6 comentarios sobre Bitcoin como alternativa a Zelle en Venezuela

El viernes 5 de junio fue una jornada ajetreada en las redes sociales de comunidades digitales de Venezuela, especialmente en Twitter. La noticia polémica del día era que el banco estadounidense Wells Fargo había decidido eliminar el servicio de Zelle -que facilita el envío de dólares entre clientes- para los usuarios con domicilio en Venezuela a partir del 26 de junio. 

¿Y qué?

De acuerdo con un estudio de Econoalítica, este servicio de pagos interbancarios ha servido para el pago de 11% de las compras con divisas en Venezuela, y si bien no podemos afirmar que se trate solo de Wells Fargo, queda clara la importancia del servicio. Además, la decisión de este banco puede desencadenar una tendencia común entre el resto de los bancos: los venezolanos podrían quedarse completamente fuera de Zelle.

La misma polémica llegó hasta nuestros predios, en “cryptoTwitter Venezuela”, que es lo mismo que el twitter de Venezuela, pero enfocado en “las criptomonedas”, con polémicas extra, porque si alguien usa Bitcoin u otro usa X coin. Es divertido, especialmente en tiempos de cuarentena.

La combinación entre criptomonedas y la ausencia de Zelle desató un maremoto de opiniones. Es posible que Bitcoin y otras criptomonedas tomen este papel. No es posible, de hecho, es poco probable que ocurra. Las criptomonedas sirven como medios de pago. Bitcoin es un resguardo de valor. Hay que abrir la mente y estar dispuesto a aprender sobre nuevas tecnologías; los usuarios quieren algo sencillo y rápido, no complejidad… ¡Y mucho más!

A partir de los debates allí suscitados, la realidad de la exclusión del servicio y la posibilidad de que se extienda a más instituciones y plataformas debido a las sanciones o al abuso en el uso, haré 6 comentarios (positivos y negativos) sobre Bitcoin como alternativa en esta coyuntura. Durante lo que va de año se ha promediado un intercambio semanal de 450 BTC solo a través de LocalBitcoins, según la data de Coin Dance.

Personalmente creo que las altcoins no merecen una mención particular, principalmente debido a la falta de liquidez, la pequeña influencia en la economía real (salvo casos individuales) y la predominancia comercial de su enfoque sobre el país; pero cualquiera que quiera adaptar este comentario a su propia moneda, es bienvenido.

Contra – Poco interés

Fuera de la pequeña burbuja de bitcoiners y altcoiners venezolanos, poco y nada interesa Bitcoin o cualquiera de las pequeñas cadenas. Inclusive tras el FOMO del halving, Bitcoin sigue siendo un elemento de nicho, desconocido, chistoso o amenazante según los prejuicios de cada quien. 

Hay que recorrer una curva de aprendizaje, pero no hay el ánimo ni los incentivos para ello. La verdadera necesidad no se ha manifestado y opciones más simples siguen funcionando y siendo muy atractivas.

La inmensa mayoría de los venezolanos realmente no tienen ningún interés en Bitcoin por lo que ofrece (resistencia a la censura, inclusión, liquidez) y en el caso de perder Zelle completamente, está cantado que buscarán una herramienta similar: centralizada y sencilla de usar.

De hecho, podríamos sintetizar el estado actual del interés en comprender una herramienta compleja como Bitcoin con el siguiente tuit del periodista venezolano, Luis Carlos Díaz:

Díaz, además de ser de una generación de amplia exposición a la tecnología, ha sido uno de los entusiastas más activos de la digitalización y su difusión. Sin embargo, hasta él encuentra que aún hay barreras significativas previas a que el venezolano común se aventure siquiera a descargar una wallet. Este sentir es común.

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Pro – Resistencia a la censura

El elemento central de plantear Bitcoin como una alternativa para los venezolanos radica en su resistencia a la censura. Con el pasar de los años, Bitcoin ha alcanzado un nivel de descentralización tal que se vuelve impráctico y económicamente muy costoso reunir el suficiente poder de cómputo como para censurar su funcionamiento; ni hablar de una transacción de la red.

