¿Por qué el dólar está subiendo?

En muchos casos, se utiliza la frase “el dólar sube”, pero, en realidad, no es el dólar el que sube sino la moneda nacional la que baja. Por ejemplo, si el dólar sube en Venezuela o en Argentina, en la mayoría de los casos, el problema normalmente radica en una pérdida de la confianza por parte de los ciudadanos en su moneda nacional. Es decir, las personas están comprando dólares, porque piensan que sus ahorros no están seguros en moneda nacional debido al mal manejo del dinero por parte de las autoridades del país en cuestión. Aquí no voy a hablar del dólar en ese contexto. Aquí voy a hablar específicamente del U.S Dollar Index (DXY).

Podría parecer paradójico hablar de un problema de inflación y, al mismo tiempo, hablar de un fortalecimiento de la moneda. Bien sabemos que en el caso latinoamericano la subida del dólar es prácticamente sinónimo de inflación. El lector podría confundirse. Del mismo modo, las crisis latinoamericanas tienden a ser estanflacionarias (mucha inflación, poco crecimiento). Sin embargo, este no siempre es el caso de las crisis en Estados Unidos y Europa.

Por otro lado, con unos niveles tan altos de inflación, comprar dólares en estos momentos podría parecer una decisión bastante insensata. Después de todo, muy pocas personas están dispuestas a comprar un instrumento que está perdiendo valor. Para colmo de confusiones, da la impresión de que la actual fortaleza del dólar se presenta como una mala noticia. De hecho, en el pasado trimestre, varias tecnológicas estadounidenses manifestaron en sus reportes que seguramente registrarían pérdidas de ingresos debido al precio del dólar. Esta reacción se siente contraintuitiva, porque estamos condicionados para pensar que el adjetivo “fuerte” siempre denota algo positivo.

El dólar es la moneda reserva del mundo. Adicionalmente, el dólar es la moneda más usada en el comercio internacional. ¿Por qué? Bueno, en gran parte, por el tamaño del mercado estadounidense. Son los consumidores más importantes. Por otro lado, por el poder militar del Tío Sam. Debemos recordar la importancia de los océanos y los mares para el comercio mundial. Alguien tiene que velar por la seguridad de las mercancías. Por último, el dólar es importante debido a la enorme importancia del sistema financiero estadounidense. Son los grandes financieros. La bolsa, el mercado de bonos, los seguros, las tarjetas de crédito, los préstamos bancarios, etc.

Ahora bien, el país A le vende petróleo al país B. Y lo hacen en dólares. ¿Por qué? ¿Acaso no pueden usar sus propias monedas? En teoría, ciertamente, sí lo pueden hacer. Pero, ¿quién financió la explotación de los pozos? ¿Quién aseguró los barcos? Si el dinero salió de Nueva York o de Londres, con toda seguridad, las obligaciones de país A y de país B están denominadas en dólares. En consecuencia, la fortaleza (o debilidad) del dólar afecta las deudas, el crédito, los ingresos corporativos, las exportaciones y las importaciones.

China está debilitando su moneda con inyecciones de liquidez para mejorar sus exportaciones. Los japoneses están haciendo lo mismo. Y Europa está en recesión con una guerra en su patio. La Reserva Federal de los Estados Unidos ciertamente está subiendo las tasas de interés y están reduciendo sus balances para contener la inflación. Por ende, los inversores entraron en pánico. O sea, el Dow Jones, el S&P 500 y Nasdaq están cayendo. ¿Por qué? El miedo, la duda y la incertidumbre hacen que los inversores se vuelvan más conservadores. Lo que normalmente quiere decir que buscan refugio en activos estables y evitan el riesgo de los activos volátiles. Bitcoin salió particularmente golpeado aquí.

Para la mayoría de los inversores, la escasez de un código, la seguridad de una llave o el poder de cómputo de una red de computadores importan tres pepinos. Lo más relevante siempre es el precio. Si la volatilidad es mucha, se trata de un activo riesgoso. Si la estabilidad es elevada, se trata de un activo seguro. Así de sencillo. Porque aquí lo que importa es el riesgo financiero. Es muy posible que por distintas razones no confiemos en el Tío Sam. De pronto, somos libertarios o anarco-capitalistas. De pronto, nos gustan mucho las ideas de Ron Paul y las ideas del movimiento Tea Party. Pero me temo que eso tampoco importa mucho. Porque los mercados se mueven por mayoría. Y, nos guste o no, la evidencia nos está diciendo que la mayoría todavía confía en el dólar y en el Tío Sam.

En tiempos de crisis, la mayoría de los inversores se refugian en el dólar y los bonos-T. Hace justo un año, el precio de Bitcoin se ubicaba en $33,113.0 por unidad. Hoy, el precio se ubica cerca de los $19,955.5 por unidad. Eso es una reducción de más de un tercio en un año. Durante el mismo periodo, la inflación en los Estados Unidos ha sido un 7-8% (+/-). Muchos inversores prefieren ganar poco comprando dólares y recibir intereses que asumir el riesgo de perder dinero en inversiones más volátiles.  

La estabilidad monetaria es importante, porque nuestros gastos y deudas son estables. Si asumimos una deuda en dólares, e invertimos en activos de renta variable, estamos en aprietos cuando los precios de los activos se desploman. Durante una recesión, las personas, empresas, corporaciones y países deben asegurarse de contar con la suficiente liquidez para cumplir con sus compromisos en el momento de los cobros. De lo contrario, se podría producir una epidemia de quiebras y bancarrotas.

Supongamos que un matrimonio joven tiene $40 mil dólares en ahorros. Tienen dos hijos, una hipoteca por la casa, una deuda por el carro y las tarjetas de crédito bien usadas. Se habla de recesión en la calle. Y muchas empresas están hablando de reducir la nómina. ¿Es momento de invertir en la bolsa? ¿Es momento de “comprar la caída” de Bitcoin?

El dólar está subiendo, porque todo lo demás está bajando. Y los inversores están apostando por los Estados Unidos porque, pese a los problemas, todavía aparenta ser el lugar más seguro en comparación. Las familias están engordando su fondo de emergencia en caso de una recesión más fuerte de lo esperado. Y los inversores tienen bastante cash en sus portafolios esperando el comienzo de la recuperación. Muchos están como la hormiguita de la fábula de la cigarra.  

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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