¿Dogecoin es el nuevo Bitcoin?

Las cosas cambian. Nada es permanente. No es sorpresa para nadie que lo nuevo quiera reemplazar lo viejo. Cada generación siempre busca imponer sus valores en las otras generaciones. Es decir, los jóvenes rara vez se acercan a sus mayores en busca de consejos. Los mayores, con frecuencia, se resisten a las reformas planteadas por los más jóvenes. La voz de la experiencia normalmente es contraria a la innovación. ¿Acaso Bitcoin tiene sus días contados?

Durante mucho tiempo, las personas se apoyaron en la tradición como punto de orientación. Es decir, la sabiduría estaba en el pasado. En lo viejo. La función del joven era simplemente obedecer a sus mayores. Si escuchabas los consejos de los mayores, seguramente te iría muy bien en la vida. Sin embargo, eso era válido en un mundo donde la vida de los abuelos era bastante similar a la vida que tendrían sus nietos. Con la llegada del Capitalismo y la Revolución Industrial, el tiempo comenzó a procesar. De pronto, el pasado, el presente y el futuro eran cosas totalmente diferentes. En consecuencia, las tensiones entre las generaciones se volvieron mucho más intensas.

¿Puede la mente del abuelo ser igual a la mente de su nieto teniendo infancias tan diferentes? Las diferencias son la fuente de la tensión. Pensemos por un momento en Elon Musk y Warren Buffett. Por supuesto que son dos personas muy distintas entre sí. La admiración que se sienta o no por cualquiera de estas personas seguramente se podría determinar por la edad y la posición política del individuo en cuestión.

Por ejemplo, un joven libertario seguramente sienta mucha admiración por Elon Musk. El CEO de Tesla y SpaceX es particularmente popular entre los millennials más rebeldes, porque se trata de una especie de multimillonario/influencer/superhéroe. Entonces, es miembro de la tribu por edad, estilo y valores. Musk ha construido su imagen en torno al mito de Tony Stark. El secreto es la irreverencia. He ahí la fuente del carisma de Elon Musk.

Warren Buffett es un anciano de otra época. Es admirado por su prudencia, constancia, paciencia y frugalidad. Es interesante por ser tan diferente al estereotípico inversor de Wall Street. El tío Warren es un abuelito simpático y parlanchín con gustos de la clase obrera. No es muy dado a las últimas tecnologías. No sale con celebridades. No consume marihuana en público. Muy conservador en muchos aspectos. Obtuso en muchísimos otros. Su carisma es de otra época. Finalmente, se podría decir que el grupo que admira a Warren Buffett no es el mismo que el grupo que admira a Elon Musk.

Ahora bien, me temo que en este caso Elon Musk tiene las de ganar. No es cuestión de tener la razón o no. No se trata de poseer unos valores superiores. Es cuestión de números. Los millennials son muchos y están creciendo en edad y recursos. Mientras tanto, las generaciones más afines a los valores de Warren Buffett están muriendo. Así de sencillo. Elon Musk ha entendido esto perfectamente. Warren Buffett en su momento compró periódicos y cadenas de televisión. Bill Gates, también, realizó un par de compras similares. Al igual que Jeff Bezos. Elon Musk compró Twitter. Musk entiende esta generación a la perfección. No puede hablar de dinero. No puede parecer ser parte de la elite. Debe lucir como un hombre del pueblo luchando por causas nobles.  

Ahora bien, Dogecoin es la mascota de Elon Musk. Y podríamos asumir que usará todos sus recursos para promover el proyecto. Por ende, los seguidores de Elon Musk seguramente llegarán a pensar que invertir en dicha moneda será un gran negocio. En fin, se podría llegar a pensar que la compra de Twitter por parte de Musk es una gran victoria para Dogecoin. Es muy posible que venga por ahí un gran anuncio. No sé. Pero, definitivamente, Dogecoin ha subido de categoría debido a los nuevos poderes de su padrino.

Sería ir muy lejos pensar que Dogecoin es el nuevo Bitcoin. Se trata de comunidades muy distintas en configuración y filosofía. Bitcoin no cuenta con un salvador. Lo que es muy bueno. Si bien es cierto que Bitcoin cuenta con muchos libertarios y anarco-capitalistas de corte bastante conservador en sus filas, también es cierto que la comunidad es hoy es mucho más diversa y heterogénea. O sea, hay de todo. Por otro lado, se podría decir que hay más compromiso en Bitcoin. Porque se trata de un proyecto más consolidado.

Dogecoin se encuentra, para bien o para mal, en las manos de Elon Musk. El proyecto está a su merced. Y depende en gran medida de la fiebre especulativa de los minoristas más ambiciosos. Eso significa inestabilidad, volatilidad y riesgo. Sin embargo, también significa oportunidad. En cualquier momento, su precio se puede disparar. Lo único que hace falta es un tuit de Musk emitiendo la señal. O un anuncio de adopción por parte de Twitter. No sé. Cualquier cosa puede pasar con Dogecoin.

En el complejo mundo de las finanzas, los sentimientos y los números suelen tener más importancia que la sensatez o la razón. Es decir, no importa si Elon Musk es un genio del bien o del mal. Lo relevante es que tiene gente que lo apoya incondicionalmente. Lo subjetivo va por encima de lo objetivo. El mero hecho de que la gente piense que Elon Musk es un genio le permite realizar las cosas que solo un genio podría realizar. Escribe que Dogecoin tiene futuro. De pronto, sus seguidores compran Dogecoin. Entonces, ahora resulta que el precio de Dogecoin sube drásticamente. En consecuencia, la reputación de genio de Musk se incrementa debido a su supuesta clarividencia. Después de todo, él había dicho que Dogecoin tendría futuro. ¡Genio!

La rebeldía vende. Hay mucho descontento y desconfianza en el mundo de hoy. Entonces, un multimillonario irreverente nos entretiene. Y caemos en la ilusión de creer que es uno de los nuestros. Elon Musk se presenta como alguien que lo tiene todo para ser un héroe. Es inteligente, capaz, divertido, humano y rebelde. Al parecer, es uno de nosotros luchando por el bien de la humanidad. Es decir, no es un multimillonario como Bill Gates, George Soros, Warren Buffett, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg. Musk es un salvador. Esa narrativa es sumamente poderosa. Por ende, es muy lucrativa. Los políticos ganan elección por esa narrativa. Los empresarios hacen mucho dinero con esta narrativa. Es la gallina de los huevos de oro ¿Dogecoin es el nuevo Bitcoin? No, no lo creo. Pero Dogecoin es más fuerte, porque su padrino hoy es más fuerte.

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