Problemas en Google: ¿Qué significa esto?

En el caso de Google, los reportes del último trimestre han revelado unos ingresos menores de los esperados. La compañía reportó un crecimiento del 6%. Pero ese número ahora resulta bastante modesto en comparación al crecimiento de 41% reportado el año pasado. En efecto, esa tasa de crecimiento ha sido la más débil desde el año 2013. El dinero sí está entrando. De hecho, ha entrado por montos. Después de todo, estamos hablando de una cifra de $69.09 mil millones. En la calle, sin embargo, la expectativa se ubicaba en unos ingresos totales de $70.58 mil millones. Lo que ocurre es que la compañía gasta mucho en adquisiciones, nómina, investigación e inversión.  

Lo mismo que ocurre en nuestro hogar, ocurre en las compañías. Si nuestros ingresos son menores que nuestros egresos, registramos pérdidas. Podemos estar hablando de miles de millones de dólares. O podemos estar hablando de una cantidad mucho menor. Pérdidas son pérdidas. Y los inversores tienden a no ser muy amigos de las pérdidas.

Ahora bien, la principal fuente de ingresos de Alphabet, compañía matriz de Google, es el motor de búsqueda. Ingresos aquí resultaron ser: $39.54 mil millones. Ingresos por anuncios en YouTube se ubicaron en $7.07 mil millones. Y los ingresos por el negocio de la nube de la compañía, de hecho, crecieron en un 37.3% a unos interesantes $6.87 mil millones. Todos los ingresos por anuncios publicitarios crecieron en un 2.5% dando un total de $54.48 mil millones. Sin embargo, la compañía registró una caída en el gasto por parte de sectores: hipotecas, seguros, criptomonedas, y préstamos.

La palabra “problemas” en el titular debo confesar que es una exageración. Revisando estos números con mayor detalle, esta desaceleración relativa de los ingresos se torna más comprensible. Esta caída es un reflejo y consecuencia de la caída de los sectores más afectados por el giro en política monetaria por parte de los bancos centrales. En otras palabras, Google ya está comenzando a sentir el golpe. Debido a ese golpe, a partir de ahora, Google (quiero decir Alphabet) no tendrá más opción que ajustarse el cinturón.

El precio de la acción cae, porque pérdidas son pérdidas. Y así lo interpretan los inversores. Lo más relevante aquí es que esas caídas de ingresos por parte de las grandes tecnológicas tienen un efecto en el sentimiento general de los mercados. Y, por asociación, este “pesimismo” se propaga a todos los activos de riesgo. Si los grandes tecnológicos no están haciendo dinero, el escepticismo se incrementa y la tolerancia al riesgo disminuye. Todo el sector “crecimiento” está sufriendo por la desaceleración económica. Todo el sector “crecimiento” está sufriendo con este clima de incertidumbre macroeconómica y geopolítica.  

Bitcoin y Google. ¿Cuál es la conexión? Dentro de la comunidad cripto, es costumbre hacerse de la vista gorda ante todas las correlaciones que no rimen con la narrativa de los criptolibertarios. Debemos recordar que muchos de los miembros más ruidosos de esta comunidad provienen de la política. Me refiero al libertarismo, al anarco-capitalismo y al conservadurismo económico. Esta corriente le debe mucho de los escarabajos del oro y del liberalismo clásico de la era pre-bitcoin. Entonces, Bitcoin no es únicamente un activo digital. No es únicamente una inversión. También es un movimiento social y político. O sea, un nicho de las redes sociales con posturas, aspiraciones y credos. Para muchos, Bitcoin se ha convertido en una tribu y una identidad.

Bitcoin es el “oro digital”. Y su narrativa es esencialmente reaccionaria y conservadora. En muchos aspectos, es un -copia y pega- de la narrativa tradicionalmente usada por los escarabajos del oro. Escasez monetaria, anti-estatismo y un mundo al borde del colapso. ¿Solución? El refugio seguro de una moneda dura. Aquí, en esta parte del discurso, se tacha “oro” y se coloca “Bitcoin”.

El término clave es “seguro” en un mundo al borde del colapso. Y el término “seguro” hace un corto circuito, en lo idiosincrático, con el término “riesgo”. Los escarabajos del oro son unos expertos en apelar al miedo. “Seguro” sugiere protección. No sugiere crecimiento. Sugiere pasado y viejo. No sugiere futuro y nuevo.

Claro que no todos giran en torno a esta interpretación política de Bitcoin. Muchos otros provienen del mundo financiero. No son inversores idiosincráticos, ni reformadores monetarios. Muchos en este espacio son inversores pragmáticos con objetivos financieros. Se trata de optimistas. Se trata de personas mirando al futuro. Se trata de inversores dispuestos a asumir riesgos para crecer financieramente con gran agresividad. O sea, el inversor cripto típico se parece más al inversor tecnológico típico que al inversor de oro típico. Se parecen más en temperamento, en edad, en metas y en actitud. O sea, estamos cortados con la misma tijera.

Y, en efecto, la evidencia es clara. La correlación entre Big Tech y Bitcoin es evidente. Bitcoin es parte de un proceso de digitalización generalizado. Bitcoin es parte de la tendencia fintech. Y se suma a las tecnológicas y a los bancos en los esfuerzos continuos por conquistar el ciberespacio con mejores productos y servicios.

Son dos visiones. Una visión se corrobora en Twitter. La otra visión se corrobora en la acción del precio. Una es dogma. La otra es cruda realidad. El dogma se promueve a nivel retórico por una ruidosa y politizada minoría. Mientras tanto, el mercado se mueve al son de una silenciosa mayoría de inversores con unas metas más financieras que ideológicas.

Advertencia y aclaratorio: Un artículo de opinión no se lee para aceptar lo escrito. Tampoco se lee para contradecir lo escrito. Se lee para reflexionar sobre lo escrito. Las tribus solo creen su propia propaganda. Todo lo que no sea la versión oficial de la tribu normalmente se rechaza como engaños del enemigo. El libre pensador es un ave rara en este mundo fragmentado. ¡Bienvenidos al posmodernismo!

Durante este periodo de estanflación, tensiones geopolíticas, y desglobalización, los activos de riesgo han sido los más afectados. Pero esto no significa el fin del mundo. Lo que realmente significa es que la economía se mueve en ciclos. Los activos más especulativos tienden a ser los grandes ganadores en los periodos de bonanza. Pero estos “booms”, por lo general, no duran para siempre. Al parecer, a todo cochino, le llega su sábado. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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