a lo expresado aquí por el autor

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