Binance: ¿El próximo FTX?

El exchange de criptomonedas más grande del mundo, Binance, se encuentra en una batalla para reafirmar la confianza. Sin embargo, no ha sido fácil. Durante los últimos días, el pánico ha podido contenerse muy poco. Pero las preocupaciones no cesan. La cadena Reuters sigue publicando reportes especiales sobre las finanzas del exchange. Y lo revelado en esas investigaciones no genera mucha tranquilidad. La falta de transparencia, por parte del exchange, es evidente. Y me temo que no todas las dudas en torno al exchange son irracionales. Según su CEO, Changpeng Zhao, Binance es más sólida que el Fuerte Knox. Sin embargo, muy pocas de sus afirmaciones se pueden comprobar de manera independiente.

En efecto, el exchange ha logrado responder a los retiros “sin romper el paso”. Lo que es un punto a su favor. Changpeng Zhao “CZ”, también, ha aprovechado su influencia en las redes sociales para hablar de “responsabilidad”, “seriedad” y “transparencia”. Y se debe decir que la campaña (en gran medida) ha funcionado. Muchos en la comunidad cripto piensan que Binance es “demasiado grande para caer” (“Too big too fail”). “CZ tiene demasiado dinero”, me dice un amigo que desestima las dudas en torno a las finanzas de Binance como FUD y nada más.

Sin embargo, afirmar o negar sin toda la información a la mano no es el acto más sensato de todos. Acorde a un análisis de Reuters, Binance procesó operaciones por valor de más de $22 billones este año, pero todo esto permanece mayormente oculto a la vista del público. Binance, por ejemplo, se niega a decir dónde se encuentra la base de Binance.com. Además, la empresa no comparte información financiera básica, como ingresos, ganancias y reservas de efectivo. Tampoco se revela el rol que juega el token BNB en su balance. El exchange presta dinero a sus usuarios para operaciones en margen. Pero no da muchos detalles al respecto.

A diferencia de su rival, Coinbase, Binance no está en la obligación de publicar reportes detallados de sus finanzas. Y nadie supervisa las operaciones de Binance. “No hay absolutamente ninguna transparencia, ni luz, ni confirmación de ningún tipo sobre su posición financiera”, asegura John Reed Stark, ex jefe de la Oficina de Cumplimiento de Internet de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU (SEC). Según Stark, las operaciones de Binance son más opacas que las de FTX.

CZ contrató a la firma Mazars para realizar una auditoría. Y, al final de ese proceso, Zhao no dudó en enviar un tuit rápidamente: “Prueba de reservas auditada. Transparencia”. Al parecer, los reporteros de Reuters consultaron a varios expertos familiarizados con el asunto y lo que se realizó no es un sustituto de una auditoría completa. Se sugiere que lo que se llevó a cabo fue una auditoría sumamente limitada con muchas omisiones. Sin embargo, no se han hecho muchos esfuerzos para aclarar esto.

La firma auditora, Mazars, de hecho, ya borró los reportes de su página web. Y suspendió todos sus trabajos relacionados a la industria cripto. ¿Por qué? Todo parece indicar que se están cuidando sus espaldas. Porque al público se le está dando gato por liebre. Y la reputación de la firma está en juego.

“Transparencia” no es presentar un informe superficial y cantar victoria prematuramente. Eso sería un engaño. Es decir, el manejo de todo esto no inspira mucha confianza que digamos. Al parecer, lo que se quiere es que el público piense que hay transparencia. Pero, en realidad, no se ha hecho un esfuerzo sincero y genuino para ofrecer transparencia. O, dicho de otro modo, esta última auditoría generó más preocupación que tranquilidad.

Bien sabemos que el problema de fondo no son las reservas. El problema son las reservas en relación a los pasivos. Después de todo, tanto Celsius como FTX habrían podido justificar sus reservas sin mayores contratiempos. O sea, una auditoría parcial no nos muestra toda la verdad. ¿Qué tanto depende Binance de BNB? ¿Cómo funciona exactamente el sistema de apalancamiento? ¿Cuál es el pasivo?

Hay que recordar que, después de la caída de Celsius, se pensaba que el problema se limitaba únicamente a las plataformas de préstamos. En aquel entonces, se creía que los exchanges estaban por encima de eso al tratarse de modelos de negocios muy distintos. Los exchanges ganan una comisión por las transacciónes. Por ende, el riesgo de quiebra es mínimo. El colapso de FTX nos demostró que esa suposición no podía ser más falsa. Un exchange también puede caer. El valor de su token se puede desplomar de la noche a la mañana. Y el apalancamiento puede convertirse en una bomba que todo lo destruye. Ahora bien, estos riesgos no siempre salen en una auditoría parcial. He ahí la importancia de una auditoría completa con la casa totalmente abierta.

No soy de los que piensa que Binance es demasiado grande para caer. Claro que puede caer. Pero esto tampoco significa (necesariamente) que va a caer. Pese a toda la falta de transparencia y todas las dudas que ha generado la auditoría, no hay suficiente información para decir que un colapso es inevitable. Es perfectamente posible que la empresa en efecto sí tenga los fondos necesarios para sobrevivir un “bank run”. Lo que podría aportar el tiempo necesario para que el exchange acomode su acto. Para, luego, poder someterse a una auditoría completa que aplaque de manera definitiva a todos los escépticos. Lo que se exige son mejores prácticas. Así de sencillo.

Aquí el enemigo no es Reuters. Obvio que no se trata de ninguna conspiración contra Binance. Estos reporteros simplemente están haciendo su trabajo. Binance no es la víctima. Se trata de muchos usuarios. Y mucho dinero. Y es perfectamente natural que la gente haga preguntas. Muchos aceptan un tuit. Pero otros necesitan más. Un tuit hablando de transparencia no basta. Un tuit hablando de que todo está bien no es suficiente. Se necesitan pruebas. Esa “proof-of-reserve” no es. Se requiere mucho más.

Las grandes firmas de contabilidad y auditoría a nivel global no quieren trabajar con la industria cripto. Eso no es una muy buena señal. Obvio que las cosas no están bien. La incertidumbre es mucha. Y los riesgos son muchos. Esto no es FUD. Tampoco es pesimismo. Es simplemente sentido común. Esta industria todavía esconde muchas cosas. Hay mucha manipulación y mucha trampa. Lo que implica que aquí cualquier cosa puede pasar. Todavía es muy pronto para asumir que esta historia ha llegado a su fin. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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