Bitcoin: ¿”Refugio seguro”? ¿Cómo convivir con la volatilidad?

A los más devotos en este mercado no les tiembla el pulso para representar a Bitcoin como un “refugio seguro”. Al parecer, Bitcoin es una inversión a prueba de todo. Sube en las buenas. Y sube en las malas. Sube durante los periodos de prosperidad y sube durante las crisis. Si la inflación es alta, la mejor opción es Bitcoin. Si la inflación es baja, la mejor opción sigue siendo Bitcoin. El dólar es basura en todas las situaciones y Bitcoin es oro en todas las situaciones. ¿Verdad o fantasía? Fantasía. Bitcoin no es una panacea. La idealización de Bitcoin es un error estratégico que perjudica a los más crédulos. ¿Cuál es la verdad? Bitcoin es altamente volátil. 

Ojo, “Volátil” no es sinónimo de malo. No hay necesidad de ponerse a la defensiva y comenzar a trolear. Volátil significa que el precio varía mucho. Es decir, quiere decir que no hay mucha estabilidad en su precio. Por un lado, esto explica la rentabilidad. Y, por otro lado, esto explica el riesgo. Este es un mercado relativamente nuevo, inmaduro, temperamental, altamente especulativo y riesgoso. La arrogancia y fe dogmática en la comunidad es señal de esta inseguridad. En otras palabras, este es un mercado adolecente (un gallo de pelea por fuera, y un ratoncito miedoso por dentro). La volatilidad es producto de la poca liquidez. Además, tenemos muchos minoristas jóvenes haciendo trading con apalancamiento y esto caotiza bastante. 

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¿De dónde viene eso de Bitcoin como “refugio seguro”?  Viene de los libertarios. Los bitcoiners, en muchos sentidos, son herederos de la narrativa ultraconservadora de los libertarios. Según esta visión, el mundo (económicamente hablando) está muy mal administrado y los grandes culpables son los progresistas. O sea, los keynesianos. El dinero fiat es un fraude total. Y la intervención del Estado en la economía es verdaderamente maligna. Lo mejor es dejarlo todo al libre mercado. En este caso, lo mejor es tener una moneda escasa como el oro. El shock de Nixon, obviamente, fue un error garrafal. Los primeros bitcoiners fueron informáticos anarco-capitalistas y libertarios. Entonces, tenemos la misma narrativa de los escobajos del oro, pero con Bitcoin como el flamante protagonista. 

Lo que tenemos, entonces, es una visión ultraconservadora de la economía. O sea, si el fiat es un fraude y todo el sistema está a punto de colapsar, Bitcoin (debido a su suministro fijo y escaso) es, indudablemente, un “refugio seguro”. Es decir, es un “refugio seguro” ante el riesgo sistémico que implica tener una economía de moneda blanda. Bitcoin, pese a su gran volatilidad (a corto plazo), es más seguro que el dólar a largo plazo porque el dólar, tarde o temprano, colapsará trágicamente. Bueno, esa es la visión ultraconservadora del mundo. 

El oro, tradicionalmente, ha sido el activo predilecto de los pesimistas. El oro se vende con el miedo. Por ello, es el activo por excelencia de los conservadores. Irónicamente, muchos escobajos del oro ven a Bitcoin como un fraude. Su conservadurismo no les permite aceptar un “nuevo oro”. Por otro lado, Bitcoin se representa como el “nuevo oro”. Y su narrativa es bastante conservadora. Pero su comunidad no lo es. En este caso, no tenemos viejos cascarrabias hablando del fin del mundo. Lo que tenemos, en su lugar, son jóvenes futuristas asumiendo grandes riesgos porque quieren crecer financieramente al paso de Flash. El oro es sinónimo de estabilidad. Bitcoin es sinónimo de crecimiento agresivo. Desde el punto de vista financiero, son opuestos. 

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Ahora bien, ¿cómo reaccionan los inversores en tiempos de incertidumbre? Durante una crisis, el inversor busca refugio seguro en el dólar (efectivo o bonos-T). Los activos de renta variable no son seguros porque su valor fluctúa. Y debemos recordar que los compromisos adquiridos suelen ser en la moneda de curso legal. Un negocio en Los Estados Unidos, por ejemplo. Los salarios se pagan en dólares. Los impuestos se pagan en dólares. Las deudas, los alquileres y los gastos son en dólares. Entonces, en un momento de pánico, lo más prudente es vender los activos de renta variable para asegurar que se podrán cubrir los compromisos. O sea, hay que tener dólares disponibles para no correr el riesgo de impago. Nadie quiere quedarse atrapado en un colapso del precio e incumplir con los compromisos. Por ello, el “refugio seguro”, por excelencia, es el dólar. 

Claro que la visión libertaria contradice directamente la visión del inversor promedio. El libertario dice: “No, imposible que el dólar sea un refugio seguro”. “El dólar es un fraude”. He aquí el problema con los dogmas. Una cosa es lo que se cree y otra muy distinta es la realidad. El sesgo libertario ciega. Pero ahí está la evidencia. El público entra en pánico. El dólar sube. La compra de bonos-T se vuelve viral. Y los sectores más especulativos de la economía se desploman. Tecnología, cripto, etc. ¿Y la visión libertaria? Adiós y muchas gracias. La gente vende Bitcoin en un dos por tres, porque la gente quiere su dinero en fiat debido a su estabilidad.

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Lo que tenemos es un choque de visiones. La visión libertaria es la dominante en el mercado de las criptomonedas. Pero la evidencia soporta una visión más pragmática. La mayoría de los inversores entienden instintivamente que algo raro ocurre con la narrativa de los libertarios y su revolución monetaria. Algo no cuadra. Muchos invierten simplemente para ganar dinero. Y ya es obvio que Bitcoin no es tan seguro como se representa. Por supuesto que es un activo sumamente volátil. Claro que invertir en Bitcoin implica un riesgo muy alto. Comprar Bitcoin con crédito no es aconsejable. ¿Por qué? Si Bitcoin fuera un refugio seguro, lo más sensato sería comprar con crédito. Pero bien sabemos que ese no es el caso. ¿Cómo un activo que en un día normal puede perder más de 10% de su valor puede ser el activo más seguro del mundo? 

Hace un par de días, envié BTC para comprar algo. A la tercera confirmación, ya había perdido 5%. En unos días, se vence mi seguro de salud. El dinero lo tengo guardado en dólares. ¿Por qué? Quiero tener la tranquilidad de que voy a pagar el monto establecido. Si escojo guardar ese dinero en Bitcoin, cualquier cosa puede pasar. ¿A quién engañamos? Decir que Bitcoin es un “refugio seguro” es una irresponsabilidad. Bitcoin es un activo sumamente volátil. Así de sencillo. No es un mal de morir. Porque podemos aprender a administrar el riesgo con medidas muy puntuales. Pero no tiene sentido vivir en la negación pretendiendo que se trata de un activo ultra seguro. No lo es. Puedes hacer la tarea. Revisa el comportamiento del dólar y de los bonos-T el día de la gran caída de Bitcoin. Te darás cuenta de que Bitcoin no se beneficia del pesimismo. Bitcoin crece a través del optimismo. Se parece más a Tesla que al oro. Se tenía que decir y se dijo.