Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 10/08

El inversor ingenuo es un aficionado acérrimo de las predicciones. Su inmadurez lo lleva a buscar precisión en la incertidumbre. Entonces, con frecuencia, es víctima de charlatanes que hacen predicciones, porque saben muy bien que eso es lo que la gente quiere escuchar. Al parecer, al público le gusta que le mientan. Muchos crean falsas expectativas, porque es lucrativo. Lamentablemente, la charlatanería genera atención.

En este mundo, la precisión no es posible. Porque los mercados fluctúan de manera bastante aleatoria. Entonces, siempre se hacen pronósticos en base a las probabilidades. Por lo general, se utilizan modelos del pasado para hacer proyecciones. Eso, por supuesto, no garantiza que las proyecciones siempre se cumplan. Sin embargo, eso no significa que el análisis sea incorrecto. Significa que lo improbable también ocurre. Claro que no es lo mismo un pronóstico que una predicción. El inversor inteligente invierte con la probabilidad de un pronóstico y rechaza las falsas promesas de una predicción.

Los mercados tienden a ser más irracionales en el corto plazo que en el largo plazo. Eso sucede debido a las leyes de los grandes números. El tiempo funciona como mecanismo de diversificación temporal y esto permite que las probabilidades se cumplan con mayor fidelidad.

Ahora bien, los pronósticos no pueden hacerse únicamente mirando al pasado. También hay que considerar otros factores como la macroeconomía, el sentimiento y los niveles de demanda. O sea, no es muy buena idea confiar demasiado en el análisis técnico y el uso de las gráficas. Los modelos no funcionan muy bien en etapas muy atípicas. Y me temo que ahora nos encontramos en uno de estos momentos. Son tiempos sumamente atípicos. Y los modelos tienden a fallar más de la cuenta. Por ende, lo recomendable es proceder con más cautela de la normal.

La inflación titular (EEUU) se redujo un poco en julio, en gran parte, debido a la reducción en el precio de la gasolina. Esto nos podría estar confirmando que, en efecto, la inflación alcanzó su máximo en junio. De cierta manera, las medidas de la Reserva Federal están funcionando. Lo que es bastante positivo para los activos de riesgo como Bitcoin. ¿Por qué? Bueno, porque en el momento que la inflación regrese a 2%, en teoría, podríamos volver a una política monetaria más flexible. ¿Qué tan realista es esta expectativa?

Bitcoin todavía está en su ciclo bajista. Eso no ha cambiado. Y eso nos lo recuerda la curvatura de la media móvil simple de los 200 días ($33.1K). Ese móvil todavía yace ahí como un techo bajista, recordándonos que esta historia aún no ha terminado. Bitcoin en estos momentos ha logrado mantenerse por encima de las móviles rápidas. La media móvil de los 50 días ($21.7K) está abajo y ya no luce tan bajista como antes. De hecho, se está lateralizando. En el momento de la publicación, estamos sobre la media móvil de los 20 días ($22.9K). Esta media estaba alcista, pero ya se está lateralizado también. Todavía es un soporte. Lo que no es malo.

La semana pasada logramos romper por encima de los $22.6K, pero no hemos podido con nuestra resistencia actual ($24.6K). El volumen actual no está dando la talla. El sentimiento sí ha mejorado un poco con la buena racha de julio. Pero el entusiasmo ha mermado bastante últimamente. Las dudas están retornando. Y no hay suficiente fuerza. Si no salimos rápido de este estancamiento, se podría formar un canal lateral nuevamente. La oscilación se podría mantener entre $22.6K-$24.6K. Por encima de este canal, la nueva resistencia es $28K. Lo que convierte a los $25K en un posible punto de entrada para los largos. Si rompemos por debajo de los $22.6K, para los cortos, $22K sería una posible entrada.

La falta de volumen nos sugiere mucha apatía por parte de las instituciones. De pronto, no es apatía. Tal vez es cuestión de cautela. Julio nos trajo una nueva esperanza, pero no hay que contar los pollitos antes de nacer. El mercado está comenzando a sospechar que la inflación no se irá así de fácil. Es bastante posible que la Reserva Federal deba mantener la misma marcha por mucho más tiempo para poder vencer en su lucha. En lo personal, pienso que la Reserva tendrá que subir las tasas más de lo esperado para poder dominar a la bestia. En otras palabras, todavía no podemos cantar victoria. Porque este invierno puede ser más largo, frío y doloroso. Ahora bien, es muy probable que el año termine y nosotros todavía estaremos en el rango $20K-30K. De hecho, este es uno de los escenarios positivos.

Todo mercado bajista tiene sus rallies. Hay meses rojos. Pero también hay meses verdes. Lo positivo es que Bitcoin está demostrando convicción a estos niveles. No descarto un nuevo susto. Tampoco descarto la posibilidad de una nueva capitulación. Sin embargo, bien sabemos que hoy estamos más cerca del fondo que antes. Mientras más baje el precio, menor es el riesgo. Lo que es positivo para los compradores.

Bitcoin es un activo de riesgo. Así de sencillo. Se trata de un mercado emergente. Sumamente inmaduro. Con una elevada ambigüedad regulatoria. La volatilidad es reflejo de esta realidad. Ciertamente, esta volatilidad ofrece muchas oportunidades. O sea, se puede ganar mucho dinero. Pero también se puede perder mucho. La gente disfruta de las ganancias. Pero suele sentir más las pérdidas. Eso significa que los pánicos tienden a ser rápidos. Pero la confianza requiere de más tiempo para recuperarse. En estos momentos, necesitamos tener paciencia.

Claro que Bitcoin no es solamente un activo. También es un movimiento social. Es una especie de tribu digital con su propia identidad, sus narrativas, sus amigos y sus enemigos. La comunidad Bitcoin, en realidad, es una mezcolanza. Hay muchos jóvenes. Hay muchos hombres. Hay muchos traders minoristas y amateur. Mucho libertario, anarcocapitalista y conservador. Lo que nos indica que hay mucha contracutura y tecnofilia. Y, sobre todo, hay mucho apetito por el riesgo.

Las tribus, por lo general, caen en el error de creer en un falso consenso. Es decir, piensan que todos creen lo que ellos creen. La verdad de la tribu es la verdad del universo o algo así. Sin embargo, Bitcoin, para crecer, necesita de personas que no piensan como los actuales bitcoiners. Bitcoin requiere de más capital para prosperar. Y ese capital debe venir de afuera. La tribu puede tener toda la fe en su producto. Pero eso no basta. También se requiere que los demás crean en el producto. Y eso no se logrará con ideas raras o radicalismos. El fanatismo une en lo interno, pero espanta en lo externo. No es muy bueno para atraer inversiones.

La alianza entre BlackRock y Coinbase es un gran paso. Porque significa que Bitcoin es cada día algo más normal. Los inversores institucionales tendrán más acceso a Bitcoin de la mano de un gigante financiero. De pronto, el efecto de esta noticia no la veamos en el futuro cercano. Sin embargo, esta unión es sumamente alcista para Bitcoin en el largo plazo. Definitivamente, un gran motivo para el optimismo. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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