¿Cómo se explica el escepticismo de la gente hacia los economistas en temas de dinero y economía?

Sé por experiencia que en el espacio cripto la opinión de un youtuber con muchos seguidores tiende a tener más peso que las opiniones de un premio Nobel de economía. Al parecer, los economistas son parte de la conspiración. También sé que el centro político o los moderados prácticamente han desaparecido entre tanta polarización. Entonces, un centrista normalmente es tildado de enemigo por ambos extremos del espectro político. 

¡Bienvenido a la era del anti-intelectualismo! Se trata de una actitud sumamente peligrosa, que ha proliferado mucho en el tribalismo de las redes sociales y nos hace rechazar la ciencia, el progreso y la verdad. El anti-intelectualismo puede tener varios motivos: ideología, identidad, emociones o intereses. Pero el anti-intelectualismo nos perjudica a todos.

¿Cuál es el rol de un articulista de opinión? Su rol es un rol social: despertar conciencias y difundir modos distintos de pensar y actuar. Debe ser un crítico, leal a su conciencia y con una visión alternativa de la realidad. No debe ser un erudito, sino un periodista interesado en la actualidad. Su objetivo es desenmascarar las mentiras y los defectos de la sociedad. Su misión es luchar contra los mitos, las suposiciones y las farsas sociales.

Ahora bien, los expertos saben más que nosotros sobre temas difíciles. Usan datos y métodos científicos para estudiar y resolver problemas. Los expertos nos pueden ayudar a entender y mejorar el mundo. Así de sencillo.

Claro que no hay que creer todo lo que dicen los expertos, pero hay que escucharlos con atención y con espíritu crítico. Hay que contrastar sus opiniones con otras fuentes de información y formarnos nuestro propio criterio basado en hechos y razones. Así podremos vencer al anti-intelectualismo y hacer una sociedad más informada y más inteligente.

¿Qué sabemos realmente sobre economía? ¿Podemos confiar en lo que nos dicen los expertos, los políticos o los medios de comunicación? ¿O acaso tenemos que resignarnos a aceptar las opiniones de la mayoría, aunque sean falsas o perjudiciales?

Debemos comenzar por reconocer que el colectivo no siempre tiene la razón en temas económicos. De hecho, el populacho, con su ignorancia confiada, se equivoca con mucha frecuencia. Entonces, no es tan mala idea que también comencemos a desarrollar un escepticismo sano hacia todo lo que escuchamos en Youtube y Twitter. De pronto, la economía puede ayudarnos a entender mejor el mundo y a tomar decisiones más informadas y racionales.

Podemos comenzar a pensar críticamente sobre economía, a no dejarnos llevar por las emociones o las ideologías, y a buscar respuestas basadas en hechos y razones. Algo que no resulta muy fácil para los partidarios de Bitcoin, porque muchos de ellos han sido educados por libertarios y anarco-capitalistas de YouTube y Twitter. Que existe un sesgo ideológico en este espacio es innegable.

Muchas de las ideas que circulan hoy en día se basan en teorías conspirativas que tienen una larga historia. Estas teorías suelen seguir un mismo esquema: el pueblo es víctima de unos malvados conspiradores que le causan todos sus males. El mundo está lleno de enemigos que quieren hacer daño a la gente. El pueblo es siempre inocente; los enemigos son siempre culpables. Entonces, aparece un líder (o en este caso: Bitcoin) que representa al pueblo y que lucha contra las fuerzas del mal con la ayuda de los buenos. Esta lucha terminará con una victoria final donde el pueblo disfrutará de una era de paz, prosperidad y fraternidad.

Este tipo de narrativa es muy atractiva para algunas personas porque simplifica la realidad y ofrece una solución fácil a los problemas. Sin embargo, también es muy peligrosa porque divide el mundo en buenos y malos, y justifica la enemistad contra los que piensan diferente. Además, ignora la complejidad de los fenómenos sociales, económicos y políticos que afectan a la humanidad.

La realidad es compleja y a veces difícil de entender. Algunas personas se aprovechan de esto y ofrecen discursos simplistas y atractivos que prometen soluciones mágicas. Estas personas se hacen pasar por salvadores que tienen el apoyo de fuerzas superiores como Dios, el destino o el futuro. Muchos individuos se sienten atraídos por estos mensajes y se unen a movimientos que les dan una sensación de pertenencia y seguridad. La causa les da la oportunidad de ser héroes desde un sofá. Debemos recordar que las masas quieren triunfos y finales felices.

¿Qué ocurre cuando un experto contradice la verdad de la tribu? Lamentablemente, muchas personas solo aceptan la verdad que les conviene. Si alguien, sea experto o no, dice algo que contradice lo que dice el influencer favorito, automáticamente se le etiqueta como parte de la conspiración. Los hechos quedan relegados en la era de la política de la identidad.

¿Qué ocurre si Warren Buffett dice algo negativo sobre Bitcoin? ¿Qué ocurre si un premio Nobel de economía dice algo negativo sobre Bitcoin? Lo que ocurre es que se le ignora o se le ataca. Se le acusa de estar desinformado, de ser un viejo anticuado, de tener intereses ocultos o de ser parte del sistema corrupto. Se le niega el valor de su experiencia, su conocimiento y su prestigio. Se le descalifica por no estar alineado con la visión de la tribu. Se le aísla y se le excluye del debate. Se le niega el derecho a tener una opinión diferente. Se le niega la verdad.

El público es muy escéptico de los economistas por varias razones. Una de ellas es que los economistas suelen tener opiniones muy diferentes sobre temas importantes como el comercio, la inmigración, el cambio climático o las criptomonedas. Esto hace que parezca que los economistas no tienen una base sólida para sus argumentos y que solo defienden sus intereses o ideologías. 

Otra razón es que los economistas a veces hacen predicciones erróneas o fallan en anticipar crisis económicas. Esto hace que el público pierda la confianza en su capacidad para entender y mejorar la realidad económica.

Ahora bien, para hacer la economía más cercana a la gente y a sus problemas, los economistas deben basarse en evidencias empíricas y experimentos para evaluar las políticas públicas y sus efectos. Los economistas deben ser más humildes y reconocer la complejidad y la incertidumbre de la economía. Así, los economistas podrían contribuir a mejorar el bienestar de las personas y a resolver los desafíos globales.

¿La solución? Los economistas tienen la responsabilidad de comunicar sus ideas de forma simple, clara y objetiva. El público, por su parte, tiene que superar su anti-intelectualismo y sus prejuicios ideológicos para dejarse guiar por la razón y la evidencia. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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