Así, al no haber un ente central con la potestad ni el poder para decidir si X o Y transacción puede o no ser procesada en la red, Bitcoin está por encima de cualquier otro servicio en donde la nacionalidad o la geolocalización del usuario. 

Alguien con un monedero de Bitcoin en Irán, Nigeria, Zambia o Venezuela tiene la misma capacidad y libertad de uso de la red de Bitcoin que alguien en un país de Europa o Asia, incluso que alguien en Estados Unidos. Esta realidad hace que, a diferencia de la mayoría de otras opciones disponibles, los venezolanos tengan una herramienta de la que las sanciones contra el régimen no les pueden relegar.

Contra – Falta de infraestructura

La primera barrera clara es la infraestructura en el país, que solo ha desmejorado con el pasar de los años, debido a decisiones políticas que han incentivado la corrupción y no la evolución de los servicios. 

El sistema eléctrico no funciona perfectamente, y esto condiciona la conectividad, que de por sí tampoco tiene la mejor calidad de la región y, de hecho, se encuentra entre las peores del mundo.

Incluso a pesar de que las transacciones de Bitcoin no requieren una conexión precisamente prolija, pensar en que se podría asumir la demanda de Zelle con las condiciones actuales es sobredimensionar las potencialidades de la herramienta, especialmente porque requiere una curva de aprendizaje mínima para la gestión segura, que la aplicación reduce y elimina a través de su carácter centralizado.

Es cierto que podría funcionar en casos puntuales y para operaciones P2P, pero las condiciones actuales no están dadas para una masificación de procesadores de pago que equiparen la influencia de Zelle en la economía interna, o para la instalación masificada de monederos en todo el país. Pagar una malta en Puerto Nutrias con bitcoin tendrá que esperar.

Pro – Corredores de valor en toda Latinoamérica

Uno de los elementos clave para entender la opción Bitcoin es su liquidez. A pesar de que la mayoría de las plataformas con las que podríamos obtener dinero fiat cumplen con requerimientos de Conoce a Tu Cliente (KYC), la diáspora venezolana ha adoptado esta criptomoneda como una moneda vehículo. Recordemos que casi 6 millones de venezolanos han emigrado a distintas partes del mundo, aunque los principales destinos están en Latinoamérica.

De acuerdo con una investigación de Tulip Research, podríamos hablar de Venezuela como el “corazón” de la actividad de intercambio de bitcoin en la región. Imagínate poder conectar pesos chilenos, mexicanos, argentinos y colombianos con el real y el bolívar sin utilizar directamente el dólar americano. 

Es posible y está sucediendo. La presencia de venezolanos buscando soluciones para enviar dinero a casa ha abierto nuevos mercados, disparando el interés en Bitcoin y su tecnología en sus países de destino, abriendo nuevos caminos para el intercambio libre y sin restricciones de capitales.

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Participar de una economía “expandida” tiene sus ventajas, especialmente relacionada con la liquidez de los intercambios posibles. Además, los venezolanos pueden aprovechar que esta estructura económica ya existe, para vadear los problemas de la desbancarización en cada uno de estos países, lo mismo que los problemas con bancos estadounidenses o regulados en la Unión Europea. 

En su propia dimensión (tengamos en consideración lo pequeño del mercado actualmente), Bitcoin tiene las propiedades del dólar, sin sus restricciones. Esto se ha comprobado con el uso de BTC como base para las remesas. Puede ser que no todos los que acceden a bitcoins lo hagan para hodlear, pero es conocido que buena parte del servicio de remesas hacia el país funciona gracias a Bitcoin.

En plataformas P2P no es extraño conseguir ofertas de comerciantes venezolanos utilizando otras monedas de la región, esto debido a que es mucho más sencillo y barato mover valor de un lugar a otro a través de Bitcoin que utilizando exclusivamente el sistema bancario tradicional. 

Bitcoin sirve para conectar las monedas de la región y favorecer a los venezolanos a nivel internacional. Su influencia en la economía interna podría ser positiva.

