Bitcoin: ¿Necesitamos a Warren Buffett?

El CEO de Binance, Changpeng Zhao, de manera muy sensata, dijo recientemente que no es necesario que inversores como el legendario Warren Buffett se involucren en las criptomonedas. Es decir, las criptomonedas no son para todo el mundo. Y está bien. La adopción universal no es un requisito indispensable. Esta actitud madura es una señal de que estamos creciendo como mercado. Somos cada vez más tolerantes ante los críticos e indiferentes, porque estamos mucho más seguros de lo nuestro. ¿Necesitamos el apoyo de Warren Buffett? Claro que no.

Obviamente, Warren Buffett no es el enemigo por no apoyar a Bitcoin. En el pasado, cualquiera que decía algo remotamente negativo de Bitcoin o de las criptomonedas recibía una condena inmediata y contundente por parte de toda la comunidad cripto. Ese sigue siendo el caso. Pero debemos admitir que nuestros niveles de tolerancia han aumentado considerablemente. Obvio que somos una comunidad mucho más segura en la actualidad. Al parecer, el fanatismo loco ha disminuido un poco. Todavía es sumamente alto, pero parece estar concentrándose en los proyectos más pequeños. Di algo negativo contra Shiba Inu o Dogecoin a ver cómo te va. Sin embargo, en líneas generales, se podría decir que el mercado ha crecido en madurez.

Me temo que, últimamente, el auge altcoin ha opacado bastante a los maximalistas de Bitcoin. Eso, por un lado. Por otro lado, la llegada de los inversores institucionales ha cambiado la configuración de la comunidad y ha tenido un efecto moderador. Es decir, los criptolibertarios más dogmáticos han cedido muchos espacios y la ideología ha perdido importancia. De hecho, ya la comunidad no se parece tanto a una secta política o religiosa, sino que es una especie de Wall Street con esteroides. Los especuladores se han convertido en la nueva mayoría, reduciendo la presencia de los libertarios militantes de las grandes ideologías.

Todo eso del patrón Bitcoin, la reforma monetaria y la utopía libertaria tiene el efecto de radicalizar a las personas. Entonces, tienes guardianes de la fe diciéndote qué debes o no debes hacer con tus Bitcoin. No podemos tener BTC en PayPal, por ejemplo. Por eso de la llave privada. Todo debe ser descentralizado. Y no podemos confiar ni en los bancos, ni en las corporaciones, ni en los gobiernos, ni en la Reserva Federal. El fiat es maligno. Bitcoin para todos. En consecuencia, tenemos al militante. O sea, una persona en batalla con todo y vendiendo propaganda en todo momento. Me refiero a una especie de vendedor que nos atormenta a todos con sus intentos de imponernos su visión de las cosas. El sabelotodo que nadie quiere en las fiestas.

El bitcoiner militante todavía existe. Pero, sin lugar a dudas, no está en su mejor momento. Por supuesto que siente que la comunidad ha traicionado a sus ideales. Todo indica que la codicia ha contaminado el credo originario.  “Las altcoins son un fraude”. “Bitcoin no es un activo de inversión”.” Es una moneda para sustituir al dólar”. “Si no tienes tu llave privada, no eres el dueño de tu dinero”. “La Reserva Federal es una máquina de imprimir dinero de la nada”. Estos son los gritos desesperados de los puritanos que ven a su propio pueblo ir camino al infierno con una sonrisa.

El militante ve al mundo como una teoría de conspiración. Eso quiere decir que Warren Buffett es un enemigo político. Porque el mundo se divide en dos grupos: amigos o enemigos. Si no estás conmigo, estás en mi contra. Toda crítica es un ataque. Entonces, Warren Buffett es el representante del sistema que queremos derrumbar. “Bitcoin es su fin”. Es natural que defienda sus intereses. Todos los bancos, los reguladores y los empresarios que critican a Bitcoin lo hacen, porque estamos en una guerra. ¿Les suena familiar? ¿La lucha de clases del marxismo? ¿La dialéctica histórica?

El inversor, por otro lado, no pierde el tiempo en estas peleas estériles. No hay teoría de conspiración. Lo que tenemos es la construcción gradual de un mercado emergente. En este caso, Warren Buffett no es el enemigo. En todo caso, es un inversor no interesado. Alguien que debemos conquistar o ignorar. Desde el punto de vista financiero, no tiene sentido entrar en batalla con los críticos. Debemos recordar que parte del trabajo es atraer nuevos capitales. O sea, la misión es vender un producto. La ira y el resentimiento tienden a ser contraproducentes en este sentido. 

Bitcoin no es para todo el mundo. Estamos hablando de un activo sumamente volátil que naturalmente implica un gran riesgo financiero debido a su inestabilidad. Por otro lado, se trata de algo muy nuevo que requiere cierto temperamento. No es un accidente que Bitcoin sea el activo favorito del joven ambicioso. Y, a su vez, es el activo más temido por el abuelito conservador. Por ejemplo. Yo compro BTC. Pero no se lo recomendaría a mi abuelita de 93 años que depende de una renta fija. Y está bien. Bitcoin no es para todo el mundo. 

Warren Buffett tiene un estilo muy definido. E invierte en acciones de sectores que conoce muy bien. Además, su compañía, Berkshire Hathaway, está preparándose para su retiro. En otras palabras, Warren Buffett es un inversor conservador que normalmente no invierte en los sectores más especulativos como el sector tecnología. No debemos herirnos con su desprecio. Buffett no invirtió en Apple o Amazon en su etapa temprana. Pero no vimos a los CEOs de dichas compañías criticando al Oráculo de Omaha por eso. Nadie se puso belicoso en esos casos. De hecho, habría sido una ridiculez un enfrentamiento con Warren Buffett por no invertir.

Si Warren Buffett no quiere invertir en Bitcoin, hay que dejarlo pasar. Bitcoin no es para todo el mundo. Así de sencillo. No es el fin del mundo. Hace unos meses, Max Keiser insinuó que Buffett estaba poniendo su legado en peligro por no invertir en Bitcoin. Y comentarios de este estilo siempre salen a la luz cada vez que algún personaje célebre expresa alguna reserva sobre Bitcoin ¡Vaya tontería! Eso, señores y señores, es fanatismo. La gente es libre de invertir como quiera y en lo quiera. 

Las visiones totalitarias suelen ser contraproducentes. No todos los inversores invierten en todo. Y no todos tienen que invertir en Bitcoin. Hay que tomárselo con limonada, porque el fanatismo espanta capitales. Esos radicalismos tan comunes en este espacio no son muy buenos para los negocios. Ese es un mercado en crecimiento. Lo que necesitamos es demostrar con hechos la calidad del producto. Lo menos que necesitamos son peleas. Señor Buffett, mis respetos y mi admiración. Usted haga lo que quiera.