¿Por qué el yuan digital sigue estancado y no ha tenido el éxito esperado?

El Banco Popular chino lleva algo más de dos años experimentando con el yuan digital. Sin embargo, el acceso tan restringido a esta moneda digital parece estar cortándole las alas. No obstante, el número de usuarios parece aumentar a buen ritmo, aunque se queda corto en comparación a sus principales competidores: Alipay y WeChat. Estas plataformas ya proporcionaban la opción de pagar con el móvil mediante códigos QR sin intermediarios. Aun así, el gobierno se mantiene firme en su objetivo de expandir todo lo posible su moneda digital.

De acuerdo con datos proporcionados por el Banco Popular de China, las transacciones del yuan digital alcanzaron los 13,680 millones de dólares. En el segundo trimestre del pasado año esta moneda llegó a sumar 8,300 millones de dólares según estimaciones de la CNBC. 

Estos datos, que pueden parecer esperanzadores, siguen lejos de lo esperado por parte del gobierno. Lo más lógico sería pensar que parte de la culpa se deba al acceso tan limitado que hay en el país Chino. Muchas empresas se muestran reticentes a aceptar el yuan digital, principalmente porque no está muy claro qué incentivos tendrían los consumidores en comparación a métodos de pago como Alipay o WeChat Pay. 

Ant Group, empresa afiliada al grupo chino Alibaba, nos da otras cifras. La filial reveló un volumen mensual de 10 billones de yuanes al mes. Desde junio del año 2020, puede presumir de contar con hasta 711 millones de usuarios. 

¿Cabe pues, esperar que el yuan digital siga expandiéndose? Parece que el gobierno se mantiene firme en su apuesta. A principios del mes de enero se creó una aplicación que funcionaría hasta en 10 regiones de China, y en junio del año pasado se sortearon premios para que los ciudadanos usasen estas monedas para hacer compras  locales. 

Por otra parte, cabe subrayar que el número de usuarios del yuan digital ha aumentado a mayor velocidad que el volumen de transacciones. Los datos que tenemos son de hasta 261 millones a finales del año 2021, lo cual supone un incremento de 240 millones desde el mes de junio del pasado año, siempre de acuerdo con el Banco Popular de China. 

Una aclaración importante es que el yuan digital como tal no es una criptomoneda. ¿Por qué? Pues porque al contrario de criptos como bitcoin o ethereum, el yuan digital está controlado por el Banco Popular de China con el objetivo de reemplazar billetes y monedas. No es una forma de pago descentralizada como ocurre con las criptomonedas, ni hace uso de blockchain. 

Además de esto, China quiere adelantarse y ganarle terreno al dólar como moneda mundial. No parecería descabellado pensar que quieren imponer una especie de “petroyuan” al ser compradores de hasta un 25% del petróleo generado en Arabia Saudita. Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y el Medio Oriente no atraviesan su mejor momento y parecen haberse debilitado, lo cual no pasa desapercibido al gigante asiático. 

Si bien China es muy hábil aprovechando la coyuntura actual, en Occidente no parecen aceptar la forma en la que trabaja este país. Esto se debe, fundamentalmente, a que cabe la posibilidad de perder la privacidad sobre tus activos con el uso del yuan digital, ya que esta moneda está plenamente controlada por el gobierno. Esto dificulta el atraer usuarios de fuera de Asia. 

Según el Banco Popular de China, el yuan digital no pretende sustituir a plataformas de pago como Alipay o WeChat, ya que una de sus características es la interoperabilidad, es decir, que podamos pagar con el yuan digital a través de estas plataformas. No es reemplazarlas lo que se pretende, sino integrarlas para llegar al máximo número de usuarios posibles.  

Por el momento China ha dado bastante publicidad a su yuan digital en las Olimpiadas de Invierno de Pekín. Sin embargo, de momento solo funcionará en algunas ciudades piloto. Entre ellas estarían Pekín, Shenzhen, Shanghái o Qingdao. También se podría usar en grandes comercios, tales como Alibaba, e incluso en determinados lugares turísticos. 

Tras estos dos años de pruebas, ya se puede descargar el monedero digital creado por el PBOC, el s-CNY, a través de tiendas de apps como Apple y Android en el país asiático. El momento del lanzamiento de esta app coincidió también con el Año Nuevo Chino, y no ha sido casual, pues entre los Juegos de Invierno y esta fecha tan señalada se esperaba que aumentase la afluencia de turistas que podrían descargarla tanto para enviar como para recibir pagos, todo sin la necesidad de contar con una cuenta bancaria. 

Aunque parece que China es el primer país en intentar impulsar una moneda digital, hay otras naciones que se les han adelantado y son líderes en la implantación de esta tecnología. En octubre de 2020 Bahamas lanzó el “dólar arena”, una versión digital de la moneda nacional, emitida por el Banco Central de las Bahamas. Los residentes pueden acceder a ella a través de aplicaciones móviles, o bien mediante una tarjeta de crédito física. Se espera que gracias al sand dollar disminuya el blanqueo de capitales y la falsificación. Un año después, en 2021, Suecia impulsaba la creación de la eKrona, también respaldada por el Estado sueco. Y Nigeria se convertía en el primer país del continente africano en lanzar una moneda digital llamada eNaira, utilizando también tecnología blockchain.

Queda por ver si el yuan digital será capaz de desbancar la supremacía del dólar americano. Bloomberg ya afirmaba el año pasado que la Administración Biden se encontraba monitoreando esta moneda ya que la divisa podría suponer un atractivo a largo plazo para inversores de otros países. Esto podría amenazar hipotéticamente al dólar como la moneda de reserva que domina a nivel mundial. Sin embargo, el vicegobernador del Banco Central chino desmintió que el yuan digital tuviese como objetivo reemplazar a otras monedas internacionales, y que la motivación de esta nueva moneda digital se centra sobre todo en el ámbito doméstico, al menos por el momento. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión

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