Migración y envejecimiento: efectos económicos y sociales. ¿Por qué importan a los mercados?

Hablemos del futuro. El futuro no se decreta. El futuro se construye. Y se construye con seres humanos de carne y hueso. Es decir, no podemos hablar del futuro del dinero sin hablar de la demografía, la productividad y todo lo de demás.

El dinero es algo que usamos todos los días, pero ¿sabemos realmente qué es? ¿Es un trozo de papel con la cara de un señor importante? ¿Es un número en una pantalla de un banco? ¿Es una moneda digital que nadie controla? Bueno, la respuesta es que el dinero es todo eso y más. El dinero nos permite comparar el precio de un kilo de tomates con el de un litro de gasolina, o el de una hora de trabajo con el de una entrada de cine. Pero el dinero no es algo fijo o inmutable. El dinero es una convención social, un acuerdo colectivo entre las personas que lo usan. El dinero tiene valor porque nosotros se lo damos, porque confiamos en que otros lo aceptarán y lo respetarán. Pero esa confianza puede variar o romperse, y con ella el valor del dinero.

El valor del dinero depende de muchos factores, como la oferta, la demanda, la productiva o el número de participantes. ¿Qué pasará con el dinero si la población se reduce y produce menos? ¿Qué pasará con el dinero si nos quedamos solos en una isla sin nada que comprar?

Si quieres saber qué pasará con Bitcoin en el futuro, no basta con mirar las gráficas o las noticias. Tienes que mirar también a las personas. ¿Por qué? Porque las personas son las que usan, compran, venden y minan Bitcoin. Y las personas cambian con el tiempo. Cambian en número, en edad, en educación, en trabajo, en ingreso, en preferencias. Todos esos cambios afectan a la economía y a Bitcoin. Por eso es importante estudiar la demografía, que es la ciencia que analiza cómo son y cómo evolucionan las poblaciones humanas. La demografía, en el contexto de los pronósticos, nos ayuda a entender cómo el mercado laboral, el crecimiento de la productividad y la demanda de bienes y servicios se relacionan con el precio de Bitcoin. La demografía nos ayuda a predecir el futuro del dinero. Bueno, al menos a intentarlo. Porque el futuro, como sabemos, es incierto y Bitcoin es, bueno, bastante impredecible.

La sociedad está llena de mitos. Es decir, la gente cree en muchas cosas que no son ciertas. Eso no es sorprendente. No lo podemos negar. Uno de esos mitos es el que dice que la inmigración es mala para la economía, porque baja los salarios o le quita empleos a los nativos. La verdad es que, en términos generales, la migración es beneficiosa tanto para los países de origen como para los de destino, ya que aumenta la productividad, la diversidad y el bienestar. ¿Cómo lo sabemos? Por la evidencia. Los políticos y la prensa dicen una cosa. Pero la evidencia dice otra. El público, sin embargo, les cree a los primeros y desconfía de lo último.

Ahora bien, en muchos países, en Estados Unidos y Europa, el populismo nacionalista ha fomentado un movimiento antiinmigratorio. Eso, tarde o temprano, tendrá un impacto negativo en la economía.

Primero, porque reduce la oferta de mano de obra, especialmente de trabajadores jóvenes, cualificados y flexibles, que son los que más demanda el mercado.

Segundo, porque reduce la demanda de bienes y servicios, ya que los inmigrantes también consumen y pagan impuestos.

Tercero, porque reduce la innovación y la competitividad, ya que los inmigrantes aportan ideas, talentos y diversidad cultural.

Cuarto, porque genera conflictos sociales y políticos, que afectan a la estabilidad y la confianza de los agentes económicos.

Quinto, porque contradice los principios de libertad, igualdad y solidaridad, que son los que sustentan el progreso económico y social.

En otras palabras, el movimiento antiinmigratorio es una amenaza para el desarrollo y el bienestar de los países que lo impulsan. Es una decisión irracional y egoísta, que se basa en el miedo y el prejuicio, y no en la evidencia y el análisis. Por supuesto que es importante tomar todo esto en consideración al momento de hacer pronósticos sobre el futuro. Y, en especial, en torno a los pronósticos sobre el futuro del dinero.

Ahora bien, por otro lado, tenemos el envejecimiento de la población. Recordemos que los baby boomers son más que los millennials. Y Bitcoin es un fenómeno esencialmente millennial. El envejecimiento de la población es un fenómeno que afecta a muchos países, especialmente a Estados Unidos y a Europa. Se trata de que cada vez hay más personas mayores y menos personas jóvenes. Esto tiene varias desventajas para la economía.

Menos trabajadores: cuando la población envejece, hay menos personas en edad de trabajar y más personas jubiladas. Esto significa que hay menos oferta de mano de obra y menos producción de bienes y servicios. También significa que hay menos contribuyentes y más beneficiarios de las pensiones y la seguridad social.

Menos consumo: cuando la población envejece, también cambian sus hábitos de consumo. Las personas mayores suelen gastar menos que las personas jóvenes, porque tienen menos ingresos y menos necesidades. Esto significa que hay menos demanda de bienes y servicios y menos dinamismo económico. Y menos inversión en activos de riesgo. ¡Importante eso último!

Menos innovación: cuando la población envejece, también se reduce la capacidad de innovar y adaptarse a los cambios tecnológicos. Las personas mayores suelen ser más conservadoras y resistentes al cambio que las personas jóvenes. Esto significa que hay menos creatividad y competitividad en la economía.

Más gasto público: cuando la población envejece, también aumenta el gasto público en salud, educación y asistencia social. Las personas mayores suelen requerir más atención médica y más servicios públicos que las personas jóvenes. Esto significa que hay más presión fiscal y más déficit público.

Podemos afirmar, entonces, que el movimiento antiinmigratorio y el envejecimiento de la población son dos obstáculos importantes para el crecimiento económico y social en los países desarrollados. Estas tendencias, de seguir así, pueden nublar nuestro futuro y hacernos perder oportunidades y competitividad. Sería un error hacerse de la vista gorda y negar la realidad.

Necesitamos incluir estos desafíos con inteligencia, solidaridad y sentido del humor en nuestros pronósticos. Nuestras expectativas deben ser racionales y sensatas. ¿Los cambios demográficos son importantes? Claro que sí. 

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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