El arte de cazar burbujas: ¿Qué hacer en tiempos de “exuberancia irracional”?

Cazar burbujas no es una ciencia sino un arte. Desafortunadamente, no existe un instrumento preciso que nos diga el día justo de un crash. Las burbujas son muy fáciles de identificar en retrospectiva, pero son muy difíciles de predecir. Sin embargo, si dejamos de buscar precisión por un momento, podríamos decir que las burbujas generalmente vienen envueltas de cierto aire. Se respira euforia en el ambiente. Hay mucha gente nueva, day-traders y especuladores ingenuos. Todos se sienten unos genios porque ganaron algo de dinero. Esas son las señales de que la burbuja tiene sus días contados. El final está cerca

Alan Greenspan fue presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos entre 1987 y 2006. El hombre era un poder. Fue nominado por Ronald Reagan. Y estuvo al frente de la Fed durante las administraciones de Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo. Hoy es una leyenda, pero mientras ocupó su cargo también fue una leyenda. Claro que hoy es recordado como uno de los responsables de la crisis del 2008. Durante su mandato, permitió la proliferación excesiva de derivados financieros y la desregulación en muchos campos.

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Muchos de nosotros nos quedamos boquiabiertos cuando escuchamos al todopoderoso Alan Greenspan, ya retirado, un libertario acérrimo de toda la vida, un discípulo cercano de Ayn Rand, y neoliberal confeso, reconocer con el rabo entre las piernas que se habían cometido muchos excesos y cierta regulación era requerida. Sus declaraciones poscrisis fueran como la conversión de un ateo en el lecho de su muerte después de toda una vida de incredulidad. Sin embargo, su frase “Exuberancia irracional” no es nueva. De hecho, fue usada por Greenspan durante el boom bursátil de los años 90. Esta frase legendaria fue usada en 1996, no cerca del cenit de la burbuja punto com. Y 22 años antes de la crisis del 2008. 

La crisis de los Tulipanes se considera la primera gran burbuja especulativa de la historia. En el siglo XVII, la compra de tulipanes exóticos en Holanda se puso de moda. Los precios llegaron a niveles exorbitantes y en medio de la euforia la gente hizo muchas locuras como vender sus casas y propiedades para especular en el mercado de tulipanes. Sin embargo, un buen día de 1637, alguien quiso vender y ya nadie quería comprar. Seguramente porque el dinero ya se había agotado o porque hubo un momento de claridad. La burbuja explotó y la economía holandesa se fue a la quiebra. 

Otra burbuja famosa de la historia es la burbuja de la South Sea Company. La South Sea Company, en el siglo XVIII, en Inglaterra, tenía el control absoluto del comercio con las colonias españolas de Latinoamérica. La compañía inició su primera ruta comercial con la región en 1717. Con el tiempo, el valor de la acción se disparó debido a toda la expectativa que se generó en torno a sus “maravillosas” expediciones al nuevo mundo. El país entró en frenesí especulativo, pero eventualmente los precios se fueron al suelo cuando se descubrió que la empresa no tenía ganancias reales. Hasta el gran Isaac Newton perdió dinero en esa burbuja. Dejando para la eternidad esta gran frase sobre el mercado bursátil: “Puede calcular el movimiento de las estrellas, pero no la locura de los hombres”. 

El crash de 1929 fue la mayor caída de la historia de Wall Street. Llegó después del auge de los años 20. Durante los locos años 20, mucha gente comenzó a invertir en el mercado bursátil por primera vez.  Muchos se endeudaron para adquirir acciones. Y todos pensaban que el boom duraría para siempre, porque Wall Street se estaba convirtiendo en una plaza internacional. Y estaban recibiendo órdenes de compra de Europa y otras partes del mundo.  Sin embargo, esta burbuja también explotó. 

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Por supuesto que muchos de nosotros todavía tenemos muy presente en el recuerdo la burbuja punto com y la burbuja hipotecaria. Y me temo que la historia se repite con mucha frecuencia. Durante una burbuja, siempre tenemos a dos grandes personajes. El especulador ingenuo y el conservador “tonto”. Me explico. Durante la fase de optimismo, llega gente nueva. Normalmente, hacen dinero con sus primeras transacciones en medio del auge alcista y ya se consideran expertos. Al poco tiempo, toman más riesgos buscando más ganancias en el menor tiempo posible. Por lo general, no hay investigación ni estudio de fundamentales. Su estrategia es el rumor y el instinto. 

La plataforma Robinhood cuenta con 13 millones de usuarios y 3 millones de ellos abrieron su cuenta este año. La mayoría son jóvenes en sus 20s. Y son como pirañas. Compran en el fondo y su objetivo es hacer mucho dinero rápido. Ahora están de moda los foros en Reddit. Y lo que uno lee son frases como “Solo se vive una vez”. Es la misma atmósfera de un casino. ¿Cómo se podría explicar que después de que la compañía de alquiler de autos Hertz se declaró en bancarrota la acción se disparó?  

Después del especulador ingenio, tenemos al conservador “tonto”. Este personaje en realidad no es tonto. Él solo reconoce que hay una burbuja y lo dice públicamente, pero es tildado de tonto por los demás que están cegados por la codicia. Los codiciosos ven la cautela como una idiotez. Warren Buffett, por ejemplo, es el típico “conservador tonto”. Los codiciosos disfrutan ridiculizarlo en cada crisis. En conclusión, la presencia de los Robinhood traders y la intensidad con la que se ridiculizan las advertencias de los inversores más experimentados validan la existencia de la burbuja. 

El índice Buffett nos dice que el mercado está sobrevalorado en relación al Producto Interno Bruto. Sin embargo, mientras la inflación siga estando por el suelo las inyecciones de liquidez seguirán cayendo del cielo inflando todavía más los precios en los mercados bursátiles. La burbuja sigue aumentando de tamaño y por ahora no ha encontrado razones para explotar. 

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Ahora bien, ¿qué podemos hacer? Bueno, básicamente tenemos dos opciones. Una es subirse en la ola y la otra es hacer nada. En otras palabras, podemos tratar de obtener ganancias. Ya que estamos cerca del cenit podemos vender un poco y mantener el resto. En la medida que la burbuja se hace más grande, podemos ir liquidando más posiciones. Pero también es válido no hacer nada. Simplemente esperar. Se mantiene y se espera que la burbuja colapse para luego comprar en el fondo. 

¿Qué no hacer? No es buena idea caer en la trampa de la codicia. O sea, confiar en el sentimiento del momento, depender de los rumores y pensar que los ciclos alcistas son eternos. Eso no es muy buena idea.  Es mejor escuchar a los conversadores “tontos” un poco más y escuchar a los foros de Reddit un poco menos.  

En el caso de Bitcoin, la codicia también está por las nubes. Todos tienen una predicción optimista. ¡Ojo! Aquí aplican las reglas de siempre. No invertir con dinero prestado. No invertir con dinero que vamos a necesitar. Comprar en el fondo. Acumular con una visión a largo plazo. Ser escépticos de los adivinos de profesión que nos dicen cuál será el precio para diciembre. Reconocer que el amigo del amigo que supuestamente sabe mucho en realidad no sabe de lo que habla. Las burbujas siempre explotan en medio de la euforia. Cuando llega la euforia, hay que estar muy atento. 

Los puntos de vista y opiniones aquí expresados son únicamente los del autor y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Cointelegraph. Cada movimiento de inversión y trading implica un riesgo, debes llevar a cabo tu propia investigación al tomar una decisión.