Banco de Francia: las monedas estables podrían afectar la soberanía financiera de la UE “durante décadas”

El gobernador del Banco de Francia advirtió que Europa no puede permitirse perder el impulso al abordar los desafíos que plantean los activos digitales globales del sector privado.

Su advertencia se produjo cuando cinco gobiernos de la UE (Alemania, Francia, Italia, España y los Países Bajos) respaldaron la intención de la Comisión Europea de redactar un reglamento para los criptoactivos respaldados por activos, en particular las monedas estables.

En su borrador de declaración conjunta, los cinco gobiernos supuestamente se comprometieron a evitar que las monedas estables globales operen en la UE antes de que se hayan abordado todos los asuntos legales, regulatorios y de supervisión. Se espera que la Comisión presente sus propuestas para regular los criptoactivos a finales de este mes.

En su discurso en la conferencia del Bundesbank el 11 de septiembre, el gobernador del Banque de France, François Villeroy de Galhau, declaró:

“En Europa nos enfrentamos a decisiones urgentes y estratégicas sobre pagos que tendrán implicaciones para nuestra soberanía financiera en las próximas décadas”.

El riesgo más inminente, en opinión de Villeroy de Galhau, es que las “Big Techs” capitalicen su penetración en el mercado global, construyan “infraestructuras financieras privadas y sistemas ‘monetarios’, compitiendo con la soberanía monetaria pública ya que se posicionarán como emisores y administradores de una ‘moneda’ universal”.

En esta situación, el gobernador advirtió que una posible moneda digital del banco central (CBDC) podría terminar emitiéndose “en el  ‘backend'”de una futura moneda estable “Big Tech”.

Además, advirtió que las jurisdicciones individuales podrían responder a la presión abrumadora de los activos de pagos privados emitiendo sus propias CBDC, tanto a nivel nacional como global, pero sin la suficiente coordinación en la comunidad financiera mundial.

La articulación de estas múltiples CBDC con iniciativas del sector privado correría el riesgo de dejar de lado las aportaciones de otros bancos centrales, dijo.

Sin escatimar sus palabras, Villeroy de Galhau destacó que el Banco Central Europeo (BCE) y el Eurosistema en su conjunto “no pueden permitirse” a sí mismos “quedarse atrás en una CBDC”.

Una CBDC europea podría consistir en una versión minorista (para el público en general) y mayorista (para instituciones financieras), dijo. El gobernador también enfatizó que no hay contradicción entre considerar un euro-CBDC y apoyar la Iniciativa de Pagos Europea.

Según Villeroy de Galhau, las ineficiencias existentes en los pagos, en particular los pagos transfronterizos, deberán abordarse “de raíz” a través de iniciativas público-privadas. Si se ignoran, las monedas estables globales del sector privado abordarán estas deficiencias primero y, por lo tanto, establecerán la agenda para la evolución futura de la economía digitalizada.

Villeroy de Galhau también señaló las asimetrías existentes en el panorama de pagos, señalando:

“Nuestro ecosistema europeo se ha vuelto críticamente dependiente de jugadores no europeos (por ejemplo, sistemas de tarjetas internacionales y grandes tecnologías), con poco control sobre la continuidad del negocio, la toma de decisiones técnicas y comerciales, así como la protección, el uso y el almacenamiento de datos”.

La asimetría no se detiene ahí. “Europa no ha desarrollado redes sociales globales como algunos países importantes”, dijo, haciendo aún más urgente una estrategia coherente y decisiva para las innovaciones digitales en el sector de pagos.

En respuesta a cualquier futura moneda estable del sector privado, el gobernador indicó que “la adaptación de los regímenes existentes tendrá que encajar en un marco regulatorio más amplio, que se adoptará a nivel mundial”.