Cómo influye el mercado laboral ajustado en las decisiones de la Fed sobre las tasas de interés

Cuando te dicen que hay mucho trabajo, es natural alegrarse. Del mismo modo, es natural enfadarse cuando te dicen que el desempleo debe subir. Muchas personas no entienden por qué los economistas dicen cosas tan raras. ¿Acaso quieren fastidiarnos la vida? ¿O es que saben algo que nosotros no sabemos?

La verdad es que la economía es una ciencia muy complicada y a veces contradictoria. Lo que parece bueno para unos puede ser malo para otros, y viceversa. Por ejemplo, si hay mucho trabajo y mucha productividad, eso es bueno. Pero también puede que haya mucho trabajo y poca productividad, lo cual es malo. Eso significa que la economía no está produciendo bienes y servicios suficientes para tanta gente. Entonces, el mercado laboral debe enfriarse. Porque su sobrecalentamiento no es sano. Así que no te dejes llevar por las apariencias. A veces hay que elegir el menor de los males para conseguir un bien mayor.

¿Te imaginas que un día te invitan a un programa para hablar de tu trabajo? ¿Y que el presentador se burla de ti y te hace quedar como un villano? Eso le pasó a Larry Summers, un famoso economista que fue secretario del Tesoro y profesor de Harvard. El pobre hombre cometió el error de darle una entrevista al cómico Jon Stewart. Y claro, como los economistas hablan con números, estadísticas y fórmulas, parecía que no le importaban las personas. Jon Stewart le preguntó (palabras más, palabras menos) por qué quería “enfriar el mercado laboral”. Y Larry Summers le explicó que era para evitar la inflación y el desequilibrio. Pero Jon Stewart le dijo prácticamente que eso era una excusa para crear desempleo y pobreza a propósito. La verdad es que la economía es la ciencia de satisfacer las necesidades humanas (que pueden ser infinitas) en un mundo de recursos limitados. Eso quiere decir que a veces hay que poner límites. Los límites son parte de la vida. No son necesariamente crueldad.

Imagina que estás en una isla desierta con recursos limitados. Solo hay comida para medio plato por persona. Pero tú quieres comer un plato entero. Y los jefes de la tribu te dicen que no puedes. Que la demanda es muy alta. Que la economía está sobrecalentada. Y que debes consumir menos porque la comida no alcanza. ¿Qué harías? ¿Les creerías o les acusarías de querer matarte de hambre? Seguramente les creerías, porque la situación es evidente. Pero cuando te dicen que el mercado laboral está sobrecalentado y eso tiene efectos inflacionarios, eso ya no te lo crees. Piensas que es una mentira para crear desempleo y pobreza. Jon Stewart piensa así. Cree tener la razón. Pero es obvio que no entiende muy bien la situación.

Sabemos que este mundo es muy desigual. Que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Que parece que los sacrificios solo se les piden a los que menos tienen. Eso no es justo. Pero tampoco es justo que la inflación se coma el salario de los más pobres. Y que los precios suban más que los ingresos. Por eso, a veces hay que desacelerar la economía. Para frenar la inflación. Para evitar el caos. No es fácil. No es bonito. No es divertido. Pero es un mal necesario. Lo que hay que hacer es elegir el menor de los males.

Ahora bien, resulta que cuando los salarios suben y el desempleo baja, la economía se calienta demasiado. Y eso puede provocar inflación. Es decir, que los precios suban más que los salarios. Y eso no nos gusta nada. Por eso, el Banco Central tiene que enfriar la economía. ¿Cómo? Subiendo los tipos de interés. Así, la gente pide menos créditos, gasta menos y ahorra más. Y la demanda se reduce. Y la inflación se controla. Pero eso también tiene sus consecuencias. Por ejemplo, que las empresas contraten menos trabajadores. Y que la actividad económica se desacelere. 

Claro que en junio, en Estados Unidos, los salarios aumentaron, el desempleo disminuyó, y el empleo siguió creciendo aunque a un ritmo menor. Y el Banco Central mantuvo los tipos de interés, pero proyectó dos alzas más para el futuro cercano. ¿Es bueno o malo? Depende de cómo lo mires. Lo que está claro es que la economía es una ciencia muy compleja y a veces contradictoria.

Lo cierto es que Estados Unidos tiene un lío tremendo con su mercado laboral. Pues sí, resulta que hay mucha gente que quiere trabajar, pero no encuentra trabajo. Y, al mismo tiempo, hay muchos empleadores que quieren gente, pero no la encuentran. ¿Cómo es posible? ¿Es que se están escondiendo unos de otros? No, lo que pasa es que no se llevan bien. Los trabajadores de un sector no siempre encajan en el otro sector. Y esto tiene que ver con la especialización. Veamos qué está pasando.

Algunos dicen que la culpa es de los subsidios por desempleo que el gobierno ha repartido como caramelos durante la pandemia. Estos subsidios, según ellos, son tan dulces que la gente se ha vuelto adicta y no quiere trabajar. Prefiere quedarse en casa viendo Netflix y comiendo palomitas. Otros dicen que la culpa es de los empleadores, que son unos tacaños y unos explotadores. Estos empleadores, según ellos, no ofrecen lo que los trabajadores quieren y merecen. Quieren más dinero, más beneficios, más flexibilidad y más equilibrio entre el trabajo y la vida.

La verdad es que no hay un solo culpable, sino varios. Hay muchos factores que han creado este embrollo y que lo hacen difícil de resolver. Entre estos factores están: la falta de trabajadores preparados en algunos sectores, la escasez de servicios de cuidado infantil y transporte público, el retiro anticipado de muchos trabajadores mayores y el cambio de intereses y valores de muchos trabajadores jóvenes.

Lo que está claro es que el mercado laboral necesita una transformación profunda y rápida para acercar la oferta y la demanda. Si no, seguiremos viendo cómo se abren más grietas en el tejido social y económico del país.

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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