Top criptonoticias de la semana: Token inspirado en Minecraft sube un 60.000%, Bitcoin tiene un amplio “espacio para repuntar”, holding en BTC y mucho más

Las instituciones están apostando duro por Bitcoin y todo parece indicar que la criptomoneda seguirá rompiendo máximos históricos por un buen tiempo. Pese a los vaivenes propios de un activo tan volátil, al parecer, el precio seguirá subiendo. Más que una certeza es un sentimiento. Nos alejamos de los $50K y ya estamos en la batalla por los $68K. Claro que todavía es muy pronto para cantar victoria, pero la tendencia es claramente alcista. ¿Subiremos? ¿Bajaremos?  Eso aún está por verse. 

Ahora bien, hablamos sobre las criptonoticias más populares de la semana. 

Usar la frase “los analistas dicen” puede resultar sumamente engañoso, porque los “analistas” no son un cuerpo homogéneo con posturas únicas. La nota en cuestión menciona tan solo a un par de analistas. Y esos analistas hablan a título personal. No representan obviamente a la totalidad de “los analistas”. Ben Lilly, analista de Jarvis Labs, y Philip Swift, cofundador de Decentrader, son solo dos golondrinas. Sus análisis no son malos. De hecho, son muy buenos. Pero creo que es importante aclarar que eso de “los análisis dicen” puede confundir a más de uno. 

Una palabra para los ingenuos y débiles de corazón: Nadie puede predecir el mercado. Nadie conoce el futuro. Elon Musk no lo conoce. Nadie lo conoce. En el ambiente de codicia actual, es casi una blasfemia insinuar que el precio de Bitcoin puede llegar a bajar. Sobre todo, en el caso de los nuevos, las predicciones optimistas tienen un efecto hipnótico. “Mi amigo que sabe mucho dijo”. “Elon Musk dijo”. “Los analistas dicen que va a subir”. Estas frases son más peligrosas que un mono con una hojilla. 

Aquí no estamos abogando por el pesimismo. De hecho, es bastante probable que el precio de Bitcoin siga subiendo. El problema radica en el seguimiento ciego e irracional a las declaraciones de un tercero. Es decir, la idea de que hay adivinos que conocen el futuro. Este pensamiento mágico e ilusorio es la fuente de muchos problemas. Por lo general, los nuevos compradores entran a este mercado bajo falsas expectativas, asumiendo que todo será color de rosas. ¿Por qué? Porque “los analistas lo dijeron”. ¡OJO! Los analistas se equivocan muchísimo. 

Ahora bien, ya que hablamos de la no predictibilidad de los mercados. Debemos mencionar, por otro lado, que la salida de las ballenas de los exchanges emite una fuerte señal alcista. Si muchas ballenas se rehúsan a vender pensando que el precio subirá, la acción misma se convierte en una profecía autocumplida. Esta reducción de los saldos en los exchanges es realmente positiva. Debemos recordar que normalmente se acude a los exchanges para vender o para comprar. Por ende, una retirada nos podría estar indicando una voluntad por el holding. 

El inversionista institucional suele ser un inversor más maduro y menos impulsivo. Si el capital institucional está comprando ahora, es sumamente improbable que quiera vender por debajo del precio de compra. Lo que significa que las bajas no serán tan violentas esta vez. Seguiremos teniendo volatilidad. Sin embargo, podemos confiar en unos soportes más elevados. Y en cierta estabilidad (relativa). 

¿Dónde estaba uno cuando estas cosas pasan? ¡Rayos! ¡60.000% en un día! La locura. Ese tipo de eventos nos recuerda que debemos estar muy atentos a los nuevos lanzamientos. El efecto binance es real. Pero pocos pudieron anticiparse a semejante incremento. Sin embargo, era razonable esperar un incremento. No podemos subestimar la gran capacidad de los juegos de este estilo para crear comunidad. Pero 60.000% son palabras mayores. ¿Qué tiene de especial este token? En realidad, no lo sé. Pero el proyecto, sin lugar a dudas, logró despertar pasiones. 

La sutil diferencia entre una comunidad vibrante y un esquema Pump and Dump. Claro está de que las criptomonedas, para subir de precio, necesitan entusiasmo. Este entusiasmo puede ser racional o puede ser irracional. En el caso de Dogecoin, ya está resultando evidente que el proyecto es un cascarón vacío. Sin embargo, es un cascarón vacío que ha generado ganancias debido a la manipulación sistemática por parte de varios actores. El proyecto en sí es una ridiculez. Pero esa ridiculez ha podido aumentar de precio significativamente gracias al hype artificialmente creado con fines meramente especulativos. 

Considero válida la especulación a corto plazo. Si alguien quiere hacer un dinero extra haciendo trading con Dogecoin, está en su derecho. Sin embargo, es un error caerse a ilusiones. El proyecto no es una inversión a largo plazo. Es un chiste que no debe tomarse muy en serio, porque carece de toda seriedad. Su aumento es una gran manipulación. Y las manipulaciones, tarde o temprano, se caen por su propio peso. 

Me gustó bastante este análisis, porque no ofreció una respuesta simplista o sensacionalista de lo ocurrido. Esta frase en particular me encantó: “Bitcoin cayó un 6% en cuatro horas debido a una combinación de factores negativos y técnicos”. Las analistas tienden a inventar cosas para explicar los cambios inesperados. “Se debió a los futuros”. “Fue una ballena”. Lo que normalmente ocurre es que se debe entregar un artículo pronto y simplemente no hay tiempo para realizar una investigación a fondo. Entonces, se utiliza una respuesta prefabricada. 

La verdad es que el precio sube o baja debido a la cantidad de compradores con respecto a la cantidad de vendedores. Y eso normalmente varía debido a una “combinación de factores”. Los fundamentales, los indicadores técnicos y el sentimiento en general del mercado influyen. El problema es la falta de datos confiables. Y, sin datos confiables, es muy difícil realizar análisis precisos. 

La curiosa diferencia entre los nuevos y los viejos inversores. Para nadie es un secreto que los viejos inversores han pasado por las mil y una. Y, de algún modo u otro, han desarrollado una voluntad de acero. Por el momento, los inversores de vieja data se mantienen firmes en el barco y la volatilidad que vemos viene de los inversores más nuevos. El inversor maduro compra en los periodos bajistas, espera por mucho tiempo, y luego vende en los periodos alcistas (en el caso de venta). El inversor inmaduro se asusta en la temporada bajista, comienza a comprar en la temporada alza y vende demasiado pronto por emoción. Para los nuevos, un mes es una eternidad. Son los nuevos lo que generan caos e inestabilidad. 

La buena noticia es que los inversores a largo plazo están aún realizando holding. Y mucho del volumen que estamos experimentando proviene de la sangre nueva. Esto implica que hay volatilidad, pero con soportes cada vez más fuertes. Los inversores a largo plazo son la columna vertebral de la comunidad. En realidad, son los que sostienen el precio. El hecho de que siguen esperando es una gran señal alcista.