Contra – Competencia fintech

Pero, y es importante tenerlo en cuenta, Bitcoin no está solo en la competencia por ese espacio que podría dejar Zelle. De hecho, varias empresas de fintech ya han ido creando diversas aplicaciones y herramientas para llenar este posible vacío. Recordemos que la amenaza de abandono de este tipo de servicios data de la imposición de las primeras sanciones contra el régimen. Inclusive se especuló con la posible salida de Visa y MasterCard del país. 

Así han nacido múltiples herramientas para ayudar con los problemas de los medios de pago, pero también han tomado auge opciones que ya existían y en donde Bitcoin y cualquier otra altcoin son tangenciales. Inclusive vemos el relanzamiento de aplicaciones como Reserve, que promete “usar Zelle sin Zelle” y Valiú, una startup radicada en Colombia pero que procura el movimiento de dinero hacia nuestro país, incluso el manejo de dólares.

Incluso los bancos han tratado de adaptarse, y con el auge de la dolarización de facto tras el apagón de 2019, incluso comienzan a ofrecer custodia de divisas, probando también productos que bancaricen este dinero. Bitcoin no está solo, hay una industria en pleno auge a su alrededor tratando de captar potenciales usuarios.

Pro – Operaciones para todos

El usuario de Bitcoin necesita un monedero y satoshis. En Venezuela tiene múltiples opciones para adquirir los satoshis directamente con bolívares. Desde compañías locales, reguladas por las instituciones del régimen, a operadores de mercados P2P internacionales, regulados en otras jurisdicciones. 

Un monedero de Bitcoin se puede instalar en el más humilde de los equipos con Android o en la más sencilla de las computadoras con un sistema operativo medianamente nuevo y sin las especificaciones más actualizadas. Hablamos de un sistema que puede servir perfectamente con equipos económicos y viejos.

¿Y dónde gastar los bitcoins? El gasto directo será un mito hasta tanto los procesadores no incentiven este tipo de gasto o los comerciantes realmente empiecen a valorar los satoshis. Si es un dinero ajeno a su imaginario, ningún empresario va a querer arriesgarse con la volatilidad, las comisiones y un largo etcétera. 

¿Acaso los AirUSD de AirTM o los dólares de Skrill o UpHold pueden gastarse directamente sin la infraestructura mínima? Este “problema” de pagos no es exclusivo de Bitcoin o de las altcoins: todo dinero tokenizado enfrentará estas dificultades de aceptación.

Así que, en vez de pensar en el gasto directo (vamos a tener en cuenta el gasto que supone mantenerse incentivando a los comerciantes, acordando con los procesadores de pago y educando constantemente a los operadores), y visto que el bolívar sigue siendo un medio de pago dominante (¡y que nadie quiere quedárselo!) aprovechando las mismas plataformas para cambiar de fiat a Bitcoin se puede hacer el paso inverso para tener bolívares y pagar. 

Generalmente las tasas son más favorables y las personas pueden decidir con quién comerciar y cambiar lo justo. Es exactamente lo que muchos hacen con los dólares estadounidenses, pero sin los problemas atribuibles a la confianza, que se automatizan y facilitan en las plataformas mencionadas.

Con sus bemoles, Bitcoin es definitivamente una opción. Cada uno deberá ver si le resulta conveniente, pero descartarlo de buenas a primeras es una decisión poco inteligente, especialmente porque pocas herramientas ofrecer verdadera resistencia a la censura, un elemento crítico para un gentilicio como el nuestro.

¿Qué pasa en el caso de que las sanciones de Estados Unidos contra el régimen terminen llevando a más servicios internacionales a abandonar sus relaciones con Venezuela? ¿Qué pasa si quedamos realmente aislados de este tipo de servicios por nuestro IP, por nuestro pasaporte? 

Es obvio que tienen una ventaja comercial y de uso, pero las características únicas de Bitcoin serían útiles a cualquier venezolano. Solo hay que estar dispuesto a investigar unos días.

Personalmente es mi opción, aunque, lamentablemente, perdí mis llaves privadas en un accidente de lancha en la costa de Chuao, en Aragua. Espero que nunca les pase si se animan.