Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 07/09

Todos los escenarios son posibles. Pero no todos los escenarios son probables. El inversor inteligente basa sus pronósticos en lo probable. Sin embargo, también se prepara para lo improbable. En cuestiones de dinero, hay que ser pragmático y objetivo. La fe, la ilusión y la ideología son obstáculos, porque crean un sesgo cognitivo bastante perjudicial. Los mercados fluctúan por voto mayoritario. Y las opiniones de una pequeña minoría, con frecuencia, no tienen el peso suficiente para mover a todo un mercado. Los libertarios, anarcocapitalistas y conversadores de la comunidad cripto pueden tener convicciones muy fuertes y narrativas muy convincentes. Sin embargo, allá afuera, hay un mundo que piensa y actúa diferente.

La verdad de la tribu no es la verdad del universo. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, no todos creen en la utopía libertaria y en la cruzada anti-estatista. Los inversores, nos guste o no, todavía siguen considerando al dólar como un refugio seguro en tiempos de volatilidad e incertidumbre. Todavía se busca refugio en los bonos del Tesoro estadounidense. Todavía las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos hacen temblar a los mercados. Esto no es una hipótesis. Esto es una realidad y se puede comprobar en la acción del precio. No es narrativa, es evidencia. Bitcoin es considerado como un activo de riesgo. Un mercado emergente. Pero aún muy inmaduro. Así son las cosas.

Las ideologías son, en muchos casos, proyectos socio-políticos. Y esos proyectos son aspiraciones basadas en suposiciones y creencias. El error es pensar que todo el mundo cree lo mismo que uno. Si leemos todo el tiempo las mismas opiniones sesgadas y siempre nos movemos dentro de un mismo grupo idiosincrático, no es muy difícil llegar a pensar que el mundo entero comparte con nosotros las mismas creencias y aspiraciones. La causa se convierte en una identidad. Y la narrativa deja de ser una descripción objetiva de la realidad para convertirse en artículos de una fe colectiva.

Se cae, con frecuencia, en el síndrome de la confirmación. O sea, vemos lo que queremos ver. Tendemos a ser demasiado optimistas sobre nuestras posibilidades. Y tendemos a satanizar al bando opositor. En el imaginario de un bitcoiner militante y radical, Bitcoin es una especie de mesías con poderes sobrenaturales destinado a salvar a este mundo decadente. Los usuarios, naturalmente, son unos héroes y unos iluminados. Y los bancos centrales, los bancos privados, las corporaciones, los gobiernos y el dinero fiat son los malvados conspiradores. Es una lucha entre el pueblo y el establecimiento. Se trata de ellos contra nosotros.

Esta cosmovisión llegada al campo de las inversiones nos hace pensar que Bitcoin es un arca de salvación. Por ende, podemos caer en el exceso de optimismo con nuestros pronósticos del precio, sobrestimando la demanda. Lo que implica que podemos comprar caro y olvidar tomar ganancias en el momento adecuado. Además, hechizados por la ilusión de certeza de la narrativa, es muy común descuidar la gestión del riesgo. Error.  

Ahora bien, no todos los inversores de Bitcoin están condenados a ser inversores idiosincráticos. En otras palabras, podemos invertir por dinero. ¿Acaso ya no podemos invertir por dinero? ¿Cuándo se convirtió en pecado?

Bueno, si estás en esto por el dinero, es importante ser objetivo y pragmático. ¿Por qué? Porque un pronóstico irrealista y fantasioso te hace perder dinero. ¿Recuerdan a Michael Saylor recomendando hipotecar la vivienda para comprar BTC a $54K? ¿Recuerdan al presidente Bukele celebrando la compra de la caída de $45K?

Los exchanges, las ballenas y los influencers siempre van a ser alcistas por conveniencia. Pero lo que es conveniente para ellos no es necesariamente conveniente para el inversor particular. Ellos quieren nuestra capital a toda costa. Pero los inversores no podemos ser tan ingenuos. Si vamos a dar nuestra capital, es para ganar dinero. Entonces, necesitamos comprar barato y vender caro (en el momento oportuno).

Los eternos alcistas no son confiables.  Y no es cuestión de pesimismo. Es cuestión de realismo. Los mercados fluctúan. Obvio que hay momentos para comprar y momentos para vender. Si el pronóstico es alcista, compramos. Si el pronóstico es bajista, vendemos. El crecimiento de nuestro portafolio es la meta. Se hace lo que se requiere hacer en el momento adecuado.

El analista se conoce por su récord. Un buen analista no siempre acierta, porque los mercados son muy aleatorios. Pero sí acierta la mayoría de las veces, porque hace pronósticos con la teoría de la probabilidad. O sea, un buen récord comienza con un ratio de victoria superior al 50-60%. Me encanta que mis lectores lean mis viejos artículos. De hecho, lo recomiendo. ¿Cuál es mi récord? ¿Cuál es el récord de tu influencer favorito? 

Septiembre históricamente no es un mes muy bueno. Y octubre depende mucho de los resultados de los reportes corporativos. El mercado estima que, en su próxima reunión, la Reserva Federal de los Estados Unidos vuelva a subir un 0.75%. Es posible que terminemos el año cerca de 4% o más. El dólar se ubica cerca de su máximo. El mercado de los bonos está muy caliente. Y el S&P 500 ya tocó los niveles de junio. La economía estadounidense sigue sobrecalentada y la posibilidad de un aterrizaje suave es cada vez más improbable. La volatilidad y la incertidumbre son muy elevadas y los inversores están contrarrestando esto añadiendo más efectivo y bonos para obtener más estabilidad y predictibilidad. Cash y paciencia son el mantra del momento.

Los soportes que se prueban varias veces suelen romperse. Es posible que logremos un doble fondo en $17.6K, pero no es lo más probable. $18.6K es nuestro soporte actual y no cuenta con mucha fuerza en estos momentos. Si el escenario más optimista es el fondo doble, el otro escenario es la ruptura de los $17.6K para crear un nuevo mínimo a niveles más bajos. 

No sería una exageración considerar la posibilidad de un descenso a la zona de $15K-$14K. Si el rebote ahí es violento, se podría comenzar a hablar de un fondo. Por otro lado, si ese soporte también cede, el fondo se ubicaría más abajo. Lo cierto es que, en las próximas semanas o días, podríamos tener una nueva capitulación

Ahora bien, si el precio del petróleo sigue bajando y los próximos reportes de inflación muestran una reducción significativa, se podría dar el milagro que estamos buscando. Pero, en este momento, la tendencia es bajista. Y el pronóstico es bajista. ¿Por qué? Porque la evidencia nos dice que la probabilidad de bajar es mayor que la probabilidad de subir. 

Las curvaturas de las medias móviles simples de los 20, 50 y 200 días son bajistas. La gráfica nos está mostrando una ruptura en el banderín bajista.Y el volumen nos dice que los osos están dominando. No es que hay muchos vendedores per se. El asunto es que no hay suficientes compradores. Así de sencillo. 

¿Es imposible un alza? Claro que no es imposible. Aquí estamos hablando de lo probable y en tiempos de tanta volatilidad e incertidumbre lo improbable es bastante común. ¿Qué hacer? Lo mejor es prepararnos para todos los escenarios.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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