Sudáfrica reconsiderará su política nacional sobre las criptomonedas

Los reguladores financieros de Sudáfrica están sentando las bases para la regulación “gradual y estructurada” de las criptomonedas. La medida supone un cambio en el enfoque de no intervención adoptado en los últimos siete años, y ha sido impulsada por el creciente interés minorista por las criptomonedas en el país.

En un documento de posición publicado el viernes, el Grupo de Trabajo Intergubernamental de Fintech del país, o IFWG, bajo la égida del Grupo de Trabajo de Regulación de Criptoactivos, estableció una hoja de ruta para introducir un marco regulatorio que se centrará en los proveedores de servicios de criptoactivos.

La política nacional inicial de Sudáfrica hacia las criptomonedas hasta ahora había sido de cautela, pero también de no interferencia. Ya en 2014, el Tesoro Nacional emitió una declaración pública dedicada al tema, junto con el Banco de la Reserva de Sudáfrica y el regulador financiero del país y las agencias de inteligencia financiera y fiscal. Su tono era cauteloso, pero no intrusivo, y le advertía al público que podía comerciar con criptomonedas por su cuenta y riesgo y que no se le ofrecería ninguna protección legal ni recurso en caso de dificultades.

Los comentaristas han señalado que varios factores, entre ellos el aumento del mercado sudafricano de criptomonedas a más de 2,000 millones de rands ($147 millones) en valor diario negociado a principios de este año, han hecho insostenible esta política anterior. 

El nuevo documento del IFWG subraya que, a pesar de que está previsto introducir un marco regulador estructurado, los criptoactivos siguen siendo “intrínsecamente arriesgados y volátiles”, y las posibles pérdidas financieras derivadas de las actividades de comercio de criptomonedas siguen siendo elevadas.

El enfoque del país se basará en seis principios generales. Estos implican la adopción de una “perspectiva basada en las actividades” que garantice que el principio de “misma actividad, mismo riesgo” oriente las decisiones de los reguladores; la aplicación de medidas proporcionales al riesgo; la adopción de un enfoque colaborativo para la regulación de los criptoactivos; la actualización de las mejores prácticas internacionales; y el fomento de la alfabetización financiera digital entre los consumidores.

El documento también presenta 25 recomendaciones sobre cómo regular las criptomonedas en relación con tres áreas principales de preocupación: La lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, las leyes financieras transfronterizas y la aplicación de las leyes del sector financiero. Esto último implica que la Autoridad de Conducta del Sector Financiero de Sudáfrica se encargará de tratar de prevenir los abusos del mercado -por ejemplo, el fraude y la mala conducta en el mercado- y de tomar medidas contra los autores pertinentes del sector.

Junto con el documento publicado, el IFGW emitió un comunicado en el que esbozaba su estrategia y daba cabida a sus preocupaciones sobre la naturaleza de la clase de activos y el ecosistema que la rodea. El IFGW señaló que la descentralización es una desventaja, no una ventaja, que deja a los consumidores y traders sin recurso a una autoridad o entidad centralizada que pueda resolver los errores del usuario, por ejemplo, el uso de una dirección incorrecta de un criptomonedero.

El IFGW también sigue preocupado por la naturaleza manipuladora de gran parte del material de marketing de las criptomonedas, la volatilidad de los precios de los activos y las estafas, como los esquemas Ponzi. De hecho, este año el mayor esquema Ponzi de la historia del país involucró a una empresa dirigida a los traders de Bitcoin (BTC) que acumuló 23,000 BTC en participaciones de inversores de los que se informó que eran 26,000 miembros en todo el mundo.

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