Choque de culturas: Bitcoin ya no es un movimiento libertario/anarquista

Bitcoin ha sido acusado por algunos de ser una forma extrema de anarquismo libertario. Para muchos parecerá algo extraño asociar a un instrumento de inversión (activo especulativo) con un movimiento político. Sin embargo, debemos reconocer que la comunidad Bitcoin es algo extraña. Para comenzar, todos parecen estar molestos con la vida y el mundo. Si tomamos a criptotwitter como una referencia, da la impresión de que el planeta entero está al borde de un colapso total. Se siente el resentimiento. Tenemos villanos y oprimidos. Fraudes y engaños. Y, sin lugar a dudas, conspiraciones por todos lados. Se trata de la clásica teoría conspirativa de las élites contra el pueblo. El arma principal de los malvados conspiradores en este caso es la manipulación del dinero. En esta historia épica, el mesías es Bitcoin. Y el futuro paraíso es la utopía libertaria. ¿En serio? 

Una palabra para los nuevos: Asumo que en un primer momento la gran rentabilidad de Bitcoin fue el gancho inicial.  Es decir, Bitcoin como oportunidad financiera. El activo especulativo que se duplica violentamente generando ganancias extraordinarias. Todo, al principio, parece sumamente complicado y riesgoso. Sin embargo, la promesa de fortuna genera bastante curiosidad. El detalle es que toda la información disponible parece sacada de un panfleto político. Bitcoin maneja claramente una narrativa antisistema. Toda es una gran indignación ante la intervención gubernamental en la economía. El dólar esto. El dólar aquello. La supuesta inflación. El fraude que significa el dinero fiat. Etc. 

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Para la gran mayoría, todo esto es nuevo. Los jóvenes en participar luego de ver su primer documental en Youtube sobre Bitcoin sienten que han descubierto una gran verdad. Una especie de revelación pseudoreligiosa. Una epifanía. Todo se vuelve claro, porque las líneas entre el bien y el mal se definen con gran precisión. El dólar, los bancos, y los Gobiernos son los malos. El individuo sin poder es el bueno. Y Bitcoin es la salvación.  ¿Por qué sucede esto? ¿A qué debemos este componente político en Bitcoin? 

Bueno, Bitcoin nace de la corriente libertaria. Muy popular dentro de un sector poblacional en los Estados Unidos. En términos generales, un liberatorio es un ultraconservador en lo económico y un liberal en lo social. No encaja con el espectro político tradicional de derecha e izquierda. Pero, en los Estados Unidos, el libertarianismo tiende a votar Republicano por ser el menor de los dos males. Sin embargo, hay un Partido Libertario. Lo que ocurre es que dicho partido es demasiado pequeño como para poder desafiar de manera significativa el sistema bipartidista estadounidense. 

Tradicionalmente, los libertarios son muy conservadores en lo monetario. Muchos quieren, incluso, un retorno al patrón oro. Los sistemas de moneda dura no son fáciles. Pero los libertarios normalmente colocan la libertad personal por encima de la conveniencia social. Los valores libertarios incluyen la responsabilidad individual, el esfuerzo propio y la independencia.  

Hablo de los libertarios, porque los primeros bitcoiners eran muy liberatorios. El grupo cypherpunk en particular pertenecía a esa corriente. Ponemos realizar un experimento muy sencillo. Ponemos hacer una lista de las personas que intentaron crear una moneda digital antes que Satoshi. Es más, podemos hacer una lista de las personas que Satoshi mencionó en el White Paper y en sus escritos. Criptógrafos talentosos, pero no había economistas talentosos. Claro que sí eran libertarios en su mayoría. Buscaban crear el nuevo oro, porque creían en el retorno al patrón oro. Defendían los derechos individuales, porque creían en la supremacía del individuo. De ahí nace Bitcoin. 

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No es una sorpresa que Bitcoin parece ser un movimiento algo radical. Bueno, sus fundadores fueron radicales. Una minoría descontenta con ideas revolucionarias queriendo cambiarlo todo. Pero no es algo que surgió de la nada. La comunidad Bitcoin original se creó de liberatorios, anarcocapitalistas, escobajos del oro y activistas de la privacidad. Una almogama de movimientos contraculturales de vieja data. He ahí el origen de la narrativa que para muchos podría parecer extraña. 

Los milleniales asumen ingenuamente que la narrativa Bitcoin es nueva. Pero la verdad es que el mundo se está acabando desde hace siglos. Los libertarios llevan muchísimos decenios advirtiendo sobre los males del sistema monetario. El maravilloso mago de Oz, por ejemplo, es un libro de literatura infantil escrito por Lyman Frank Baum y publicado en el año 1900. El cuento en realidad es una crítica al sistema monetario implementado en los Estados Unidos a finales del siglo XIX. El Gobierno para aliviar la crisis causada por el Pánico de 1893 inyectó liquidez al sistema con el uso de la plata. Una medida sumamente criticada por la corriente conservadora del momento. En fin, este debate no es nuevo. De hecho, es viejísimo. 

Ahora bien, todo cambia. Y las cosas no siempre resultan ser como fueron planificadas. La iglesia primitiva (cristianismo) experimentó un gran viraje con la conversión del emperador Constantino. Estamos hablando de una comunidad compuesta principalmente de esclavos y pobres artesanos que en un periodo muy corto fue invadida por las clases altas del Imperio. Este cambio democrático modificó la configuración total de la iglesia afectando su organización, su teología, y su narrativa, marcando un antes y un después.  Muchos obviamente pensaron que la religión había perdido su camino y se retiraron a los desiertos a buscar a Dios en soledad. Hubo un gran choque cultural. 

Con la llegada de los bancos, los fondos de cobertura, las big tech, las grandes instituciones y los especuladores minoristas al espacio Bitcoin, el viejo grupo libertario/anarquista está siendo desafiado por esta nueva mayoría. Bitcoin está dejando de ser (gradualmente) un movimiento de reforma radical. Es decir, la agenda política se está dejando a un lado. Y todo está girando alrededor de Bitcoin como instrumento financiero. Con la llegada de los bancos, la narrativa antibancario está perdiendo su efectividad. La aspiración de convertir a Bitcoin en la moneda del futuro está siendo sustituida por Bitcoin como el activo especulativo que aumenta de precio en el tiempo. Bitcoin se está estableciendo como una excelente inversión. Y los ideales de la utopía libertaria suenan cada vez menos. 

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En la actualidad, hay demasiada codicia en el ambiente y casi nadie está hablando de ideologías. Sin embargo, asumo que muchos bitcoiners de la vieja guardia están indiegnados con lo que está pasando. En medio de tanto alboroto, más de uno está viendo con tristeza cómo se está abandonando el viejo sueño libertario. ¿Bitcoin perdió su camino? 

He ahí el problema con las utopías. Son perfectas cuando se sueñan. Pero terribles cuando se cumplen. El Bitcoin de los primeros días era genial, porque todo era hipotético. Y, en lo hipotético, todo es perfecto. Sin embargo, el Bitcoin de hoy es un hecho. El Bitcoin de hoy es grande y exitoso. Lo que lo hace real. Por ende, imperfecto. El de hoy es un Bitcoin realista. Un gran logro. Pero, lamentablemente, una desilusión para muchos soñadores y cazadores de utopías.