David Sønstebø, fundador de IOTA, hace las paces e insinúa sus planes a futuro en una misteriosa publicación de blog

En una detallada y, a veces, vituperante entrada de blog publicada el día de hoy, el fundador de IOTA, David Sønstebø, busca “apagar toda preocupación” sobre su estado mental, asegurar a la comunidad que “FI [Fundación IOTA] no está rota” e insinuar planes futuros que se están gestando para el ecosistema en colaboración con “inversores, proyectos independientes líderes de DLT, desarrolladores comunitarios y otros”.

Como Cointelegraph informó anteriormente, en un anuncio del 11 de diciembre, la junta directiva de la Fundación IOTA reveló que Sønstebø había sido removido de la organización tras una votación “unánime” de la junta. Sønstebø había sido copresidente de la Fundación desde 2017.

La entrada en el blog de Sønstebø busca aclarar cualquier ambigüedad sobre el anuncio de la Fundación IOTA, al que se refirió como “torpe, lleno de pánico y francamente poco profesional, dejando un amplio margen para la especulación desenfrenada”. Sin embargo, su publicación podría plantear más preguntas que respuestas.

El fundador deja claro que cree que el divorcio entre él y la Fundación IOTA no fue el resultado de una “contradicción entre mis intereses y los de la organización”, y que considera esa caracterización como una “descripción descaradamente falsa, dudosa y difamatoria de mi persona”.

No obstante, más adelante en la publicación describe un par de desacuerdos que “[proporcionaron] un entorno fértil para que empeorara el drama del pasado”, incluido un caso en el que su campaña interna para que la Fundación nombrara un CEO fue anulada por la junta de la Fundación IOTA, así como desacuerdos sobre la propiedad de varios proyectos futuros del ecosistemas IOTA, incluida “la gobernanza rentable de los comités de Contratos Inteligentes IOTA, Oráculos como Servicio y la Infraestructura Descentralizada como Servicio”.

Sønstebø dijo que “la Junta comenzó a entrar en pánico por su negligencia de las finanzas de la FI”, y que posteriormente intervinieron para reclamar estos proyectos con el fin de “asegurar una pasarela ‘cada vez más grande’ a costa del crecimiento real del ecosistema de IOTA”. Sønstebø dice que “rechazó” que la junta se hiciera cargo de estos proyectos y de sus potenciales flujos de ingresos futuros, implicando que este desacuerdo es la razón de la separación.

“Ahí los tienen; mis ‘intereses divergentes'”, dijo.

Sønstebø luego se dirigió personalmente a varios miembros de la junta directiva, pidiéndole a uno que dejara de referirse a sí mismo como cofundador y a otro por “rogar” por tokens y por no asistir a las reuniones, e invitándolo a “beber vino y jugar ajedrez en cualquier momento”.

“Habrá más detalles sobre mis planes para IOTA a principios del próximo año. No se preocupen. Continuaré trabajando en IOTA con los miembros de la Fundación, los miembros de la comunidad y los socios externos”, concluyó. “Este no es el punto al final de la última frase del capítulo final; es sólo una coma”.

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